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En el evento teórico del Concurso Caracol 2022 se dedicó un espacio a la reflexión acerca de la realización audiovisual desde la perspectiva de infantes y adolescentes.

En la sala Caracol de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac) se reunieron niños, adolescentes, familiares, coordinadores de proyectos comunitarios o de Desarrollo Local, realizadores y periodistas junto a asesoras vinculadas al Grupo Creativo infantil - juvenil del Canal Cubavisión para reflexionar acerca de la radio, televisión y video-creación hecha por los hombres y mujeres del mañana.

Entre los presentes figuraban la guionista Lil Romero, las asesoras Tania Alarcón y Dely Fernández, así como la multipremiada realizadora tunera Waldina Almaguer, todas con una larga experiencia en el trabajo con niños y adolescentes.

Luego de disfrutar de una variada muestra radial y televisiva, realizada fundamentalmente por niños y adolescentes de varias regiones del país, la asesora Dely expresó su satisfacción por haber tenido la posibilidad de ver las obras terminadas y en algunos casos, parte del proceso de creación de esos audiovisuales.

“Es algo enriquecedor saber que en edades tan tempranas se colocan temas tan vitales, tan fuertes y complejos, pero desde la mirada infantil. También es importante conocer que existen personas sensibilizadas con los procesos de crecimiento de las nuevas generaciones. Son los facilitadores que están ahí para moldearlos, colocarles ante interrogantes a las que ellos mismos van a encontrar respuestas”, dijo Dely.

La asesora sentenció que esos infantes y púberes “se están convirtiendo en ciudadanos más plenos, más capaces, más íntegros, más problematizadores de nuestra sociedad”.

Por su parte, Tania manifestó sentirse encantada con la diversidad que muestran las pantallas: “Vimos muchachos de todas las condiciones, con todos los colores de piel, con maneras diferentes de ser y eso me fascina porque creo que, de alguna manera, lo que hemos visto en la muestra refleja nuestra diversidad como pueblo”.

Además, la asesora alertó sobre lo imperioso que resulta velar porque lo que consuman niños y adolescentes, a través de las pantallas digitales, sean productos sanos y nutritivos.

Sobre ese mismo tema abundó el profesor y crítico Pedro Noa, quien fue el moderador del debate:

“Más allá de saber usar una cámara, más allá de hacer un story board como en el Proyecto de Desarrollo Local (PDL) Tu Taller, más allá de la adolescente de Santa Clara, fascinada por la edición, todos ellos adquieren una visión de la vida diferente a las de otros muchachos.

“Ellos comienzan a construir un mundo que no tiene que ser exactamente el camino del audiovisual, con una mirada diferente. Muchos de estos productos serían excelentes para mostrarlos en la Televisión Cubana, tal cual están concebidos”.

Noa Romero, puso como ejemplo el cortometraje Enma (producido por Aventuras Baobads y Travesuras Films, de San José de Las Lajas, en Mayabeque), que ya ha alcanzado la cifra de 103 K de visualizaciones.

“Un corto hecho por niños. Posiblemente ni los mejores programas de televisión, tengan esos niveles de raiting. Algo interesantísimo que encontré en estos grupos de creación es que a ellos no les interesan las pantallas tradicionales. El problema de los jóvenes es que los vean en las redes sociales. Están trabajando en una dimensión que no es la nuestra: es la de su generación”.

Precisamente Lucía (hija del realizador Juan Carlos Travieso (vicepresidente primero de la Asociación de Cine, Radio y Televisión de la Uneac) anunció en el canal de YouTube de Aventuras Baobads que a principios de este mes de noviembre se estrenará la serie Adolescentes, de doce capítulos, con 10 o 20 minutos de duración.

Desde su papel de guionista, Lil conminó a los realizadores en ciernes a detectar historias propias y ajenas, en sus barrios y comunidades que, a veces dejamos pasar, sin darnos cuenta. “Tenemos que sospechar en cada historia: cuál es el conflicto y cómo lo voy a contar para que le llegue a más muchachos como ustedes”.

En tanto, Waldina recordó que lleva 23 años haciendo televisión para niños y a veces se siente angustiada porque no sabe qué es lo que quieren ver en los audiovisuales que les proponemos. “Tenemos una buena historia que contar, pero de un modo aburrido. Mi generación lo primero que cogió en la mano fue un lápiz y una libreta; ustedes, el teléfono y el Tablet. Y eso es genial”.

A la pregunta de Waldina sobre quiénes vieron la serie Calendario, transmitida por Cubavisión, todos los presentes levantaron sus manos. Entonces –dijo ella– sí ven la pantalla tradicional. “Lo que hay que pensar en un producto con calidad y en acercarnos cada vez más a sus códigos”.

Naidel Herrera, uno de los coordinadores del PDL Tu Taller, del habanero municipio Plaza de la Revolución, confesó que al principio tenía prejuicios con el tema de dejar a los niños producir sus audiovisuales:

“Y eso es lo primero que tenemos que quitarnos. Hay que dejar que ellos hablen por sus propias voces. Y nos han enseñado a volver a ser niños. Nosotros poseemos las enseñanzas de la escuela y ellos no están marcados por ningún tipo de vicio”.

Travieso agregó: “Lo más bonito que puede pasar con cualquiera de los que se están formando hoy en el audiovisual es que no solo aprendan a hacer sus obras sino a tener una mirada crítica y sean capaces de discernir qué es bueno y qué es malo en cualquier pantalla. Ahí está la clave del mejor aprendizaje que puedan sacar”.

La psicóloga y fotógrafo Laura Cepero anotó que en su proyecto MiaMar Estudios “los niños y adolescentes descubren la magia de la fotografía porque muchas veces los padres y madres tenemos el mito de que el audiovisual es una pérdida de tiempo. Creo que si cambiamos un poco el discurso en función de los padres estaríamos cambiando también esas visiones.

“Lo que pretendemos es que desarrollen habilidades cognitivas, emocionales y sociales a través de la fotografía y el audiovisual. Los padres notan la evolución de sus hijos, disfrutan junto a ellos y realmente lo agradecen muchísimo porque les estamos mostrando que podemos darle otro uso a la tecnología en función de hacer arte para crecer, con una mirada desprejuiciada de ver el mundo”.

El moderador del encuentro completó la idea anterior: “Cuando ellos se enfrentan a una cámara están leyendo y creando sus mundos para las pantallas inteligentes igual que hace un escritor, pero desde el campo de la video creación, un campo más abierto que no es documental, no es ficción y no es animado”.

Por último, el realizador Jorge Pedro Hernández adelantó que en el mes de enero cumple veinte años al frente del proyecto El Hombrecito Verde donde siempre ha procurado rescatar el musical cubano.

“Los que hacemos la televisión para niños tenemos que romper un grupo de dogmas y lo podemos lograr a partir de que estemos más cerca de ellos para darnos cuenta de cuáles son sus estructuras de límites. Hoy no se puede perder de vista el concepto de transmedia porque con la evolución del hombre las épocas cambian y ahí nos tenemos que centrar”.

Comentó que en su programa televisivo Travesura Musical ha tratado de romper esquemas para hacer un programa universal, lleno de colores, con hadas, duendes, príncipes y princesas, pero sin que dejara de ser un producto cubano, pensado para los niños de este país.

En su opinión, la primera temporada no se transmitió en el horario más adecuado y por eso decidió lanzar el audiovisual por los sitios de redes sociales y hacer espectáculos en las calles. “La segunda y la tercera temporada sí tuvieron gran éxito en pantalla y cuentan con mucha audiencia en nuestro canal de YouTube”.

A modo de colofón intervino Tamara Roselló, especialista en Comunicación para el cambio social de comportamiento de la Unicef Cuba.

“Estamos acompañando a iniciativas como el Centro a+ espacios adolescentes, al PDL Tu Taller y al proyecto Cámara Chica, punto de confluencia de distintas provincias del país porque justamente el audiovisual se convierte en una vía de motivación para desarrollar habilidades, para descubrir el mundo que tienen a su alrededor.

“Es muy importante el trabajo en equipo en una época en que cada cual se concentra en su individualidad después de haber pasado una etapa de pandemia que nos obligó a estar aislados físicamente. El audiovisual es un espacio de construcción colectiva y de conexión. A diferencia de otras manifestaciones artísticas nos devuelve a lo comunitario y creo que eso tiene un valor extraordinario para los niños y adolescentes porque necesitan socializar con el otro”.

Explicó que desde la Unicef se está impulsando la campaña Mídete, contra la violencia, “que busca hablarle a la familia, los docentes, las comunidades, los niños y adolescentes sobre esa violencia, a veces invisible, con la que convivimos donde están creciendo. Allí se normaliza y por tanto nunca vamos a romper ese ciclo. Es importante que a los espacios donde llegue la familia se toquen estos temas”.

Finalmente, la comunicadora mostró su preocupación por los niños que no tienen acceso a datos móviles, a una computadora o un teléfono y no ven la televisión.

“¿Cómo llegamos a ellos y cómo los motivamos si sus padres no los van a llevar a un taller, menos todavía si tienen que pagar una cuota o moverse hacia otros municipios?

“Los responsables de animar proyectos socioculturales y creativos debemos pensar en los que tienen una discapacidad y en los que no fueron incluidos. Ellos son los que más lo necesitan. El compromiso primero de la Unicef es acompañarlos para que no se queden atrás. Todos los niños y adolescentes deberían tener oportunidades de crear, de contar sus historias, de ser escuchados y, sobre todo, de ser respetados”, concluyó.