En los años noventa Guillermo Rodríguez Rivera bautizó la cola para ron que se hacía en la Sala del té de la Unión de periodistas de Cuba, UPEC, como “la cola permanente”, en alusión a la Revolución permanente de Trosky.
Quizás no con la puntualidad casi religiosa de Guille, Wichi el negro, Tato, Taquechel, allí llegaba Senobio Faget González, Puri, otro de los contertulios de entonces, que dijo adiós a este planeta. Puri no iba detrás de las dos líneas de ron sino del chátaca, un té congelado que con un tin de ron bebíamos los que desde los años ochenta llegábamos a aquella sala de profesionales de la comunicación, desde periodistas, escritores hasta cantantes, para hablar de… cualquier cosa.
A veces iba en su viejo carro, otras a pie desde el ICRT, porque desde 1971 la televisión fue su hogar cuando comenzó a trabajar en el Noticiero Nacional. Pero Puri no era un amante puro de la noticia, por eso empezó a realizar documentales y en 1980, ingresó en los Estudios Cinematográficos del ICRT como director de cortometrajes. Desde el 2005 la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños, fue su domicilio, allí devino jefe del Departamento de Documentales e integrante del Consejo académico.
Ese hábitat hizo que sólo viera a Puri de vez en vez, a veces en el festival de cine, otras en la calle o en algún encuentro en la UNEAC, porque el chácata paso a mejor vida hace tiempo. Lo asocio a aquella bebida porque él fue testigo de mis viajes a El calvario, detrás del mejunje madre del Vimang, creado y recetado por una suerte de chamán cubano Eleuterio Paez, que motivó uno de mis libros.
Puri disfrutaba cuando le contaba los testimonios de pacientes y del propio Paez, me preguntaba y me decía “eso es un Pasaje a lo desconocido, sería bueno filmarlo”. Pero de ahí no pasó. Yo hubiera querido que él hiciera un documental como esa joya El son te salió redondo, dedicado a Nicolás Guillen y que fuera premio periodismo Rey de España, en el 2003, y que mereciera lauros en Cuba, Brasil y otros países.
Raúl Martínez, un clásico cotidiano, Carlos Enríquez, Sencillamente... Leo, Fernando Alonso, un maestro de la Danza, Los Hijos de Sandino, Parrandas Remedianas y Donde comienza la Isla son otras de sus piezas, que cualquier amante del audiovisual disfrutaría.
Premios Caracol de la UNEAC, 26 de julio de la UPEC, en Cuba y numerosos más de diversos festivales en el extranjero se incluyen en su biografía, aunque lo más importante en su vida no han sido los galardones que no siempre van a mano de quienes lo merecen, sino la integridad de Puri, un hombre ético, defensor de sus criterios y amante del audiovisual.
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