Ana María Rabasa, 25 años de vida artística en la televisión

Esta destacada directora ha merecido, entre otros reconocimientos, el Premio Pequeña Pantalla

Ana María Rabasa Pérez-Lara ha contado que desde su adolescencia se sintió muy atraída por el medio televisivo, sobre todo prefería los programas dramatizados. “Con lo visualizado en la pequeña pantalla confeccionábamos rudimentarios montajes escenográficos, con todos los elementos del espectáculo, cámaras, luces de colores, sonido y micrófonos, todo ideado por el grupo de lozanos que me apoyaba en este noble empeño de sano entretenimiento juvenil. Realizábamos representaciones artísticas con acciones dramáticas donde, por supuesto, yo asumía el papel de directora, disfrutábamos mucho todo aquello. Desde esos tiempos ya soñaba con lo que futuramente sería mi actividad preferida futura, el mundo del espectáculo”.

Anita, como casi todos la llaman en el ámbito artístico, comenzó a trabajar en 1981 en el Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT), primero como especialista económica en Radio Progreso. Posteriormente se incorporó al Departamento de Economía de la Televisión Cubana (TVC), y un tiempo después, a la División de Musicales de la Televisión. Su tránsito por estas dura diez años.

Luego de ser madre en 1983, Ana María matricula en los cursos de superación especializada, del cual emergieron disímiles profesionales que devinieron notables creadores de la radio y la televisión. En 1990, ella decide optar por el curso de Realización y Dramaturgia, en la entonces Facultad de Radio, Cine y Televisión del Instituto Superior de Arte (ISA) y, un año después, se incorpora al curso de habilitación de Directores de Televisión ofrecido por el ICRT.

Ya vinculada directamente a la TVC, se desempeñó como asistente de dirección y nueve años más tarde asciende a directora de diversos programas de TVC, entre los cuales se destacan sus musicales. “La suerte me acompañó desde el comienzo. Pude contar con directores que eran paradigmas a seguir, estrellas de la dirección, entre ellos, Gloria Torres Lafont y Eugenio Pedraza Ginori, con quienes trabajé como asistente de dirección. Ellos me aportaron sus experiencias y bebí de la fuente de sus conocimientos”, reconoce Ana María.

Igualmente recuerda “la mano amiga y la enseñanza de Armando Ernesto Piñero Padrino, El Jockey. A él le debo la profesión que tengo: directora de programas de televisión. Nunca podré olvidarlo, no por eso, sino como ser humano. Pero nada me fue fácil, eran tiempos difíciles para los nuevos que llegaban, la competencia era fuerte, tuve que abrirme paso entre verdaderos gladiadores que ya estaban establecidos”.

Siendo asistente de dirección, en los años 90 Ana María participa en un concierto ofrecido por el cantautor Pablo Milanés, en los Premios EGREM y el Concurso OTI de la canción cubana. En 1996 asumió el reto de convertirse en directora del programa Rondando el filin y el documental Sencillamente Juana, homenaje a Juana Bacallao producido por la Televisión Latina.

La experiencia en la dirección de programas creció mediante la realización de otros espacios musicales, documentales, proyectos educacionales, dramatizados, conciertos, videoclips, los espectáculos de clausura de relevantes festivales y galas de premiaciones, además de transmisiones especiales de remotos.

A partir del 2002 la carrera de Ana María Rabasa dentro de la Televisión Cubana se consolida y adquiere un gran prestigio con el surgimiento del proyecto Cuerda Viva, en sus inicios un programa dedicado a promover el quehacer de los músicos que no tenían gran visibilidad en ese momento, cuando no se veían en pantalla con frecuencia géneros como la trova, el rock, el hip hop o la música electrónica. En la actualidad, Cuerda Viva sobresale como una plataforma artística que genera espacios y eventos donde participan músicos noveles y consagrados exponentes de diversos géneros musicales. También ese quehacer se muestra y reconoce en el Festival de Música Alternativa Cuerda Viva que tiene frecuencia anual y varias galas de nominados y de premiaciones.

Entre las realizaciones audiovisuales de Ana María Rabasa se encuentran ¿Qué Voy a estudiar?, proyecto de la televisión educacional, varios videoclips y documentales como Lucía es Música, dedicado a la compositora, arreglista e instrumentista cubana Lucía Huergo. De igual manera, la realizadora ha dirigido conciertos efectuados en la Casa de las Américas, entre ellos, los de Descemer Bueno y David Torrens, el de la Orquesta Sinfónica Nacional dedicado al Maestro Carlos Fariñas, “Te recuerdo Víctor” (homenaje al cantautor Víctor Jara), “Canciones con Santa Fe” (con Silvio Rodríguez y los argentinos León Gieco y Víctor Heredia), y “El Agua que Bebimos” (tributo a la Nueva Trova), así como el especial de Sara González por el aniversario 40 de la Unión de Artistas y Escritores de Cuba, entre otros.

En diversas ediciones del Festival Cubadisco, Ana María tuvo a su cargo la dirección para la TV de varias galas como “Mujeres y Poetas”, “Rumba de Corazón: Muñequitos de Matanzas”, “Llegó Teté, Teresa García Caturla”, “Las cosas que yo te cuento”, del cantautor Gerardo Alfonso. Asimismo, Rabasa ha sido miembro del jurado en las ediciones de Cubadisco del 2005 hasta el 2018.

Por otra parte, ha dirigido cuatro transmisiones especiales de las Romerías de Mayo, en Holguín, además de espectáculos musicales en vivo para celebrar los aniversarios del Triunfo de la Revolución, desde el 2001 hasta el 2005.

Acerca de su desempeño y las relaciones con sus equipos de trabajo, la directora valora lo siguiente: “En cuanto a las críticas he sido receptiva y he aceptado las que he considerado razonables. Mi conciencia tiene para mí más peso que la opinión de todo el mundo. En cuanto a mi trabajo creativo, tengo muchas insatisfacciones, considero que me falta mucho por hacer.

“De los diversos colectivos que me han acompañado a lo largo de mi carrera, recuerdo los más creativos y disciplinados, entre los fundadores de Cuerda Viva destaca el trabajo desempeñado en el equipo de realización por la asistente de dirección Lioba Josefa Hernández, el productor Pedro Hernández y la guionista Cari Rojas. Entre actores, artistas, locutores y presentadores, son referentes obligados nombres como Roberto San Martín, Edgaro González, Solange Ramón, Cherill Zaldívar, Yadira Otero, Abel Álvarez, Jorge Fedecaz, Annie Garcés, Jesús Barrios, Ariana Álvarez y el profesor Mario Masvidal. De todos guardo gratos recuerdos, admiración y respeto”.

Advierte asimismo la directora: “Sin falsa modestia, siempre he trabajado en busca de la perfección de mis propios proyectos, no de premios”. Entre los méritos y reconocimientos obtenidos por su labor creativa y por la excelencia de sus resultados artísticos, Ana María Rabasa ostenta la Distinción por la Cultura Cubana, otorgada por el Ministerio de Cultura de Cuba, el Premio Pequeña Pantalla, máximo galardón que entrega la TV Cubana, dos Premios Caracol, de la Uneac.

A estos se suman varios premios al programa musical Cuerda Viva en los Festivales Nacionales de Televisión y las Convenciones Internacional de Radio y Televisión, además de los premios especiales Cubadisco y Lucas a Cuerda Viva, y el de la excelencia que otorga el Instituto Latino de la Música.

“Agradezco una vez más a la televisión por todos estos reconocimientos, al destino y las deidades en las que creo por haber convertido mi anhelado sueño de la infancia en realidad, a todos los que me apoyaron en mis inicios y los que me han soportado durante 27 años en los medios, a mi hermana Carmucha y a Ruth, mi sobrina, mis mayores críticas y admiradoras en silencio y mirada cómplice cuando llego a casa y el programa no me queda como quiero. ¡Por ello, y otras múltiples razones, mi mayor gratitud para todos!