Temas
- Detalles
- Escrito por: Ivón Peñalver / Fotos: Cortesía del entrevistado
- Categoría: Temas
- Visto: 747
En un breve encuentro con el reconocido músico, compositor y productor musical Alejandro Falcón, encargado de la banda sonora de la telenovela Renacer.
Definitivamente, la banda sonora de un dramatizado tiene el poder de sumar adeptos a la trama o, por el contrario, restar intensidad a lo que se expresa. Su importancia como complemento de la estructura temática es incuestionable. En el caso de Renacer, considero que la banda sonora es uno de los elementos más destacados, ya que contribuye a la dinámica de la trama y favorece la resolución de los conflictos.
Con una experiencia previa como creador de las bandas sonoras de Vidas cruzadas y la teleserie Valientes, Alejandro Falcón deja su sello creativo en Renacer, una telenovela de mayor duración que las anteriores, lo que implica mayores exigencias musicales. Este fue un desafío del que hablamos con el propio creador:
¿Cómo llegas a Renacer?
«Llego a esta telenovela gracias a la relación que desde hace años mantengo con Heiking Hernández, su directora. Yo ya había compuesto la música para Vidas cruzadas, también dirigida por ella, y ese trabajo derivó en un fonograma auspiciado por Producciones Colibrí. Posteriormente, compuse la banda sonora de la serie Valientes, también bajo su dirección.
«Por lo tanto, es una relación laboral que ha transitado por interesantes caminos creativos. En esta ocasión, ella me pidió que no me limitara solo a lo instrumental; tuve que componer varias canciones cuya temática central es la mujer cubana, sus problemáticas y los prejuicios que aún la afectan. En ese contexto, traté de crear algo auténtico. Compuse la música de todos los temas y invité a la violinista Brenda Chávez, mi esposa, a que escribiera las letras, algo en lo que ella es muy talentosa.
«Así surgieron cuatro canciones: Renacer, la nana de despedida dedicada a Daniel, el niño de la telenovela, y a nuestro pequeño hijo David; Heiking quería que el tema final reflejara todo ese sentimiento desbordante de una madre por su hijo. Esta canción se titula Velando por ti, además de Una nueva mujer y Un sueño. El resto de la música incidental está relacionada con los diferentes conflictos y personajes, y conforme a las necesidades de Heiking, fuimos creando fragmentos melódicos que acompañaran la trama».
¿Quiénes interpretan los temas y cómo seleccionaste a estas voces?
«En esta oportunidad, intenté que todas las voces fueran femeninas. El tema de presentación lo interpreta Annys Batista. La canción de despedida, por supuesto, es interpretada por la inconfundible Beatriz Márquez, quien canta Velando por ti. Las otras dos canciones, Una nueva mujer y Un sueño, son interpretadas por Mariela Cobos y Annie Garcés, respectivamente.
«Todas son grandes cantantes de diferentes generaciones, y eso era justamente lo que quería plasmar: una diversidad de matices y formas de interpretar, pero con una misma esencia, recogiendo los sentimientos más profundos desde la perspectiva femenina».
¿Cuál fue el mayor desafío?
«Ante todo, la extensión de la telenovela fue un reto, ya que es la que más música me ha requerido hasta ahora, con noventa capítulos. Otro desafío fue escribir canciones, ya que generalmente me dedico más a lo instrumental. Además, ayudé en la producción musical de Giselle Fajardo, quien interpreta a Lily, una cantante dentro de la historia. En este caso, actué como su productor musical, lo que implicó ensayar mucho con ella, apoyarla, porque aunque es una actriz con una excelente voz, no es músico.
«Los temas que interpreta en la novela fueron grabados en estudio, mezclados y masterizados, lo que también demandó un mayor tiempo de trabajo y postproducción».
¿Cómo defines este vínculo de creación musical para la televisión cubana?
«Escribir para televisión era un sueño que tenía desde hace muchos años, y lo pude cumplir hace unos cinco con la telenovela Vidas cruzadas. Me gusta mucho la televisión, la veo bastante, así que me siento muy identificado con ella. Me honra poder escribir música para una telenovela porque la magia de este género es que llega a todos los hogares, y eso para un compositor es algo sumamente importante.
«De hecho, en estos momentos se retransmite en varios horarios, lo que amplía las posibilidades de que más personas disfruten de ella. Como mencioné, además de Vidas cruzadas, también compuse la banda sonora de Valientes y de la última edición del concurso Adolfo Guzmán (2019). También he escrito música para documentales y fui mentor de concursantes en el programa La Banda Gigante, donde además trabajé como arreglista. Como ves, todas son facetas diferentes que me han permitido aprender y crecer.
«Un hecho importante es que, al dedicarme a componer música de concierto, cada vez que surge una oportunidad como esta, me gusta poder adaptarme a otros estilos y géneros musicales».
¿Qué sabor te dejó la experiencia de Renacer?
«Este trabajo en Renacer me dejó una sensación muy positiva en este momento de mi carrera. Por ejemplo, el tema interpretado por Beatriz Márquez ha gustado mucho, sobre todo entre los niños, para quienes fue creado. Es increíble, pero he recibido videos de amistades y niños cantando la canción. Esa es la mayor alegría, porque ese era el propósito: llegar a ese público.
«Es muy gratificante ver cómo un producto como este puede llegar a tanta gente, no solo en Cuba, sino también en el mundo a través de YouTube. Estoy muy feliz de haber podido formar parte de este fenómeno cultural que, sin duda, es la telenovela, y de haber aportado, aunque sea de manera pequeña, al disfrute del público. Espero que sigan surgiendo oportunidades como esta, porque es una experiencia muy inspiradora y estimulante».
Seguramente, el recorrido de este talentoso creador en la pequeña pantalla recién comienza. Aún queda mucho por descubrir en él, poniendo armonías diferentes a los conflictos que surgen en la trama. Esa es otra de las magias que Alejandro Falcón aporta hoy a Renacer.
- Detalles
- Escrito por: Félix A. Correa Álvarez
- Categoría: Temas
- Visto: 845
En una época de reglas, ellas seguían las propias...
Orgullo y Pasión ha destacado por su capacidad para mezclar una narrativa envolvente con una reflexión sobre las diferentes aristas del feminismo. A través de sus personajes y tramas, la telenovela ofrece una representación multidimensional de las luchas femeninas, a partir del abordaje de temas como la autonomía, la resistencia social, la transformación personal, y la búsqueda de la igualdad. Esta telenovela no solo narra historias de amor y pasión, sino también de empoderamiento y superación de las mujeres ante una sociedad que sigue imponiendo restricciones de género.
Uno de los personajes más interesantes es Elisabeta Benedicto, quien representa una mujer decidida a luchar por su autonomía y autodeterminación. En un contexto donde las mujeres son presionadas para cumplir con los ideales tradicionales de matrimonio y familia, Elisabeta desafía estos roles al priorizar su independencia.
Su negativa a casarse por conveniencia refleja una clara postura feminista que reivindica el derecho de las mujeres a tomar decisiones sobre sus propios cuerpos y destinos. Elisabeta se convierte, así, en una figura que no solo cuestiona las expectativas sociales, sino que actúa sobre ellas
Este tema de autonomía se ve reforzado por Julieta Betancourt, una mujer poderosa conocida como la “Reina del Café”. Julieta ha construido su propio imperio en un mundo dominado por hombres, lo que la convierte en un ejemplo de empoderamiento económico. Su carácter, fuerte y calculador, responde a las adversidades que ha tenido que enfrentar, y su lucha interna entre su ambición profesional y su rol de madre resalta el dilema de muchas mujeres que buscan equilibrar sus aspiraciones con las expectativas de la vida familiar.
Julieta demuestra que las mujeres pueden ser líderes excepcionales sin tener que renunciar a sus sueños o adaptarse a los roles tradicionales de género. Su historia es una manifestación del feminismo de resistencia, que busca romper con las limitaciones impuestas por una sociedad patriarcal.
La serie, sin embargo, no solo se enfoca en las mujeres que desafían las expectativas de género desde una posición de poder, sino que también presenta una diversidad de experiencias femeninas. Jane Benedicto, la hermana de Elisabeta, busca el amor verdadero y la realización personal, pero no por ello se desvincula de la ideología feminista. De hecho, su historia muestra cómo el feminismo también debe incluir la posibilidad de elegir un camino tradicional, como el matrimonio, siempre y cuando esta elección sea hecha libremente y sin coerción.
Por otro lado, Mariana Benedicto representa la lucha constante por los derechos de las mujeres dentro de una sociedad patriarcal, que la convierte en un modelo de resistencia activa. Juntas, las hermanas Benedicto encarnan distintas facetas del feminismo, desde la autonomía personal hasta la lucha por la igualdad y el respeto.
Charlotte Williamson, otro personaje central, encarna el feminismo intelectual y social. A través de su inteligencia y educación, Charlotte desafía las injusticias de género, exigiendo ser reconocida y respetada en una sociedad que constantemente subestima las capacidades de las mujeres. Su personaje, inspirado en figuras feministas históricas, subraya la importancia de la educación y el conocimiento como herramientas de empoderamiento femenino. Charlotte utiliza su intelecto para cuestionar las normas y visibilizar las desigualdades, como demostración de que el feminismo también se construye a partir de la mente y la capacidad de transformar la sociedad a través del pensamiento crítico.
Ema Cavalcanti, amiga cercana de Elisabeta, atraviesa una evolución profunda en su personaje. Aunque inicialmente se muestra conformista con las normas sociales, la crisis que enfrenta en su vida la obliga a reconsiderar su rol dentro de la sociedad y en sus relaciones personales. Ema representa el feminismo de transformación personal y social, un camino que, aunque desafiante, permite a las mujeres redefinir sus valores y sus prioridades. Su cambio es un testimonio de cómo las mujeres pueden reinventarse y encontrar nuevos caminos hacia la independencia emocional y la igualdad en las relaciones, pues el feminismo también implica una transformación interna.
La telenovela de igual forma resalta el empoderamiento femenino a través de la solidaridad entre mujeres. Esta sororidad, que une a personajes como Elisabeta y Ema, demuestra que el apoyo mutuo es clave para avanzar en la lucha por la igualdad. Las mujeres en Orgullo y Pasión se apoyan y se ayudan en su camino hacia la autodefinición y la liberación, como una representación poderosa de lo que significa resistir juntas.
Finalmente, Cecília Benedito, con su pasión por la literatura y su lucha por encontrar su lugar en un mundo que no comprende su sensibilidad, representa el feminismo creativo y emocional. Su relación con Rómulo le sirve de lección para aprender a defender sus propios deseos y a no conformarse con menos de lo que merece. Cecília destaca la importancia de la autoexpresión y la autenticidad, y como las mujeres pueden ser fuertes al seguir sus pasiones y sueños, sin someterse a las expectativas impuestas por la sociedad.
A pesar de que Orgullo y Pasión se desarrolla en un contexto de época, su mensaje sigue siendo profundamente relevante para la sociedad actual. Las luchas, desafíos y triunfos de sus personajes, especialmente en torno a la autonomía femenina, la igualdad de género y la redefinición de los roles tradicionales, reflejan cuestiones que continúan siendo esenciales en la lucha por los derechos de las mujeres en la actualidad.
La telenovela demuestra que, aunque los tiempos cambian, las barreras sociales y culturales que enfrentan las mujeres siguen siendo, en muchos casos, las mismas. A través de sus historias, invita a una reflexión sobre el progreso logrado y las batallas aún por librar, con un claro mensaje: lucha por la igualdad y el empoderamiento femenino es atemporal y universal.