Este 4 de marzo, Bárbaro Marín, uno de los rostros más populares de la Televisión Cubana, está de cumpleaños y tiene muchos motivos para celebrar. El querido y carismático actor ha tenido una prolífica carrera de cuatro décadas sobre las tablas desde que en el año 1984 ingresó al grupo de teatro Olga Alonso, liderado por el gran maestro Humberto Rodríguez, hoy Premio Nacional de Cultura Comunitaria.
Todo comenzó en la Casa de la Cultura “Joseíto Fernández”, del capitalino municipio Centro Habana, donde el joven Bárbaro dio sus primeros pasos bajo la guía de Humberto para egresar, tiempo después, de la Escuela Nacional de Instructores de Arte.
Con el grupo Olga Alonso, Bárbaro le dio vida, entonces, a disímiles personajes en clásicos como: María Antonia, del Premio Nacional de Teatro Eugenio Hernández Espinosa; Andoba, de Abraham Rodríguez; Romeo y Julieta, de William Shakespeare; La emboscada, de Roberto Orihuela y Réquiem por Yarini, de Carlos Felipe.
Aunque permaneció en el Olga Alonso solo hasta 1986 todavía hoy mantiene una gran amistad con su primer maestro de arte escénico. Gracias al profesor Humberto, el actor todoterreno y multifacético, –como lo han calificado en múltiples medios de comunicación–, aprendió a ser una buena persona, buen amigo, la disciplina artística y elementos como expresión corporal, voz, dicción, actuación y gimnasia. El carisma ya lo traía consigo.
Sin dudas, tanto Humberto como el desaparecido Premio Nacional de Teatro, Hernández Espinosa, –líder del grupo teatro profesional Arte Popular al cual perteneció Bárbaro a partir de 1986–, contribuyeron a formar a quien con el paso de los años llegaría a ser uno de los grandes actores de la Televisión Cubana, además de incursionar, con éxito, en la composición musical, el canto y la ejecución de la guitarra.
Los televidentes recuerdan con agrado los papeles de Bárbaro en telenovelas como: Tren de noviembre, Pasión y Prejuicio, Las Huérfanas de la Obrapía, Al Compás del Son, Tú, la serie policiaca Día y Noche y el dramatizado Promesas.
En estos momentos Bárbaro está muy entusiasmado porque, en los próximos días, comenzará el rodaje de la telenovela de 60 capítulos Sábados de Gloria, con dirección general de Tamara Castellanos, y Ernesto Fiallo, al frente del segundo equipo de grabación. A manera de primicia adelantamos que le dará vida a Pablo, un productor de cine que se ve envuelto en una trampa.
El actor es muy conocido igualmente por su trabajo en el séptimo arte en filmes como: Clandestinos, Caravana, Zafiros, Locura Azul (donde puso su verdadera voz en algunas canciones que interpreta el personaje de Ignacio, según reveló el Premio Nacional de Cine, Manuel Herrera); Las Profecías de Amanda y El cuerno de la abundancia.
Próximamente tendrá lugar el estreno mundial de la película El Tiburón, filmada el pasado año en República Dominicana y bajo la dirección del cineasta de esa nación, Félix Germán.
Luego de algunos años de inactividad, Bárbaro ha retomado algunos espacios de la bohemia habanera, dedicados a la descarga musical en el Pedro's Bar, el Boulevard de San Rafael y el Centro Cultural El Batazo, de Belascoaín y Concordia, todos en Centro Habana así como en el Café Madrigal, ubicado en 17 y 4, en El Vedado.
Por su significativa contribución a la cultura popular y sus cuatro décadas de vida artística Bárbaro recibió el Premio Benny Moré, recientemente institucionalizado. El reconocimiento se lo entregó Lázaro Famada Moré, nieto del Benny y Presidente de la Marca Internacional que lleva su nombre, explicó Dianna Rosa, comunicadora institucional.