Llamo a Eslinda Nuñez para agradecerle sus respuestas y es auténtica en su alegría por mi halago. Y se queja de que era más largo, que no están los directores y guionistas y especialmente de que no escribió de La casa de Bernarda Alba, que hizo en teatro con Bertha Martinez. Pues aquí está señora actriz: “Si, hacer Bernarda dirigido por Bertha  Martinez ha sido fundamental para mí, además de excelente actriz fue una gran pedagoga. Los ensayos eran fuertes, trabajamos  duro, pero aprendimos mucho durante el montaje de esa obra.”

Premio nacional de cine, una de las Lucia, está en Memorias del subdesarrollo, y otro montón de películas y más piezas televisivas de las que yo recordaba. Y a ustedes directores, si me leen: Eslinda confiesa que sólo tiene tinta en el tintero ¡¿Cómo es eso?!  

-¿No has pensado en volver a la pintura? 

-Realmente el dibujo y la pintura fueron importantes para mi en un momento determinado, sobre todo en la adolescencia, luego la actuación ha ocupado prácticamente todos los espacios de mi vida. Ha cumplido con todas mis necesidades expresivas. Aunque disfruto mucho dibujar con mis nietos, ir a exposiciones y seguir el desarrollo de la pintura cubana contemporánea.

 - Si no te hubieras topado con Manolo Herrera ¿Habrías sido actriz? 

-Tal vez sí, tal vez no. Siempre quise tomar clases con Irma de la Vega en la Academia de actuación de la Universidad de Santa Clara, pero por presiones familiares no lo pude hacer. Desde que éramos novios el sabía de mis deseos de actuar. Con mi matrimonio y mi traslado a La Habana se abrió la posibilidad de entrar en la Academia de Teatro Estudio con Vicente y Raquel Revuelta, Ernestina Linares, Orquídea Rivero  y Zoa Fernández como profesores. Luego el director Julio Matas escogió un grupo de nosotros para entrenarnos en La Casa de las Américas y hacer nuestro debut en la sala Las Máscaras con una obra colectiva Escenas de Teatro. Ahora pienso que si me hubiera quedado en Santa Clara, mi vocación hubiera sido decisiva y hubiera llegado a ser actriz también.

Pero el destino impone retos y yo decidí mi vocación con el apoyo de mis compañeros, mi cabeza dura y contando siempre con el estímulo de Manolo 

- Cuando empezaste en Teatro estudio ¿Cuánto había de embullo y cuanto de vocación? 

-Como te dije tenía una fuerte vocación por el arte en general que es esos momentos, en la adolescencia,  se expresaba en la pintura pero cuando me paré en el pequeño escenario de la Academia de Teatro estudio sentí que el mundo se me abría podía darle vida a los personajes que había creado en mis dibujos y cuentos infantiles. No era embullo, era el encuentro con mi esencia y para demostrarlo te cuento una anécdota: “Por alguna razón que no recuerdo acudí a la consulta de una sicóloga que después de conversar un rato intentó convencerme para que dejara de ser actriz porque ese era un mundo muy difícil y duro para mí” Ella jamás supo que ese día decidí  con más fuerza ser actriz.  

- ¿Por qué tan poco tiempo en el Teatro musical? 

-Estuve en los inicios del Teatro Musical, me gustaban las ideas de Alfonso Arau para convertirnos es actores integrales  y con excelentes profesores. Pienso que fue una etapa decisiva en mi formación como actriz pero ocurrieron dos hechos muy importantes que irían a cambiar mi camino: La filmación de  “El otro Cristóbal” que me hizo descubrir la actuación en el cine y el impacto que me causó ver la puesta en escena de “Fuenteovejuna” Ambos hechos decidieron mi camino hacía el cine y el teatro dramático aunque, por ironías de la vida, hice, y con mucho gusto, numerosas comedias que me dieron gran experiencia.

 - A propósito ¿aún cantas? 

-No, solo lo he hecho en obras de teatro que lo requerían  y en el filme de Rudy Mora “Y sin embargo…” Lo disfruté mucho. 

- Al teatro hace tiempo no le dedicas espacio ¿Por qué? 

-Me inicié en el teatro y he tratado seguir en él, solo que no me han ofrecido nada interesante. Lo último que hice de teatro fue para la televisión, “Espectros” de Henrick Ibsen y “El largo viaje de un día hacia la noche” de O’Neill, ambas dirigidas por  Tomás Piard.  Experiencias extraordinarias. Confío en que un día volveré a las tablas. 

- Humberto Solas y Titón te compartieron ¿alguna vez le dijiste que no a uno porque tenias que trabajar con el otro? 

-En realidad trabajé una sola vez con Titón. Yo estaba entusiasmada con la filmación de Lucia, pero demoraba por razones de producción y Titón me llama para una prueba de Memorias… Yo dudé y fue una vez más Humberto Solas quien me entusiasmó para que fuera a la prueba. El pensaba que la experiencia de trabajar con Titón me fortalecería como actriz, siempre agradecí sus consejos. Fue una suerte, y hasta un privilegio, trabajar en los inicios de mi carrera con dos de los realizadores más importantes del momento. 

- De todas las películas que hiciste ¿puedes escoger tres que salvarías de un hipotético incendio? 

-Es horrible solo el pensar que el resto de la obra de una se pierda. Me pones en un aprieto. Cada película es única y muy especial para mí. A veces por la importancia del guion o por las posibilidades del personaje o por trabajar con determinado  director o donde he aprendido, donde me he retado, donde he sufrido y donde he disfrutado cada idea, emoción, palabras. Todas las películas que hecho me son muy queridas, de una forma u otra. Fíjate yo trataría de guardar muchas de ellas.  Las pondría en un disco duro para llevarlas conmigo y salvarlas 

- ¿Por qué tan poca televisión? Háblame de lo que has hecho para ese medio. 

-No creo que haya hecho poca televisión aunque comparada con otras actrices que han dedicado su vida a este medio, puedan parecer pocos, pero en realidad he distribuido mi tiempo entre el cine, el teatro, la televisión y los doblajes.  He participado en cerca de 40 unitarios, y unas  13 series y telenovelas. La televisión la descubrí de la mano de un gran director: Carlos Piñeiro con la obra de teatro “El Chino” de Carlos Felipe, con un elenco de lujo aunque antes, cuando estuve en el musical hicimos una obra llamada “La Casa de la OEA” de Segundo Cazalis dirigida por Alfonso Arau y Pedraza Ginoris, era como un divertimento musical. Y yo entonces no tuve idea de lo que era la televisión. A “El Chino” siguieron numerosos cuentos de la literatura cubana y universal como “No parqueo” de Armando Arencibia  “La Calle de la Esperanza” de Tomás Piard “Cien años contigo” de Consuelo Ramírez. Me encontré con personas muy creativas que intentaba hacer obras interesantes. Tuve la suerte de que Mirta González me invitara a trabajar en “Cuando el Agua Regresa a la Tierra” una hermosa novela. Luego hice “Pasión y Prejuicio” dirigida por Eduardo Macías y con Xiomara Blanco en “Polvo en el viento”, entre otras.  Recuerdo muy especialmente las series que hice con Rudy Mora “La otra cara” y “Doble juego” fueron trabajos  intensos de búsquedas y logros. 

- ¿Cuán difícil le resulta a la madre y esposa pertenecer a una familia de gente de cine? 

-Bueno, no he tenido tiempo de aburrirme.  He trabajado mucho alternando los distintos medios con las labores de la casa, la familia, los hijos y los nietos, todos demandantes. A veces me he multiplicado, tratando de ser perfecta. Pero me he dado cuenta de que no lo soy. Otras he estado tensa tratando de cumplir con todo. Pero  conocemos nuestras necesidades y cuando y en que momento necesitamos apoyo Eso ha hecho que mi vida sea diferente, con cambios, sin aburrimientos,  pero recibiendo comprensión y amor de mi familia.

 - ¿Te queda algún personaje que quisieras hacer? 

-Los personajes que quiero hacer son los que están por llegar, los que me pueden motivar. Los que me sorprenden. Esos desconocidos que espero lleguen a mí para investigarlos y estudiarlos que en definitivas es el momento de mayor disfrute en mi trabajo. 

- ¿Cuánto pesa ser uno de los dos rostros del cine cubano? 

-En una época la prensa se encargó de llamarnos así a Daysi (Granados) y a mí. Pienso que era porque nuestras películas de entonces, algunas de ellas consideradas clásicas, se presentaban constantemente, aquí, y  en diferentes países. Muchas veces las acompañábamos. Pero como siempre he dicho, somos muchos los rostros del cine cubano, excelentes actores que han hecho historia en nuestra cinematografía como Raquel Revuelta, Adolfo Llauradó, Sergio Corrieri, Idalia Anreus, Adela Legrá, Beatriz Valdés, Isabel Santos, Jorge Perugorría, Salvador Wood, Raúl Pomares, Mario Balmaseda y muchos otros. Y repartido entre tantos, no pesa. 

- ¿Algo en el tintero? 

-Solo tinta… 

- Lo que no te haya preguntado… 

-Espero el estreno de “Promesa” con la dirección general de Mirta González una serie donde intervengo en uno de los capítulos titulado “Danae” con  la dirección de Ricardo Miguel… Algo que promete.

 

 

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