Marino Luzardo más cerca del televidente

 El popular locutor comenta su experiencia en estos meses de afectaciones por el nuevo coronavirus y refiere los programas que presentará este verano

Los mediodías cuentan con su habitual serenidad para asumir uno de los espacios más seguidos por la teleaudiencia, Al mediodía. Marino Luzardo forma parte de la inquietud, la curiosidad, las energías renovadas de cuantas personas buscan ese momento de información a la par del entretenimiento.

Únicamente por obvias razones de descanso o compromisos de trabajo, Marino falta a la cita del mediodía, pero en estos momentos de la COVID-19 el esfuerzo ha sido extremo, tanto que no ha conocido el real sentido de la palabra reposo.

De lunes a sábado ha procurado -y logrado- junto a su colega Bárbara Sánchez Novoa ocultar los obligados temores de salir de casa para entregar su trabajo a quienes le esperan del otro lado de la pantalla para compartir su propuesta diaria, por eso, luego de tres meses ininterrumpidos de desafío, y en momentos en que la realidad parece tomar colores un tanto más favorables, nos comenta:

“En lo personal, el mayor desafío que me ha impuesto este tiempo ha sido estar lejos de mi familia y mis amigos; disfruto mucho estar cerca de la gente que quiero y, aunque la tecnología ha logrado que estemos siempre en contacto, no me es suficiente. Necesito tocar, abrazar, besar a los seres que amo. Eso por una parte, por la otra, profesionalmente hablando, este largo periodo ha sido una experiencia dura, pero también de crecimiento, pues hemos tenido que ingeniárnosla para ofrecer un programa ameno, asumiendo variantes que por suerte, hasta hoy, han sido bien recibidas por los televidentes.

“Ahora en que las noticias se tornan más alentadoras, aunque la enfermedad sigue significando un riesgo perenne. Llega el verano y con él la gente espera el aire fresco que debe ofrecer la televisión. En el caso de Al mediodía creo que también será un verano atípico, sin los invitados especiales que habitualmente tenemos en esta época del año. Pero confío en el talento de nuestro colectivo para crear otras iniciativas. Y nada, seguiremos trabajando”.

Y seguir trabajando para este locutor que entre sus lauros aprecia especialmente el de la complacencia del público, además del desafío que significa Al Mediodía para el presente periodo estival otros proyectos contarán con su experiencia.

“Sí, regreso al espacio Clave de éxito en el Canal Clave, que esta vez presentará grandes momentos de relevantes artistas nacionales, y en el Canal Educativo presentaré Al compás de la noche, bajo la dirección de Roberto Arada. En este caso se trata de un espacio musical con un invitado central, que incluirá curiosidades, humor y promoción de jóvenes talentos.

“Una vez concluido este ciclo de verano se entrará en el semestre final de un año que ha obligado a renunciar o a postergar planes, a repensarse los proyectos y los caminos a seguir, en ese sentido el popular conductor define así, el tiempo vivido y concibe lo porvenir:

“Ante todo, ojalá que este fin de año nos traiga la tranquilidad que tanto deseamos. Han sido meses para replantearse la vida, para descubrir cuán importantes son los afectos, sentir como propio el dolor de los demás, admirar a los que salvan vidas arriesgando las suyas, lamentar posiciones extremas que solo hacen daño, aprender a cuidarnos y reflexionar en lo felices que éramos antes que esta pesadilla llegara. Muchos querrán borrarlo de sus memorias, pero el 2020 seguirá ahí, recordándonos lo frágil que fuimos ante un enemigo que no le importó color, dinero, ni clase social. Ojalá que aprendamos la lección”.

Con esta aspiración Marino Luzardo sigue preparándose para nuevos empeños, sosteniendo el sello de mesura, contención y seriedad que le distingue, un trabajo que, en tiempos de la COVID-19, le ha acercado aún más al televidente. Y esta es, al fin, la principal clave del éxito.