He perdido la cuenta de las veces que mis notas han estado encaminadas a la programación televisiva. Existe una razón: no se produce todo lo necesario, pero lo que se hace a veces navega en el mar de la indiferencia del televidente.
Por eso aplaudí que la última convocatoria del espacio Moviendo los Caracoles de la Asociacion de Cine, radio y televisión de la UNEAC estuviera dedicada a ese tema en su sentido amplio. Tuvo un panel de prestigio: Ms. Cs. Pedro Emilio Moras, Investigador del Instituto Juan Marinello; Dra. Ciencias Keyla Estévez, Directora del Centro de Estudios de la Juventud; Lic. Dely Fernández Cuello, Asesora de programas Juveniles de la TVC; Lic. Mónica Guillén, Especialista del Centro de Investigaciones Sociales y . Kike Quiñones, Director del Centro de Promotor del Humor, moderados por Juan Carlos Travieso, realizador, y vicepresidente de la Asociación.
Tales especialistas y el público asistente ( el debate empezó a sala llena en la Rubén Martínez Villena, de la UNEAC) deberían dar respuestas a “¿Cómo se diseña la programación de la TV cubana y cuáles son los puntos de partida?, ¿Qué dicen los sondeos de opinión?, ¿Qué espacios ocupa lo más significativo del arte y la cultura cubana en las programaciones?, ¿Existe una diferenciación notable entre cada canal?, ¿Qué define las jerarquías en la TV?, ¿cómo se promocionan los espacios de mayor valía, las mejores películas y series?, ¿Se difunde por la tv la mejor música cubana o universal?, ¿Cómo lograr que lo mejor del arte cubano llegue a la pantalla con fuerza?, ¿Se acercan hoy los públicos jóvenes a la televisión?, ¿Cómo lograr una programación más atractiva?, ¿Existe una deformación del gusto? y ¿Se hace con arte la televisión en Cuba?.
Como apuntó Magda Gonzalez Grau en algún momento “si solo se respondía a mitad de las preguntas, sería un gran logro”, porque tales interrogantes corresponden a la médula de la televisión en su conjunto. Y hablamos de la televisión “oficial”, la que llega por los canales. Hay otra, como apuntó Keyla, la programacion televisual abarca también aquella que bebemos del “paquete”, popularísimo canal, antenas, youtube , FB, INSTRAGAN, Twiter …que conforma el consumo de cada persona, en dependencia al acceso que tenga al ciberespacio.
Voy a obviar la producción, sin ella no hay programación pero por sí misma lleva reflexión aparte, como merece un serio debate el vinculo con los públicos y cuánto se tienen en cuenta las investigaciones, además de sectores etarios específicos: niños, adolescentes y la tercera edad.
De la programación a partir de lo que sale en pantalla siempre tengo una duda ¿cómo se hace? ¿se tiene en cuenta que no choquen dos programas dirigidos a segmentos de públicos similares?. ¿es lógico colocar dos espacios con rating aceptable uno detrás del otro?.
De la programacion veraniega he escrito parcialmente. Y subrayo una vez más que Telerebelde con un banquete de lujo por los panamericanos, los parapanamericanos (primera vez que se trasmiten 10 horas diarias), más las competencias de atletismo y el judo se llevó las palmas. Claro como señalé en algún comentario hubo uno que otro hubieron y también aperturaron ¿sería muy difícil dar un cursito para explicar a algunos narradores las formas verbales de HABER y señalar los aperturar, más otras heces que penetran nuestro idioma?.
En la programacion estival toda la franja matutina hasta las diez de la mañana estuvo dedicada a los niños, con la excepción de Clave que arrancaba siempre con Cubanos en Clip; Telesur por el Canal educativo 2 y Cubavisión internacional para quienes tienen “la cajita”. Muy bien por dedicar esa horas a los más pequeños de la casa y ¿el alto por cierto (cerca del 20) de la tercera edad que no gusta del deporte ni de los clip no podría tener una película o una serie?
A esa falta de coherencia en colocar los espacios donde pueden ser más útiles para realizarse en su fin, los televidentes, se une que la falta de promoción conspira con actitudes coherentes (cuando las hay). El Canal Educativo de una a cuatro de la tarde propuso una tira dedicada a los niños, que si tuvo promoción yo no me enteré.
Banda ancha, un buen programa con el ciberespacio como tema, dirigido a adolescentes y jóvenes, más todos los interesados en la informatización, se transmitió todos los viernes por Cubavisión ¿Cuántos spots y promociones tuvo?. Fue una verdadera lástima.
Una vez más afirmo que La pupila asombrada no debe competir con De cierta manera, porque siendo propuestas eminentemente culturales, tienen públicos semejantes.
Arrancó la programacion normal y vuelve Pasaje a lo desconocido, espacio popular y con temas interesantes, delante del espacio La séptima puerta donde, por suerte, sólo el uno por ciento (si acaso) es de cine norteamericano, el resto es europeo, japonés, en fin del resto del mundo (como una diversa propuesta fílmica) filmes que nunca empiezan antes de las 11 y 30 de la noche ¿?.
No quiero estar en la piel de quienes programan. Se que es una tarea muy difícil, pero como hace dos o tres años afirmo que lo que más necesita la televisión cubana es coherencia, la que estuvo ausente a la hora de destinar recursos a una telenovela como Más allá del límite ¡que capítulos finales, para clases de lo que no se debe hacer en una propuesta televisiva que, al ser financiada, debe transmitir valores éticos y lógica, amén del final feliz que lleva todo culebrón!. Y me fui del tema ¿o no?
CARTELERA DE CANALES NACIONALES
