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- Escrito por: Félix A. Correa Álvarez/Vanguardia
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La nueva obra dirigida por el reconocido realizador Ernesto Fiallo, y escrita por Amilkar Salatti y Joel Infante, prevé su estreno en marzo del 2021.
El 2020 ha sido un año complejo y la televisión no ha quedado exenta de las restricciones impuestas por la COVID-19 en nuestras vidas. Dos telenovelas, Tú, del reconocido cineasta Lester Hamlet, y Vuelve a mirar, del experimentado realizador Ernesto Fiallo, vieron interrumpidas su producción por el necesario aislamiento social.
Fue así como al finalizar El rostro de los días suplió este espacio la tercera temporada de la serie De amores y esperanzas, decisión no acertada —en mi opinión—, seguido por la reciente retransmisión de La cara oculta de la luna, telenovela del 2005 que resulta un producto audiovisual viejo, aunque aún atractivo, por la variedad temática de cinco historias que se desarrollan con un denominador común: el VIH/sida.
En este contexto, la audiencia añora un estreno de factura nacional en el horario estelar de las telenovelas, deseo convertido en realidad al reanudarse ambas producciones con el tránsito de la capital a la nueva normalidad.

Vuelve a mirar será la primera en emitirse a inicios del próximo 2021. La Casa Productora de Telenovelas encargó a Fiallo llevar a buen término el libreto escrito por Amilkar Salatti y Joel Infante, cuyo tema central —según el propio director— es el tratamiento de la vejez en el contexto social y familiar cubano de estos tiempos. La representación plural de los diversos enfoques, los conceptos y maneras que utilizamos para interactuar, asimilar y convivir con las personas de la tercera edad; todo esto apoyado por varias subtramas muy interesantes y de actualidad, que involucran también a adolescentes y jóvenes.
Explica el realizador que Vuelve a mirar es una deuda con un sector mayoritario en una sociedad con alto envejecimiento poblacional, un tema que ha estado ausente en los dramatizados nacionales desde hace algún tiempo.
«Crear conciencia sobre muchos problemas a los que se enfrentan nuestros ancianos es un deber de la televisión. Un género tan popular como la telenovela contribuye desde el entretenimiento a que esto suceda, pues se convierte en el espejo donde la familia se ve reflejada», explicó Fiallo.

El elenco lo conforman grandes actores, algunos veteranos, como: Paula Alí, Rubén Breñas, Osvaldo Rojas, Roque Moreno, Manuel Porto, Nieves Riovalles, Héctor Hechemendía, Miriam Socarras y Manolín Álvarez, junto a muchos otros que completan una lista de casi 70 personajes en una obra coral, en la cual las historias paralelas sostienen la trama principal.
Argumenta el director que además de los más experimentados, están algunos con los que siempre ha trabajado. Entre ellos, Beatriz Viñas, Alejandro Cuervo, Raquel Rey, Roly Chiong, Delvys Fernández, Yohandry Aballe y Yerlin Pérez; otros que por primera vez colaboran él, como Roberto Salomón, Yudexi de la Torre, Giselle Sobrino, Grisell Monzón, Yuny Bolaños y Arianna Delgado, y entre los más jóvenes están Armando Valdés —el pequeño Chala del largometraje Conducta— y Melissa Brouhgton.
En sus inicios, la telenovela se anunció en redes sociales como Vida de mi vida; sin embargo, su título cambió como parte del proceso creativo, cuenta Fiallo.

«Esta es la tercera novela en la que mi amigo y cómplice Raúl Paz hace la música original. Fue así como nació la canción de presentación, (porque) era tan hermosa y apoyaba tanto la historia que el verso "Vuelve a mirar" se convirtió en el nuevo título», dijo.
El también director de La otra esquina y de una de las temporadas de Bajo el mismo sol, recientemente retransmitidas, señala que estas producciones anteriores, no exentas de generarle insatisfacciones, le proporcionaron mucha alegría por el nivel de aceptación que tuvieron. Igual reacción que espera de la teleaudiencia para Vuelve a mirar.
«Tengo mucho que aprender todavía y me hace muy feliz estar consciente de ello. Nunca me ha gustado crear expectativas, espero que al público le agrade, hemos puesto nuestro empeño en ello. Hoy día la tendencia es a que los productos no sean solo televisivos, son cada vez más multimediales, sobre todo en esta etapa de confinamiento, por lo que estamos asumiendo un fenómeno que es nuevo para nosotros.
«Un acierto o un error en la obra se multiplica inmediatamente en las redes sociales, existe la posibilidad de tener una relación muy interactiva con el público: nacen memes, rumores, la música se pasa por chats... Creo que es bueno, muy bueno», manifiesta.
Próximo a culminar con el proceso de rodaje, Fiallo asegura que esta telenovela ha sido un desafío en su carrera como director de televisión.

«Esta situación insólita provocada por la COVID-19 nos llevó a detener la producción durante varios meses. Al igual que nuestro pueblo, el equipo técnico y los actores, sufrimos cambios y nuestro ritmo de vida se vio afectado. Si yo bajo o subo de peso durante ese tiempo, no importa, pero si un actor lo hace, entonces afecta la continuidad de la obra. En ese sentido tuvimos algunos contratiempos, pero hemos tratado de solucionarlos a partir de la puesta en escena y de cámaras.
«Lo que no podemos negar es la entrega de muchos especialistas para regalar una obra digna al televidente. Durante tantos meses de inactividad el equipo de dirección no se detuvo, seguimos editando lo ya filmado, trabajando con Raúl Paz en la música, la presentación, los efectos visuales. Es nuestro deseo que podamos entregar la obra en marzo del 2021, aun cuando vamos a terminar su rodaje a finales de diciembre», concluyó.
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- Escrito por: Luis Casariego/En vivo
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Reseña sobre algunos espacios de participación en la TV nacional
El pueblo cubano ha disfrutado de diversos programas en los que los televidentes y algunos aficionados o artistas pueden participar. En este artículo nos referirnos a programas de participación que irrumpieron tempranamente en las pantallas de nuestra TV.
Antes que en la televisión, en la radio ya habían aparecido algunos espacios de participación popular; uno de los más populares fue El programa de José Antonio Alonso, que se dedicaba a buscar nuevos talentos y que sus seguidores bautizaron como La corte suprema del arte. Tenía una gran audiencia, de él no solo salieron cantantes, sino también figuras de diferentes géneros artísticos. Podemos mencionar a estrellas como Rosita Fornés, Caridad Cuervo, Aurora Basnuevo, Mario Limonta, Alden Knight, Asseneth Rodríguez y Héctor Quintero, entre muchos otros.
En 1955, Alonso se propone presentar en la televisión el programa que había salido por la radio y que tanto gustaba al público. Salió al aire por CMQ (Canal 6) a las 8:00 de la noche, con una frecuencia semanal, esta vez con el nombre de su creador, El programa de José Antonio Alonso. Sus aspirantes, si resultaban ganadores, eran llamados “estrellas nacientes”. El programa llegó a tener tanta popularidad que se trasmitió diariamente.
También resultaron muy atractivos para los públicos los espacios Tic Tac Ford, Aquí todos hacen de todo y Stadium de los postres Royal, animado por la inolvidable Eva Rodríguez. En todos ellos entregaban a los ganadores regalos de las firmas patrocinadoras. Entre tantos programas, hubo dos que llenaron un gran vacío. El primero fue ¿Qué traigo aquí?, escrito por el gran humorista Enrique Núñez Rodríguez y que consistía en que un panel de expertos adivinara qué traían los concursantes. Fue muy agradable y divertido, al igual que otro con parecido nombre: ¿Que dice aquí?
Un concurso que rompió records de teleaudiencia fue Nueve mil quinientos cincuenta. Su nombre se debe a la distancia en kilómetros que separa a Cuba de Rusia y el premio para el ganador era obviamente un viaje a la entonces Unión Soviética. Su primer ganador fue un periodista deportivo, Edel Casas Vega; este concursante era un erudito del béisbol. Después compitieron otros participantes de otras especialidades.
Solo para cantantes no profesionales, surgió en la televisión Todo el mundo canta, con la participación de la musicóloga María Álvarez Ríos, que nos enseñó de forma muy didáctica el “fiato” y el “rubato”. De ese programa también surgieron figuras que hoy gozan de gran popularidad, como Maureen Iznaga, Sergio Farías, Millán Zuaznabal, Liuba María Hevia, Narciso Suárez y Mayra Caridad Valdés, entre muchos otros.
En los años 90, dentro de esta gama de espacios, también disfrutamos de Mi Salsa, dedicado a grupos de música popular, con una sección nombrada Buscando el sonero, de donde surgieron grandes exponentes de este género.
Posteriormente a Todo el mundo canta, surgió una idea que llevó a cabo Eduardo Cáceres Manso: Para Bailar, en la década del 70. Fue un programa que motivó a los jóvenes y a toda la familia. Salía al aire los domingos a las dos de la tarde. Su objetivo era rescatar los bailes un tanto olvidados, en especial los autóctonos, por la influencia que existía de bailes foráneos como el rock and roll. Se pretendía sobre todo rescatar el baile en pareja que se había olvidado. Este programa rompió ratings de audiencia en el país.
Era una gran competencia que duraba semanas y hasta meses. De él surgieron artistas muy reconocidos como Rebeca y Miguel Ángel, Nieves y Alfredo, Los Santos y Los hermanos Francia, entre otros. Algo que distinguió este proyecto fueron los animadores, todos eran jóvenes, algunos nunca habían actuado en televisión, de ellos todavía están en la pantalla Mara Roque y Néstor Jiménez.
Después surgió el concurso de la canción infantil Que siempre brille el Sol, creado por el director Luciano Mesa y su compañera en la vida, Virginia Wong. Las canciones de ese programa han enriquecido el caudal musical de los más pequeños de casa. Para ellos también se creó el espacio competitivo A Jugar auspiciado por el Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación, en coordinación con diferentes escuelas primarias de la capital. Los conductores eran Fernando Guardado, Teresita Segarra y Eddy Martín.
El año 1978 fue de felicidad para los cubanos, pues celebramos en nuestro país el XI Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes. Entonces surgió uno de los programas que más orgullo le ha dado al movimiento musical del país: el Concurso Adolfo Guzmán. Se celebró por primera vez desde el 28 de junio al 2 de julio del referido año. Su objetivo fue dar a conocer a autores e intérpretes noveles, así como promocionar también a otros ya consagrados.
Los organizadores quisieron, de esta manera, rendir homenaje a uno de los más prolíferos compositores y directores de orquesta cubanos, el Maestro Adolfo Guzmán, que había fallecido en julio 1976. Su abundante obra aún es abordada por las nuevas generaciones de cantantes. Entre las más conocidas piezas de este autor destacan: “No puedo ser feliz”, “Te espero en la eternidad”, “Es tan fácil mentir” y “Profecía”.
Tras el éxito que tuvieron en 2018 y 2019 los concursos Bailando en Cuba y Sonando en Cuba, bajo la dirección general de Manuel Ortega, se le dio la tarea al talentoso realizador de llevar a la pantalla otros dos certámenes de participación: La Banda Gigante y la XV edición del Concurso Adolfo Guzmán.
Todas las presentaciones de las galas concebidas para transmitir por la televisión fueron grabadas en el Teatro Astral; así los televidentes vimos un espectáculo diferente, majestuoso, excelentemente organizado; con jurados prestigiosos que debatieron mucho para elegir a los ganadores, pues todos eran muy talentosos.
Para el público infantil y la familia cubana en general, también se han desarrollado dos ediciones del programa de participación La Colmena TV, creada por el director Carlos Alberto Cremata y su madre, Iraida Malberti, ya fallecida.
En los veranos recientes, los jóvenes también han podido divertirse y aprender en la TV con el programa Sorpresa XL, que transmite en la etapa estival el canal Cubavisión. Muchas han sido las propuestas televisivas que se han basado en las competencias y la demostración de talentos populares. Sirva este recuento para revivir las emociones de los participantes y los televidentes que disfrutaron esos programas.





