«Quienes hacemos humor tenemos en este momento cosas más importantes que rescatar: Los valores eternos y universales del hombre, que casi los hemos perdido, la caballerosidad, la generosidad, la cortesía, el respeto, la honradez son valores humanos que han sobrevivido a todos los cataclismos del mundo y que tenemos que rescatar».
Erdwin Fernández
Erdwin Juventino Fernández Sánchez, nació en la oriental provincia de Cuba, en el Camagüey el 29 de enero de 1928 y falleció en Ciudad de La Habana el 22 de octubre de 1997, hará 27 años... Fue un estacado actor de la radio, la televisión, el cine, el teatro y el circo. Inmortalizo el personaje del payaso “Trompoloco”, además dirigió, escribió y actuó en disimiles programas.
Payaso: es un tipo de artista que busca divertir al público con ciertas rutinas humorísticas y a través del maquillaje y vestuario que lo caracterizan y poco habituales. Ahora muchos se visten de payasos, y lo peor, es que creen serlo… No todos logran amenizar y divertir a chicos y adultos en algún cumpleaños, y es que muchas veces, no enseñan ni difunden el mensaje necesario.
Ser payaso, es algo más. Y es que debe tener carisma y características de un niño. Su gracia, su alegría, su dulzura y ternura, su cariño y sus travesuras.
Cuando veo uno de ellos, es imposible no recordarlo. Fuimos sus admiradores. Varias generaciones de cubanos; reímos, lloramos, reflexionamos y adorábamos a ese actor-payaso con pasión, lo seguimos amando en el recuerdo. Era el inolvidable amigo de los niños, tanto lo que les transmitía y a nosotros los adultos, que podías pasar fácilmente de la alegría a la tristeza. No dejaba uno de ver el espacio de la pequeña pantalla que dedicado a los más pequeños de casa, y es que lograba ensimismarnos con aquella admirable actuación, capaz de llevarnos, como un protagonista más, por las historias que contaba, y sentirlo como un amigo más.
Desde que estudiaba en el bachillerato comenzó a trabajar en algunas obras de teatro y durante sus estudios de bachiller, incursionó en la representación de algunas obras teatrales bajo la dirección de Luis Martínez Casado, quien luego sería otra de las figuras relevantes de los medios cubanos. Ingresó a la Universidad de La Habana para estudiar arquitectura pero abandonó la carrera para seguir sus inquietudes artísticas.
Ya, en la enseñanza superior se incorporó al grupo de Teatro Universitario que dirigía la tía de quien escribe esta crónica, Elena de Armas, en la Sala Tespis del hotel “Havana Hilton”. Esta experiencia le sirvió para consolidar sus recursos histriónicos.
Participó en tareas culturales del Ministerio de Educación como director artístico y en un grupo de titiriteros que realizaba funciones al aire libre. A finales de la década de los ´60 formó parte del grupo Teatro Estudio que dirigía Raquel Revuelta y en el que estuvo actuando bajo la dirección de Héctor Quintero.
Sus actuaciones radiales son recordadas en los programas de «La tremenda corte» (1942). A partir de 1977 también formó parte del elenco del popular humorístico «Alegrías de Sobremesa» donde encarnó varios personajes que siempre recordaremos, como fue el del niño “Adolfito”, que con su sobrada técnica vocal lograba la voz infantil, o el del anciano jocoso “Gervasio, Escobar y Campanario”, (nombre de tres calles de La Habana), entre otros. También dirigió para la radio el programa infantil “El mundo de los niños”.
En sus actuaciones en la radio se recuerda al personaje de “Simplicio Bobadilla y Comejaibas”, que interpretaba en el programa “La Tremenda Corte”, estrenado el 7 de enero de 1942 por RHC Cadena Azul. Erdwin encarnaba a un muchachito de múltiples quehaceres, torpe y de baja estatura, tan mañoso como “Tres Patines”. A veces de acusador pasaba a ser acusado, en complicidad con “Tres Patines”. El autor y guionista del espacio fue Castor Vispo, quien más tarde devino en un destacado escritor para la televisión. Por la calidad de los libretos y la popularidad de las actuaciones del elenco, le valieron a “La Tremenda Corte” ser la mejor comedia producida en Latinoamérica, heredero ésta del teatro bufo cubano. Los roles principales estaban a cargo de Leopoldo Fernández “José Candelario Tres Patines” y su contrafigura, Aníbal de Mar, “El Tremendo Juez”, con su lenguaje y el doble sentido, hacían las delicias de los telespectadores y se convirtieron en un rasgo característico del programa. Otros actores que participaron fueron Adolfo Otero como “el gallego Rudecindo Caldeiro y Escobiña”, Mimí Cal, “la mulata Nananina” y Miguel Ángel Herrera “el secretario”.
En el cine Erdwin logró una representación memorable en el filme de Julio García Espinosa, «Las Aventuras de Juan Quin Quín» (1967) basado en la novela del escritor cubano Samuel Feijóo, «Juan Quin Quín en Pueblo Mocho», donde interpretó el personaje de “Jachero”, compañero cercano del protagonista Julito Martínez como “Juan Quin Quín” y Adelaida Raymat como “Teresa”. Según los especialistas, el filme marcó un punto de giro en la obra de su director y del cine cubano. Varios galardones distinguieron a la cinta, entre ellos: Mención de Honor en el II Encuentro Internacional de Cine Iberoamericano, en Barcelona, España, en 1966; Premio de dirección Apsara de Oro, en el II Festival de Phnom Penh a la mejor dirección, Cambodia (1969) y el Certificado al Mérito del Primer Festival de Guyana (1976).
También su voz figuró en el popular filme de animación de Juan Padrón, “Elpidio Valdés contra dólar y cañón” haciendo el doblaje del personaje de “Oliverio”. En la década de los ´50 le dio vida a la figura del payaso en nuestra televisión cubana, el que le otorgaría una grandísima popularidad entre niños y adultos además de un sitio destacado dentro del panorama cultural por su humanismo, ternura, amor y enseñanza. Por primera vez aparece en una transmisión televisiva infantil de la CMQ con el nombre de “Chiquilín” y poco a poco fue convirtiéndose en el carismático e inmortal “Trompoloco”.
En 1951, Erdwin Fernández comenzó a trabajar en pequeños papeles en espacios de la TV: en el programa de la televisión “General Electric” donde hizo de gángster junto al actor Enrique Almirante. En 1962, creó y dirigió el espacio infantil “Amigo y sus amiguitos” donde, junto a Nilda Collado, su compañera en la vida y el arte, y la estelar Consuelito Vidal, ponía voz a los personajes e interpretaba algunas canciones. Este espacio gozó de una amplia popularidad entre el público televidente infantil.
Pasaron varios años para que obtuviera gran aceptación por todos, especialmente por los niños. Fue capaz, con su adaptación en la pequeña pantalla, de ganarse la acogida de todos los hogares cubanos, y el aplauso a su maravillosa capacidad de escribir e improvisar sus textos haciendo de “Trompoloco”, un clown diferente, genuino, adorable! A diferencia de otros, en que la verdadera identidad del artista queda oculta tras el disfraz, Edwin lo representaba en su propia piel, con su cuerpo y alma, entregando su buena voluntad, disciplina, profesionalismo y valores humanos que siempre lo caracterizaron.
En la década de los ´60 se incorporó a Teatro Estudio, emblemático grupo de teatro cubano, considerado como la experiencia teatral más fecunda del Siglo XX, un importante centro formador de directores, actores y dramaturgos cubanos. Entre las obras más recordadas del paso de Erdwin por esta compañía teatral están “Los cuentos del Decamerón” y “La última carta de la baraja”, ambas, bajo la dirección de la gran Raquel Revuelta.
Dirigió, escribió y actuó en numerosas emisiones infantiles de la televisión cubana. En 1962, creó y dirigió el gustado programa infantil «Amigo y sus amiguitos» que junto a su esposa Nilda Collado y Consuelito Vidal ponían las voces e interpretaban canciones. Trabajo en 1964 en «Yerma» obra de Federico García Lorca, en el espacio de “Teatro ICR” creado por Marcos Behmaras, donde se promovían obras de la literatura universal adaptadas a la pantalla chica, junto a la inolvidable actuación de Consuelo Vidal, Sergio Corrieri y bajo la dirección de Amaury Pérez García, la que se realizó en el estudio 19 del Focsa, siendo la primera vez que se filmaba en 16 mm para la televisión cubana y que repusieron recientemente y volvimos a disfrutarla.
Otro programa de la TV en el que participó como actor fue el humorístico “Si no fuera por mamá”, en el que también trabajaron otras figuras relevantes de la cultura cubana como: Eloísa Álvarez Guedes, Marta del Río y Reinaldo Miravalles, donde él interpretó un personaje humorístico como el de “Paco”, un anciano ferroviario jubilado que lo convirtió en Presidente de Honor del Comité de Jubilados y Pensionados de la División de Occidente de Ferrocarriles de Cuba. Además, recibió un carné banda roja que lo acreditaba como funcionario de alta jerarquía del sector y las Columnas de plata, distinción que se entregaba a los ferroviarios con más de 25 años de trabajo.
En los años ´80, junto al Circo Nacional de Cuba hizo una gira por varios países de América Latina para aprender cómo era la vida de los artistas circenses. A su regreso, y con la experiencia acumulada en este recorrido, escribió el libro “Cuentos de payasos”, dirigido principalmente a los infantes. Más adelante vieron la luz otros títulos como “La carpa azul” y “Las dos botellas”, todas por editadas por la Editorial Extramuros, La Habana, Cuba.
“Trompoloco”, interpretado magistralmente por Erdwin Fernández logró transmitir conmoción y ternura a través de sus canciones. De “La muñeca fea” expresó: «esa canción me daba la oportunidad de plantearles a los niños lo complejo que es la belleza, para concluir que lo bello es lo que realmente nos hace feliz y que uno debe olvidarse de los cánones establecidos». También la pieza «Di por qué», que se convirtió en un “Himno infantil” en nuestro país. Ese diálogo musical con su abuelita nos emocionaba a todos...
Esas composiciones decían mucho del histrionismo y la belleza artística de Erdwin. Creía que la labor de los payasos no era exclusivamente para hacer reír, para él, además, servía para estimular el pensamiento y la reflexión y así poder recuperar los valores del hombre desde la infancia, como la humildad, el altruismo, la generosidad, la cortesía, el respeto y la honradez.
El Concurso Nacional de Payasos Erdwin Fernández in Memoriam, organizado por el Círculo de Payasos de Cuba, el Circo Nacional y el Consejo Nacional de las Artes Escénicas surgió como festival en el 2008 en Cienfuegos. Desde el 2010 se estableció como concurso con el objetivo de conocer los nuevos payasos y el desarrollo de esta expresión artística en nuestro país, y asimismo rendirle homenaje al gran maestro del circo en Cuba.
“La Carpa Trompoloco”, orgullo del arte circense cubano, fue fundada en el 2005 y tiene capacidad para 2,000 personas. Su nombre perpetúa a Erdwin Fernández y su personaje de “Trompoloco”, sede oficial del Circo Nacional de Cuba y del Festival Internacional de Circo “CIRCUBA”, que tantos logros ha tenido dentro y fuera del país.
En este lugar se presentan espectáculos y conciertos artísticos de variados formatos y ha sido visitada por prestigiosas personalidades como la gran vedette de Cuba, Rosita Fornés, Andrés Atayde dueño del circo homónimo mexicano, Anna Gasser directora del Silver Circus australiano, Yves Sheriff, director de casting del Cirque du Soleil en Canadá, entre otros. Se reinauguró en el 2015 luego de una reparación capital y se le incorporó, por primera vez en la historia, un sistema de climatización para un mejor confort.
En saludo a la Jornada por el 20 de Octubre “Día de la Cultura Nacional” y a la conmemoración de su desaparición física en 1997, hará 27 años dos días después este 22 de octubre. No podemos terminar sin escribir una frase de este gran actor que fuera Erdwin Fernández: “No hay presente sin pasado ni habrá futuro sin presente”…Algunos colegas de Erdwin opinan:
«…el gran mérito de Erdwin fue sacar al payaso del circo y llevarlo al teatro y la televisión».
Juan Vilar
«...cuántos años hace que Erdwin Fernández ya no está con nosotros y todavía cuando vamos a hablar de Erdwin Fernández, decimos “Trompoloco”».
Enrique Molina
«Animar, recitar, cantar, conversar, dramatizar con aquel payaso simpático, gran creación de Erdwin. Toda una gran escuela».
Carmen Solar
«Trabajé con Erdwin Fernández que para mí fue el mejor director de radio que he tenido. Con Erdwin aprendí muchísimo».
Fela Jar