“No me fui de Cuba porque, primeramente nací aquí. Creo que el hombre debe nacer, crecer, fructificar en un solo lugar, y morir en un solo lugar: su patria, bajo su bandera. Ese fue el motivo por el que no me fui de Cuba”.                       Germán Pinelli

Célebre locutor, conductor, actor de la radio y la televisión cubana. Está considerado uno de los paradigmáticos profesionales de la palabra más cultos y versátiles, periodista y simpático animador, comediante carismático de los medios de comunicación y difusión cubanos de todos los tiempos, con un gran dominio escénico demostrado a lo largo de toda su vida.

Su nombre completo es Gregorio José Germán Piniella Vázquez de Mella. Nació en Ciudad de La Habana el 15 de diciembre de 1907, en la calle Obispo, esquina a San Ignacio, frente al antiguo Instituto de La Habana; estuviese cumpliendo 117 años. Su seno familiar se componía por sus padres y cinco hermanos. Su padre fue comerciante del comercio en La Habana y la madre era una mujer de una vastísima cultura.

Inicio sus estudios en el “Sapetter” de París y después en el “Conservatorio Real de Madrid”, específicamente en el arte de la declamación. Aunque hijo de un padre asturiano y una madre madrileña, Pinelli, como se le conoce, fue un cubano rellollo de pura cepa.

La inclinación de Pinelli por las artes fue notable desde su infancia. Con solo seis añitos y medio cantó en el Teatro Nacional de Cuba con una voz de tenor muy clara y firme. Según testimonio de su hermana Soledad, Sol, compañera y guía en su carrera artística en su vida, cuando Enrico Caruso visitó La Habana en 1920, escuchó a Germán interpretando la “Cavallería Rusticana” de Pietro Mascagni y la romanza de “Carmen” de Georges Bizet y tuvo palabras de elogio para el joven intérprete.

Su primera incursión en los medios de comunicación masiva se produjo cuando tenía apenas catorce años de edad, el 28 de octubre de 1922. El entonces estudiante del prestigioso “Colegio de Belén”, cantó a través de las ondas radiales a menos de cuatro meses de haberse realizado la primera transmisión radial en Cuba. Esta transmisión de la PWX de la Cuban Telephone Company se realizó desde el capitalino y hoy en ruinas, Teatro Campoamor, en lo que fue considerado el primer control remoto musical de aquella planta de radial.

Germán por un corto tiempo se alejó del arte para matricular la carrera de Derecho en la Universidad de La Habana, pero, en 1925, la abandonó para seguir a su querida hermana Soledad, Sol, en una gira por todo el archipiélago cubano, como parte de la compañía teatral en la que ella actuaba, cantaba y declamaba. Ya anteriormente, él había ganado una beca para estudiar “Bell canto” nada más y nada menos que en Italia pero nunca recibió los fondos.

A pesar de no haber culminado sus estudios superiores, aprendió de forma autodidacta, varios idiomas afines (inglés, francés e italiano) y además varios instrumentos musicales (guitarra, piano, serrucho musical). fue músico de la Orquesta Palau. También formó parte de la compañía de zarzuelas del Teatro Payret, con la que interpretó zarzuelas como “El gato montés” y algunas otras. Estudió canto con dos profesores muy reconocidos de la época: Tina Farelli y Arturo Bovy. A pesar de sus aptitudes naturales, Pinelli vio frustrados su quehacer como cantante lírico después de sufrir algunas afectaciones en su sistema respiratorio. No obstante, a lo largo de toda su carrera artística incursionó eventualmente por su vasta educación musical.

En los inicios de la década del ‘30, trabajó en diversas emisoras radiales capitalinas; entre ellas: CMCB ubicada en el Edificio de "La Metropolitana", en la Habana Vieja, además en la CMBN y la CMK. Entró a la CMQ en 1933 como redactor de notas para el “Noticiero Nacional” y dos años después ya era redactor y jefe de cuatro noticieros de la emisora. No tenía una buena voz, pero a fuerza de mucho empeño y hacerla salir por la radio el pueblo se habituó a ella y llegó hasta tomarle un especial cariño.

La radio y la televisión cubanas pueden presumir con el orgullo de haber contado con figuras excepcionales, entre ellas Consuelito Vidal y Germán Pinelli. Considero los mejores y más completos animadores y presentadores que se han colocado frente a cámaras y micrófonos en nuestra isla. Basado en el dominio que demostraron a través de tantos años de trabajo como maestros de ceremonias, el humor, sus chispas, las entrevistas, la adaptación a cualquier tipo de programas, el don de saber comunicar y su simpatía naturales. Y, sobre todo, por un concepto del profesionalismo, como la seriedad, el rigor y la responsabilidad co el público, que pocas veces se ven esta dificil carrera.


Su debut como locutor fue en un programa de medianoche dedicado a la transmisión de música grabada. Para desempeñarse como locutor tuvo que enfrentar los criterios opuestos de Goar Mestre, (dueño de la CMQ), quien, al principio, dudó de sus aptitudes para la locución. Años más tarde, en diciembre de 1937, se estrenó como conductor del popular espacio “La Corte Suprema del Arte”. De este programa de participación, surgieron figuras prominentes del mundo del espectáculo tales como Nuestra Vedette de América, Rosita Fornés, que él tuvo el honor de presentarla. Con los ganadores del certamen, conocidos como las “Estrellas Nacientes” de CMQ, Germán Pinelli dirigió y condujo múltiples espectáculos que se presentaron en los teatros de casi toda la Isla.

En estas giras nacionales, Pinelli solía, además, interpretar algunos personajes; por ejemplo el 28 de febrero de 1939, durante la puesta en escena de la zarzuela Cecilia Valdés de Gonzalo Roig, en el Teatro Nacional, interpretó el papel del "Gallego". Entre algunas de sus múltiples habilidades más reconocidas estaba la locución comercial. En 1938, era uno de los locutores más cotizados por las firmas como la cerveza “Polar”, la firma “RCA Víctor”, la cerveza “Cristal” y la fábrica de cigarros “Competidora Gaditana”.

En el 1942, escribió una sección en el periódico “Avance”, titulada “CMQ por dentro”, al tiempo que hacía trabajos para el departamento literario de esa poderosa emisora radial. En su carrera como locutor, resaltan algunos trabajos como la locución habitual del programa del líder del Partido Ortodoxo, Eduardo Chibás, que salía al aire todos los domingos a las 8 de la noche, por las ondas radiales de la CMQ desde febrero de 1944 hasta agosto de 1951. Pinelli no hizo la locución el día que Chibás puso fin a su vida, cuando se disparó en la cabina de la emisora CMQ, pero desempeñó un rol protagónico en la transmisión de las noticias relacionadas con este trágico hecho. Lo vio en la camilla en donde lo llevaban para intervenirlo en el hospital y Pinelli inmediatamente comunicó a la población que había visto a Chibás y lo que él  le había dicho, volvió a leerlo interrumpiendo la programación de la emisora radial de la CMQ repitiendo su testamento político conocido como "El último aldabonazo". Eso constituyó una de sus grandes hazañas periodísticas.

Otro hecho que se recuerda fue su narración, en vivo, de la masacre de Orfila, el 15 de septiembre de 1947, donde tendido en el suelo, realizó todas las grabaciones del tiroteo en que murieron varias personas, aquello marco otro hito en su carrera periodística, aunque por algún motivo no le reconoció para el Premio periodístico Juan Gualberto Gómez. Otros momentos históricos contaron con la voz de él  y, después del triunfo de la Revolución, algunas de las marchas patrióticas, entre algunas del “1ro. de Mayo” y el sepelio de las víctimas del sabotaje al vapor “La Coubre” cubrió satisfactoriamente.

Su incursión en la radio fue realmente muy intensa durante 1948. Algunos de los proyectos en los que trabajó fueron “Buscando estrellas”, “Cascarita show”, “Radio revista CMQ”, “No lo digas” y “Entrevista de hoy”, que se mantuvo en el aire hasta diciembre de 1952. Además laboró en otros espacios como “Carnaval Trinidad y Hermanos” (1950) y “Pinelli en la calle o Habla Pinelli” (1953), donde hizo gala de sus habilidades de entrevistador y periodista.

En 1950, el día 18 de diciembre, cuando surgió la programación de la segunda televisora cubana (CMQ Televisión, Canal 6), Pinelli hizo prevalecer su talento, para crear un nuevo tipo o estilo en la conducción de espacios televisivos. El día de la inauguración de la planta, ante el extravío del libreto y desafiando la desconfianza de Goar Mestre; Pinelli fue llamado para improvisar y rellenar el espectáculo. A partir de ese momento, su labor de comunicador se consolidó con la aprobación de todo el público y desde entonces de Mestre.

El medio televisivo le ofreció la posibilidad de desempeñarse en otros géneros y papeles. Como animador cultural, hizo “El show del mediodía” (1951) dirigido por Amaury Pérez García y, junto a José Antonio Cepero Brito, otro gran locutor, “Aquí todos hacen de todo” (1951-1960). Fue narrador del programa para la parrilla infantil “Los Muñequitos” (1952), “Abecedario Zenith y Norge” (1953) y el espacio fílmico “Cine del ayer” (1954). Fue el conductor junto a Consuelo Vidal y otras locutoras en las presentaciones y certámenes de belleza de nuestras “Estrellas del Carnaval Habanero”, el presentador de los concursos “Guzmán”, de los premios “Girasol de Opina”, el de los “Festivales de música de Varadero” y tantas cosas, como nueve horas ininterrumpidas narrando los desfiles de los 1ro de Mayo en la Plaza de la Revolución y, muchísimas otros eventos que no caben en esta crónica.

Después de 1959, protagonizó múltiples espacios habituales de la televisión y el mundo del espectáculo. Entre sus actuaciones inolvidables, se encuentra el personaje de “Éufrates del Valle” del humorístico “San Nicolás del Peladero”, programa costumbrista que mantuvo muy altos índices de popularidad durante más de 20 años (entre las décadas de 1960 y 1980). Durante ese tiempo compartió la pantalla con muchas de las grandes figuras de la radio, la televisión, el teatro y el cine cubanos. Entre ellos puede mencionarse a Enrique Santisteban, María de los Ángeles Santana, Enrique Arredondo, Mariana Ramírez Corría, “Agamenon” y Carlos Moctezuma, “Ñico Rutina”.

Falleció en Ciudad de La Habana el 20 de noviembre de 1995 a los 88 años de edad.

Germán Pinelli dejó su huella en el cine, con los papeles interpretados en los filmes “Leyendas” y “Los sobrevivientes” (Tomás Gutiérrez Alea, Titón), con los actores: Enrique Santisteban, Reinaldo Miravalles, Ana Viñas, Carlos Ruiz de la Tejera, Vicente Revuelta y otros. Este último contó con la actuación de Vicente Revuelta, Enrique Santisteban, Carlos Ruíz de la Tejera y Reinaldo Miravalles, Carlos Moctezuma, entre muchos otros, (1978).

Recibió numerosos premios nacionales y fue uno de los pocos locutores de Iberoamérica que recibió en dos ocasiones el “Premio Onda”, galardón otorgado a los mejores locutores de habla hispana, como reconocimiento por su labor profesional. En 1967 fue a España a recoger el “Premio Onda” otorgado por la española Cadena SER al Mejor Locutor de Radio Internacional, compartiendo con los famosos actores Roger Moore y Kirk Douglas.

Pedraza Ginoris estuvo al frente del programa “En Vivo” casi 15 meses, desde junio de 1969 hasta agosto del 70. El contacto diario hizo que Pinelli y yo encajáramos muy bien. Lejos de su imagen pública de persona excéntrica, era un hombre respetuoso, excelente conversador, interesado por la cultura y un personaje muy interesante. Cuando el programa llevaba ya siete meses en el aire, por problemas en el programa, Germán y Ginoris estuvieron más de siete años sin trabajar juntos y casi sin hablarse; sólo se saludaban con frialdad en los pasillos. Un día Pinelli fue a verlo con un regalo y le dijo que deseaba que fueran amigos nuevamente. Aceptó y sus relaciones se suavizaron. Más tarde lo llamó para un espectáculo: lo invitó a encabezar el grupo de presentadores del primer Concurso “Adolfo Guzmán de Música Cubana”, (1978).

“En Vivo” fue un rotundo éxito de público desde sus inicios. La gente, mucha venida del interior de la república, hacían cola desde la mañana junto a la puerta situada en el mezzanine del ICRT que daba a la calle 23 para asegurar la entrada. Con el tiempo, ambos pasaron la página por completo y volvieron a compartir conversaciones y trabajos. Pinelli fue uno de los grandes recuerdos que tiene en su carrera como director y se congratula de haber tenido el privilegio de ser su jefe y su amigo.

En este el 117 aniversario de su nacimiento no queremos que pasé inadvertida esta fecha de uno de los más avezados y sagaces presentadores, locutores, periodistas, animadores de la cultura y actor de nuestro país que puso muy en alto su nombre dentro de su especialidad.



 

 

 

 

 

 

 

                                

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