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- Escrito por: Valia Valdés / Fotos: Cortesía de Tony Quiñones y Johanys Labrado
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Como cada año, el grupo creativo infanto-juvenil de la Televisión Cubana prepara los telefilmes que se exhibirán en el espacio: “Una calle, mil caminos”, programa veraniego pensado para los adolescentes que ha ganado la atención de distintos públicos.
Para la temporada 2024, los escritores: Olga Montes, Yilian Morfa Quevedo, Annia Quesada y Ariel Amador proponen temáticas relacionadas con: la superación de los miedos y las convenciones sociales, el valor de la historia para enrumbar el presente y el futuro, la importancia de la estabilidad y unión familiar en pos del desarrollo del adolescente, las enfermedades terminales en la adolescencia y el sentimiento de culpa por la pérdida de un ser querido.
Mientras, Lil Romero, Daniel Burguet, y Amílcar Salatti centran su escritura en la superación personal dentro de contextos en desventaja social, la conformación de un nuevo núcleo familiar ante la separación padres-hijos, y la búsqueda del sentido de la vida.
En estos momentos, dos de los telefilmes terminaron la etapa de grabación y otros se encuentran en el proceso de pre-filmación.
El director Tony Quiñones grabó en Cienfuegos: “A través de sus ojos”, con guion de Yilian Morfa Quevedo, para contar la historia de un joven que encuentra el diario de su bisabuelo; al conocer los secretos familiares algo se transforma en él.
Graduado de la Facultad de los Medios audiovisuales de la Universidad de las Artes, con mayor experiencia en la dirección radial, el realizador cienfueguero refiere detalles de la producción:
“Tuvimos una semana de pre filmación en Cienfuegos, en la que hicimos el trabajo de mesa, ensayamos y visitamos locaciones. Después, grabamos durante diez días en jornadas de hasta dieciséis horas, bonitas, pero intensas.
No pude trabajar con el elenco seleccionado al inicio del proyecto, pues el telefilme se debió grabar en 2023 y quedó pospuesto, por lo que tuve que hacer algunos cambios en el casting, pero llegamos a buen puerto y resultó una experiencia muy satisfactoria.
Ensayar en las principales locaciones permitió que los actores tocaran los espacios físicos donde iban a trabajar, eso ayudó a comprender mejor la historia. Esa posibilidad fue muy cómoda y necesaria porque permitió oír a los actores y darles su tiempo.
En el elenco intervino el jovencito de 14 años, Sergio de la Campa, integrante del grupo Abril, quién participó en la segunda parte de Calendario y ha tenido otras experiencias en el audiovisual. Según el director, Sergio se ganó el personaje por su fuerza y sentido de la verdad.
También integraron el reparto: Yanelsi Gómez, el actor cienfueguero Pablo Carrillo, Doris Gutiérrez, y Jorge Molina, entre otros intérpretes.
“Conformar el equipo técnico resultó complicado, ya que existen especialidades deficitarias en estos momentos, entre ellas: el script. Otros especialistas no estaban en condiciones de alejarse de la capital, pero logramos un staff de calidad que incluyó graduados de FAMCA y creadores independientes.
La producción general estuvo a cargo de Luis Orlando, quien colaboró con Roly Peña, productor Ejecutivo, y la Productora Patria. Indira Carrillo se desempeñó como la primera asistente, el director de fotografía fue Yuniel Mentado y el sonido correspondió a Nelson Hidalgo. Hadalina asumió la continuidad y el diseño de vestuario fue responsabilidad de Talia Peña. Vale destacar la colaboración como diseñadora consultante de Piedad Subirats, una gloria de la televisión, llena de conocimientos, que se mantiene activa y dispuesta a ayudar.
“Las locaciones, algunas de ellas, sitios emblemáticos de la ciudad de Cienfuegos, aportan mucho a la visualidad del telefilme que entremezcla la acción, el policiaco, la comedia y el cuento de hadas. En postproducción integraremos animaciones realizadas por Yuniel Mentado, para recrear referencias históricas del siglo XIX, de gran importancia en el conflicto”.
“A través de sus ojos” tendrá su pre-estreno en Cienfuegos antes de llegar a la pantalla nacional, como agradecimiento a la ciudad que recibió al equipo de la televisión cubana con los brazos abiertos.
Otro telefilme que culminó grabaciones es: “El salto”, escrito por Olga Montes, con dirección del premiado realizador Pepe Cabrera. La trama se centra en una adolescente equitadora que comienza a desconfiar de sí misma ante la presión de una competencia.
Por influencia de sus amigas, la protagonista, interpretada por la debutante Laura Mesa, actúa para obtener aprobación social y toma decisiones que le generaran problemas. La trama está encaminada a estimular la confianza en las habilidades personales como vía efectiva para superar los miedos.
Con producción general de Johanys Labrado, “El salto” se grabó en el Consejo Popular de Managua y se seleccionaron fachadas de la villa para ambientar el pueblo imaginario en el que sucede parte de la acción.
La productora general, Johanys Labrado, comparte con el Portal de la Televisión, algunas experiencias del proceso:
“La historia tenía que ser grabada en un pueblo de campo, lo que fue un reto porque el pueblo de Managua queda a 45km de la ciudad. Estuvimos presionados por cumplir el plan de rodaje de 6 minutos diarios, con escenas complicadas de alto nivel de riesgo, ya que los actores interactuaron con caballos y debían hacer saltos, lo cual exigió un entrenamiento que no contó con el tiempo necesario.
Resultó una obra compleja por puesta y por producción, realizada con bajo presupuesto. El ochenta por ciento sucedía en exteriores y el resto en interiores. El audiovisual necesitaba 16 días y lo hicimos en 12; esos resultados fueron posibles gracias a la buena energía y la colaboración de todo el equipo”.
En el elenco intervinieron Alejandro Cuervo, Laura Mesa, Damián Alonso, Yaremis Pérez, Lili Santiesteban, Félix Beatón y otros jóvenes actores. Alejandro Cuervo, quien interpreta el personaje de Ediel, padre de la protagonista, comenta sus vivencias en “El salto”:
“Había terminado de grabar la telenovela “Renacer” y necesitaba un descanso, por lo que no quería comenzar ningún proyecto. Cuando leí las tres primeras cuartillas del guion acepté de inmediato porque me gustó mucho.
Hacía años que no hacía una historia enmarcada en el ámbito rural. Se trata de un personaje muy lindo, inmerso en el amor a la familia, a los amigos y a los animales. Un relato de superación en un momento difícil de la vida de la adolescente, a la cual, como padre, me toca apoyar.
El padre vive solo con la hija y asume esa responsabilidad de manera comprometida. Tuvo un accidente anterior con caballos y le preocupa que, a ella, que es equitadora, le suceda lo mismo”.
Cuervo se siente cómodo al trabajar con caballos. Nació en los campos de San Luis, Pinar del Río, y rememora como su primer y más gran regalo, el potro obsequiado por el papá cuando tenía seis años. Respecto a ese recuerdo nos confía:
“Es el regalo más especial que he recibido, imagina lo que significa un caballo para un niño de campo: ¡lo más grande de la vida! Hacía tiempo que no montaba, así que en el telefilme me di gusto”.
Sobre el proceso de grabación revela el popular actor:
“Me pasó algo peculiar, mi personaje cojea del pie izquierdo y en una de las escenas en las que rescato al caballo del ahogamiento, hice la acción sin doble, entré en un fanguizal que no conocía, forcejeé con el caballo para que pareciera lo más real posible, y me enterré un pincho en el pie”.
“A partir de ahí tuve que grabar cojeando de verdad; por suerte me lastimé el mismo pie del que cojeaba el personaje, pero los dos días siguientes no pude apoyar la pierna y tuvimos que cambiar algunas acciones físicas y el orden de grabación. Grabé con dolores terribles y después me fui recuperando. Eso es parte de nuestro oficio, son los momentos difíciles que después se recuerdan con mucho cariño. Nos sentimos muy bien y lo disfrutamos al máximo”.
El equipo técnico-artístico de “El salto” incluyó a Arturo Rodríguez Duque como director de fotografía, Juan Carlos Tavio en la dirección de arte, el diseñador de vestuario fue Rafael Oramas, y el maquillaje y la peluquería fueron responsabilidad de Nurkia Torres y Jean.
Cada proceso de filmación está lleno de anécdotas que muestran la pasión de sus realizadores. Aun en mayores condiciones de austeridad, los equipos le ponen ganas a explorar el lenguaje audiovisual a través de emotivas historias. Confrontaremos los resultados de ese esfuerzo en las entregas de verano de “Una calle, mil caminos”.
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- Escrito por: Super User
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João Emanuel Carneiro y su equipo de escritores reservaron las mejores balas para el final de Nuevo sol, la telenovela brasileña que se despide esta semana en el horario estelar de los martes, jueves y sábados de Cubavisión.
Ya habíamos comentado acerca de la dilación de la historia, la introducción de tramas irrelevantes, que no aportaban mucho al planteamiento general, con tal de mantener entretenido al auditorio. Es práctica habitual, pero a veces se riza el rizo.
Y aquí, para colmo, esos regodeos atentaron en buena medida contra la cohesión y la coherencia de la propuesta. De hecho, los autores no dudaron en violentar las concepciones iniciales de algunos personajes, con tal de adaptarlos a las necesidades emergentes de la narración.
Pero se ha rectificado en cierta medida el tiro, pues la intriga y la revelación final, los padres perdidos de Carola, son lo suficientemente atractivas como para sostener las últimas peripecias.
No obstante, el espectador ha debido perdonar no pocas incongruencias y soluciones más o menos drásticas o apresuradas de varios personajes y conflictos.
Y para gratificar a los que aman las regeneraciones morales, muchos de los villanos se han enmendado, y terminan en paz y armonía. Las plácidas escenas en la casa de Severo Athayde, que hasta hace poco era un inmisericorde campo de batalla, son quizás el mejor ejemplo.
Los capítulos finales todavía pueden reservar sorpresas, asociadas al destino de la inefable Laureta (qué extraordinaria fuerza expresiva la de Adriana Estevez).
Para las postrimerías, cuando no importan tanto las estadísticas de audiencia, los escritores suelen sentirse más a gusto… y eso repercute en la historia. Ojalá la edición internacional no mutile demasiado el desenlace, que también ha pasado.
En resumen, no hemos visto la mejor de las telenovelas de Carneiro, hubo aquí bastante lugar común y trampas no muy imaginativas. Pero la suficiencia de la puesta y la empatía con el elenco han salvado no pocos escollos.
El singular encanto del romance de época
Nathalia Dill y Thiago Lacerda, dos viejos conocidos del público cubano, protagonizan Orgullo y pasión (Globo, 2018), que sustituirá a Nuevo sol en las pantallas cubanas. Se trata de una historia de Marcos Bernstein inspirada en varias novelas de la célebre escritora inglesa Jane Austen (1775-1817). Se regresa a la tradición de la telenovela de época, con tramas más románticas, marcadas por un fino sentido del humor.
Aquí se narra la vida de Elisabeta, una mujer con sueños y ambiciones que trascienden su tiempo. Ella vive con cuatro hermanas, cada una con personalidad diferente. La protagonista tendrá un giro en su vida cuando conozca a Darcy, con quien tendrá una arrolladora relación…
Cambio de aires en el espacio de la telenovela brasileña. Estaremos al tanto.
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- Escrito por: Jordanis Guzmán Rodríguez
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Luego de meses de inagotables peripecias con aires policiales y retorcidos personajes siempre al límite, la actual telenovela brasileña Nuevo Sol llegará a su fin en pocos días, para darle paso este 30 de abril, a una obra más reposada, ligera y luminosa, que se apropia con mucha inteligencia de las esencias literarias de una autora imprescindible del Romanticismo inglés: Jane Austen.
Con una tropicalización muy ingeniosa del universo austeniano, la singular obra concebida para el horario de las 6 en Brasil, lleva la firma autoral de Marcos Bernstein, y en la dirección general, figura el experimentado realizador Fred Mayrink (Chocolate con pimienta, Cabocla, Río del destino). Orgullo y pasión es el nombre de este romance “a la brasileña”, donde nuevamente se corrobora como un imaginario autoral puede traspasar las barreras del tiempo.
La obra de Jane Austen ha sido una fuente inagotable de inspiración para numerosas adaptaciones y reinterpretaciones. Su ironía, su destreza captando las complejidades de las relaciones humanas y su agudo sentido del humor, la convierten en una autora atemporal, cuyo legado sigue vivo en la cultura popular hasta el día de hoy.
En este sentido, Orgullo y pasión es un claro ejemplo de la influencia de la obra de Austen en la ficción contemporánea. La trama de la telenovela está ambientada en el Brasil de inicios del siglo XX, y se centra en las historias de amor y desamor de un grupo de personas pertenecientes a la aristocracia brasilera del ficticio Valle del café. Al igual que en las novelas de Austen, el folletín aborda temas como el matrimonio por conveniencia, los conflictos de clases y la lucha por el amor verdadero.
Uno de los elementos más destacados de Orgullo y pasión es su cuidada caracterización de los personajes, que recuerda a la meticulosidad con la que Austen dotaba de personalidad a sus protagonistas. Los diálogos ingeniosos y las situaciones cómicas son otros elementos que conectan a la telenovela de Bernstein con el universo austeniano, creando un ambiente de sofisticación y humor que seduce al espectador.
El melodrama televisivo se permite jugar con los arquetipos de los personajes de Austen, reinterpretándolos de forma original y dándoles giros inesperados. Así, podemos encontrar los personajes protagónicos como referencia directa a la altiva Elizabeth Bennet o al apuesto Mr. Darcy. Pero estos a su vez, tienen rasgos propios, únicos, muy conectados con la idiosincrasia del hombre y la mujer brasileña de inicios de siglo XX.
La Elisabeta de este melodrama, es una mujer mucho más irreverente y ligada a las transformaciones sociales de su época. Se trata de un rol provisto de contradicciones y disímiles capas que se superponen, para devolver en escena un diseño de personaje entre el romanticismo de la obra de Austen y la concepción contemporánea de una heroína.
Los atavíos visuales de la obra, impregnan al relato de elegancia, belleza y un sumo cuidado en rubros como el vestuario, maquillaje, escenografía, fotografía y banda sonora.
Nathalia Dill y Thiago Lacerda, encabezan un abultado elenco conformado por pesos pesados de la actuación en Brasil. La Dill encarna a la irreverente Elisabeta, que ha de enamorarse, muy a su pesar, de Darcy, personaje interpretado con cierta discreción por Lacerda, un actor inmortalizado en la memoria colectiva del espectador cubano, gracias a su personaje Giuseppe Garibaldi en la mini-serie Siete Mujeres.
Verdaderas leyendas de la interpretación, respaldan a los protagonistas en personajes claves para el relato. Vera Holtz, Natália do Vale, Tato Gabus Mendes, Alessandra Negrini, Gabriela Duarte, Malvino Salvador o el mítico Ary Fontoura, son algunas de las estrellas que singularizan con su participación esta obra alegre, elegante y muy oportuna para despertar en la juventud el interés por la producción literaria de la autora inglesa.
Sin lugar a dudas, Orgullo y pasión es un ejemplo de cómo la obra de Jane Austen sigue repercutiendo en la literatura y el entretenimiento contemporáneo, demostrando que sus historias y personajes tienen la capacidad de resonar en cualquier época y lugar. La telenovela brasileña es un homenaje a la maestría de Austen, y una prueba de que su legado permanece latente en la cultura popular.
Ha de ser entonces un lujo para el espectador cubano disfrutar, a partir del próximo miércoles 30 de abril, de esta obra con trasfondo histórico y una sensibilidad muy especial a la hora de recrear el imaginario de una de las autoras inglesas más influyentes de todos los tiempos.
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- Escrito por: HUGOPORTAL
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Ustedes crean felicidad”, afirmó el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, a delegadas y delegados al XII Congreso de la Unión de Jóvenes Comunistas, evento que recibió amplia cobertura por parte de la Televisión Cubana y otros medios de comunicación, del 2 al 4 de abril.
Según valoró el también Primer Secretario del Partido Comunista, “en estos tiempos difíciles y desafiantes, cuando el segmento poblacional que menos crece es el de los menores de 30 años (…)la niñez y la juventud cubana viven y se desarrollan bajo las duras condiciones de un país cercado, perseguido, castigado, principalmente en la economía, pero también en sus sueños y esperanzas”. Sobre la significación del cónclave para las jóvenes y adultas generaciones de cubanas y cubanos, este boletín invita a reflexionar, a partir del comentario de la periodista Rosa Blanca Pérez.
Otros temas de vital importancia para el país, como la educación y la práctica eficaz de una comunicación social que permita contrarrestar la intoxicación mediática a que se encuentra sometida la Mayor de las Antillas, igualmente se incluye en estas páginas. Véase la sección TV Adentro, que ofrece detalles sobre el balance del Instituto de Información y Comunicación Social (ICS), realizado en marzo.
Asimismo aparece la reseña sobre los temas analizados en el transcurso del Primer Coloquio Enfoque de género en los medios de comunicación social, que organizó el Centro de Estudios de Radio y Televisión, del ICS. En las palabras de cierre del evento, Belkis Pérez Cruz, vicepresidenta del ICS, reafirmó la importancia de estas jornadas de debate para el trabajo en los medios audiovisuales y para proyectar nuevas estrategias que conduzcan a lograr que se asuma la realización artística con enfoque de género y su aplicación como sistema.
Por otro lado, la sección Homenaje se dedica al aniversario 65 del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos, una gran escuela para cientos de personas involucradas en la realización del audiovisual en Cuba y en otros muchos países. Relacionado con la celebración, En primer plano resalta el quehacer del actor Jorge Perugorría, Premio Nacional de Cine 2024.
Otras páginas informan sobre la entrega de los Premios Caricato 2023 y los avances de la implementación de la televisión digital terrestre en Cuba; mientras que la sección Variedades propone un acercamiento al impacto del programa televisivo Ruta 10, una revista variada que visibiliza, promueve y enfatiza la diversidad de proyectos socioculturales que se gestan y fortalecen en el país, especialmente en la capital.
La habitual sección de Cumpleaños agasaja a figuras muy reconocidas de la televisión cubana como la periodista Irma Cáceres, las actrices Ana Gloria Buduen, Carmen Ruíz, Miriam Socarrás, Jacqueline Arenal y Georgina Almanza, así como los actores Baudilio Espinosa, Aramís Delgado y Eman Xor Oña. Además, destaca los aniversarios 20, 17, 40, 38 y 19, respectivamente, del Canal Educativo 2 y los telecentros Palma TV, TelePinar, Tele Turquino y CNTV Caibarién.
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- Escrito por: Jordanis Guzmán Rodríguez / Fotos: Instagram
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El género telenovela, tal cual lo conocemos, anda en una profunda crisis a nivel global. Es esa una verdad cada día más evidenciada por los índices de audiencia de las diferentes televisoras que aún producen este formato en el mundo. El agotamiento de los temas y las fórmulas dramatúrgicas, la chata visualidad que impone el género y la migración de los mejores realizadores y guionistas al mundo de las plataformas, han influido en la paulatina apatía de los públicos contemporáneos hacia los seriados que por más de seis décadas fueron el reflejo de las sociedades en las que se gestaban.
Hoy los realitys se convierten en las telenovelas de la televisión abierta, dejando sin medio de expresión y de subsistencia a infinidad de artistas y técnicos. Hoy el viejo recurso del bien contra el mal no es tan efectivo, y prevalece el morbo y el escrutinio al que son expuestos personajes de la vida real, víctimas de una “sobreconstrucción” mediática.
Pero mientras en el mundo la telenovela agoniza, en Cuba parece tener mejor salud que nunca. Los públicos responden con fervor a las propuestas que desde nuestra televisión se generan, aunque estas no siempre cuenten con grandes estándares de calidad. Las historias funcionan, los actores conectan con la gente, y las redes se encargan de expandir el mensaje, en tiempos de crisis energética y de una abrumadora dependencia a la tecnología.
Diferenciar entonces cuando un folletín televisivo cuenta con valores reales o cuando es un “globo inflado” por la expectativa popular, se hace cada vez más difícil. El espectador común suele prestarle muy poca atención a los aportes visuales de la obra: prefiere disfrutar de una buena historia y de actores entregados por completo a su cometido artístico, aunque esto último muchas veces escasea.
Viceversa, la actual telenovela cubana transmitida por el canal Cubavisión, ha navegado con mucha suerte en sus primeros cuatro meses de transmisión. A la historia de seis amigos con sus vidas puestas de cabeza, a raíz de un accidente, le costó algunos capítulos tomar vuelo; pero cuando despegó, lo hizo para no volver jamás a tocar el suelo.
Escrita a seis manos por Amílcar Salatti, Yoel Infante y María Claudia Figueroa, la estructura de la obra permite que la acción no desfallezca, que los personajes evolucionen y que el espectador no pierda ni por un momento la atención en el relato. Como si de una caja china se tratase, las historias van transformándose, alternándose o multiplicándose, según las necesidades dramatúrgicas de los autores. El equilibrado uso de géneros y subgéneros como la comedia, el melodrama -con cierto costado trágico-, el policíaco, entre otros, cubre eficazmente las demandas productivas de un formato que en nuestro contexto persigue otros objetivos comunicacionales.
Viceversa ha tenido a bien, desde la escritura misma, dialogar con las audiencias de estos tiempos, que muy poco tienen que ver con los públicos consumidores de las telenovelas de antaño. Hoy los ritmos, los sistemas de valores, los paradigmas seguidos por la televisión internacional, son otros; y Cuba, en términos de comunicación, no puede ser una isla. Esto lo entienden los autores, que con mucho tino exponen temáticas y conflictos propios de las sociedades modernas. El bien debe seguir venciendo al mal, pero desde otros códigos.
Diálogos dúctiles y precisos, aderezados con una acción dramática constante, permiten que el relato se estanque muy poco, que los personajes evolucionen constantemente y que el discurso global de la obra navegue en mares de complejidad conceptual y ligereza anecdótica.
Estos derroteros del guion son entendidos con mucha pericia por Loisys Inclán, directora general del proyecto. Inclán viste a Viceversa con una visualidad espléndida, atractiva, lo más cercana posible a los códigos estéticos internacionales, aunque existan diferencias productivas más que notables. Pero la creatividad y el inteligente uso de los recursos, redefinen a la obra y la hacen un material digno en cuestiones de calidad.
El astuto uso de los planos y los movimientos de cámaras, a los que Loisys recurre constantemente, refuerzan el ritmo interno del relato. También se nota el marcado trabajo de las cadenas de acciones, que muchas veces se convierte en el talón de Aquiles de las telenovelas cubanas. Pero en Viceversa hay actores que se desplazan junto a la cámara, que tienen manías, que interactúan con el entorno y humanizan su corporalidad.
Mucha responsabilidad en eso ha tenido Eduardo Eimil en la dirección de actores; un experimentado hombre de teatro, que ha estudiado por más de una década el trabajo del actor en televisión. Estas investigaciones le ayudan a regular los tonos en cada uno de los intérpretes y a homogeneizar -lo mejor posible- las actuaciones.
El abultado elenco de Viceversa, responde -en su mayoría- con organicidad a las exigencias del guion. Existe disfrute, compromiso y un entendimiento cabal de referentes y premisas dadas por la directora general y el director de actores.
Miriam Alameda obtiene con Mónica su primer gran protagónico en una telenovela. El peso de la responsabilidad se siente en su interpretación comedida, certera y provista de intelecto. Mumi es una actriz que se vale del estudio, de la concentración y la indispensable retroalimentación que debe existir con los compañeros de escena.
En este sentido Luis Angeles León, quien interpreta al Yeti, violenta para bien, la energía de su par romántico. Angeles, ante todo, juega con su rol, y hace que los demás a su alrededor “traveseen” con él. El actor improvisa, redimensiona los textos y defiende con uñas y dientes la verdad de su criatura. La deconstrucción del Yeti es producto de una investigación ardua, profunda, pero a su vez con una gran dosis de intuición.
Por otro lado, Ángel Luis Capey vuelve a demostrar el gran histrión que es, con el personaje más complejo y tridimensional de su carrera televisiva. Silvio es un joven contradictorio, provisto de capas y rugosidades en su conducta. El joven actor lleva cómodamente a su terreno este rol que en otro intérprete hubiese sido menos empático, y por lo tanto, fallido. Montaner es además, poseedor de una gran voz y dicción, algo en lo que lamentablemente muchos de sus compañeros de escena flaquean.
El debutante Víctor Jimcavik cae una y otra vez en terrenos pantanosos con Armando, su personaje. Es Jimcavik un intérprete de limitados recursos, que se ven acentuados en los enfrentamientos con actores mejores entrenados y curtidos en los medios. Armando es un personaje, desde la escritura, en extremo complejo; “encarcelado” gestualmente en una silla de ruedas, que hace más retador la incorporación orgánica de ciertas emociones. Ni su decir, ni su apropiación del rol, logran florecer en el transcurso de los capítulos. Aunque poseedor de un físico envidiable y un rostro telegénico, no era este el histrión indicado para semejante responsabilidad actoral.
Eileen Acosta le da vida a Laura, y lo hace desde la frescura, organicidad y honestidad. La actriz se apropia muy bien de los textos que enuncia y entiende la evolución de su arco. Laura es un personaje de instantes, de atmósferas y Eileen capta magistralmente esos momentos. Su belleza y saber estar frente a una cámara, la consolidan como uno de los rostros más interesantes y prometedores de nuestros medios.
Patricia, por otro lado, es encarnada por Daliana González, que de las tres actrices principales es las que menos colores le aporta a su rol. En su piel. Patricia es una chiquilla majadera, sin energía ni temple real, algo que contrasta con la fuerza de sus parlamentos y situaciones dramáticas. Eso sí, González conoce su cuerpo a la perfección y lo pone a disposición de la escena, recurriendo más a la técnica que a la entrega.
En su conjunto, Viceversa ha demostrado en estos cuatro meses de transmisión, la fuerza de su estructura; una estructura cambiante, fracturada, que sabe despegarse o regresar al mismo punto de donde partió, en favor siempre de la historia.