A partir del domingo 25 de septiembre, al concluir la emisión estelar del Noticiero, se estrena la serie animada Acuarelas de Cuba, un homenaje audiovisual para Luis Carbonell quien forma parte de las raíces culturales de la nación.
Soñar es un acto gratuito. No hay que estar necesariamente dormido para representar sucesos o imágenes fantásticas. Quizás la mayoría de esos pensamientos nunca salgan de nuestra cabeza, aunque puede que sí, que algunos se materialicen. El acto de imaginar “no cuesta nada”, eso no tiene discusión, pero ejecutar las ideas sí precisa de muchas horas de trabajo y esfuerzo.
Realizar animados invita a soñar todo hacerlo: desde hace 27 años ese es uno de sus empeños diarios. Dice que siempre tuvo la idea de animar el poema Igual que el niño Valdés, hasta que conoció a un sobrino de Luis Carbonell...
A partir de entonces, Jesús comenzó a visitar al declamador, incluso le presentó algunos diseños preliminares. Carbonell le entregó contenido fonográfico y el animador se dedicó a escuchar estampas que jamás había oído y a interiorizar las ya conocidas. “En ese momento me di cuenta que tenía un material con una carga muy fuerte de cubanía y empecé a preparar el proyecto por mi cuenta”, dice Rubio antes de que se estrenen los primeros siete capítulos de Acuarelas de Cuba por “El canal de todos”.
En 13 episodios –con una salida por semana al concluir la Emisión Estelar del Noticiero del domingo–, la serie animada pretende ser un homenaje a El Acuarelista de la Poesía Antillana. De ahí surge el título de la obra, pues está dedicada a rescatar el quehacer de “uno de los cubanos más cubanos”, como diría Jesús Rubio, responsable de la idea original, y también de su dirección, guion, diseño de personajes, storyboard y puesta en escena.
A pesar de tener tantas funciones en la materialización del producto audiovisual, este realizador trabaja con mucho cuidado: “Cada entrega tiene una estética propia y la he implantado yo, no es que haya buscado a otras personas para eso. He diseñado de una manera diferente para todas las historias”. Desde que inició el proceso, confiesa, tiene la idea de unir luego los cortos mediante un hilo conductor y hacer una película.
El bloque de estreno se iniciará, entre otros, con los textos No me gusta molestar (siendo esta la carta de presentación a la teleaudiencia); Los 15 de Florita, acerca de una madre que desea celebrarle la fiesta a su hija, por encima de todo; y La guantanamera, donde el espíritu de un hombre quiere despedirse de su amada, y la voz de Elena Burke acompaña a la de Luis.
A los anteriores, se sumarán Espabílate, Mariana, sobre las madres que quieren forzar a sus hijas para que se conviertan en mujeres antes de tiempo, y Rumba de cajón. Este último constituye el capítulo de mayor duración –los tiempos de cada historia son diferentes– y contiene una sorpresa: aparece un personaje inspirado en la figura de Luis Carbonell, Premio Nacional de Música y Premio Nacional del Humor en 2003.
Si bien se trata de un material animado, no está dirigido en primera instancia al público infantil, sino a los jóvenes y a la familia toda. Sin embargo, no se encontrarán en la serie signos de grosería o chabacanería, esta intenta ser un reflejo inteligente y divertido de lo que somos como pueblo.
En cuanto a la función de las imágenes, Jesús Rubio aclara que estas no expresan literalmente lo que se dice. “No se trata de reproducir los textos a nivel visual, sino que tejo una historia a partir de la estampa, y se convierte en un apoyo”, cuenta. Además, asegura, la voz de Carbonell es el escudo del proyecto, la raíz de todo.
El sonido de las Acuarelas
Las grabaciones que contienen la voz de Luis Carbonell datan de los años sesenta del siglo pasado. Son cintas de un cuarto de pulgada; algunas en mejores condiciones que otras, y requieren de un trabajo minucioso para remasterizar el sonido. Esta no es la primera vez que Enrique “Kiki” Corona restaura pistas antiguas y agradece que le hayan otorgado la responsabilidad de acercar en el tiempo al artista.
“Se trató de una labor prácticamente artesanal, pues las grabaciones que el director decidió utilizar tenían muchos ruidos y deterioro por el paso del tiempo. Una vez digitalizado todo el material sonoro, comenzó mi labor de restauración vocal. Fue un trabajo difícil, pero con un resultado satisfactorio –en mi opinión–. En cualquier caso, la inspiración siempre fue el invaluable aporte que realizó Luis toda su vida”, refiere el músico y compositor vinculado al mundo de la producción audiovisual, sobre todo al infantil.
Desde que Kiki conoció del proyecto, la idea lo conquistó. Como se trataba de “una de las voces más altas de nuestra cultura nacional”, se puso a las órdenes del equipo para aportar lo mejor que pudo hacer. Aunque confiesa que la restauración de los audios fue lo que más disfrutó, “la creación de la banda sonora también fue una experiencia cautivadora”.
En primer lugar, empezaron a trabajar sobre la base de las declamaciones originales y, a solicitud de Jesús Rubio, se incorporaron efectos de sonido y música incidental donde era importante calzar el hecho visual. “Tuvimos enorme cuidado en no desviar la atención del espectador, tomando como eje central del audiovisual la voz del maestro”, explica Corona. De ahí que la mezcla musical sea un complemento de la imagen.
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Kiki Corona y Jesús Rubio tienen varios aspectos en común. Ambos conocieron a Luis Carbonell y lo valoran como una de las figuras icónicas de nuestro pueblo. Además, forman parte del equipo que rescata la obra del artista a siete años de su desaparición física.
Junto a ellos, los productores Yampier Rodríguez y Yamina Gibert, y los animadores Israel Ugarte, Rafael Fernández, Alain Romero, Alver Zayas y Javier González han sido piezas clave para realizar este producto. Asimismo, se destaca el trabajo de Vladimir García, en los fondos; David Nicle y Maykel Pedrero, a cargo de la edición; Suraima Pérez, como responsable de la composición; y Mayelín López, frente al color.
“Siento que con el proyecto logramos hacer a Luis Carbonell más cercano a los nuevos auditorios. Conservar y preservar la cultura nacional es un acto de honor a quienes tanto reconocimiento merecen”, dice Kiki.
Por su parte, Jesús confirma que embarcarse en la experiencia de Acuarelas de Cuba ha sido un desafío en las condiciones actuales, y piensa que el material trascenderá a otros países del mundo por su elevado valor identitario.
Un proyecto que también llega a la pequeña pantalla como un homenaje adelantado de Cubavisión al Día de la Cultura Cubana, celebrado cada 20 de octubre.