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El respeto a la diversidad racial o a la orientación sexual destaca como aspecto importante a desarrollar en los medios de comunicación en Cuba

La necesidad de fomentar aún más en Cuba un periodismo inclusivo, que no discrimine por motivos de género, orientación sexual, edad, color de piel, entre otras variables, sobresalió hoy entre los debates que tuvieron lugar durante la Convención de Radio y Televisión 2015, que sesiona en el Palacio de Convenciones, en La Habana.

Durante un intercambio que abordó el reflejo de las apropiaciones sociales, históricas y culturales en el país, la periodista espirituana Yenis Fleites manifestó que los medios de comunicación tienen la responsabilidad de crear productos comunicativos desde la equidad, respetando la diversidad humana.

En su intervención, la comunicadora habló sobre la necesidad de crear una cultura organizacional en los órganos de prensa en el país que suponga un conocimiento más amplio de los cambios socioculturales que tienen lugar en el mundo.

“Es preciso dar un papel adecuado a la mujer en cualquier trabajo periodístico, o no considerar a la homosexualidad como una enfermedad. El modelo de familia está cambiando, y los medios de comunicación tienen en la actualidad la responsabilidad de abrirse a nuevos modelos familiares. Para ello se necesita una adecuada capacitación en el personal profesional”, señaló.

Según Fleites, la forma en que se puede concebir un periodismo inclusivo tiene mucho que ver con la cultura de cada persona encargada del proceso productivo en los medios.

“También es importante acercarse más a estos temas, desde la teoría y sin prejuicios”, añadió la periodista.

Por su parte, la realizadora tunera Dalgis Román manifestó que en Cuba se convive aún con discriminaciones y prejuicios, y la familia sigue siendo el espacio más importante en la formación sociocultural.

“El racismo es un problema con profundas raíces históricas en nuestro país, y el temor a reconocer públicamente su existencia ha acentuado su invisibilidad. Los medios cubanos se han quedado a la zaga a la hora de reflejar esta realidad”, precisó.

La comunicadora citó algunas investigaciones realizadas recientemente en el país que muestran la diferencia de actitudes racistas en las distintas provincias del país.

“Se han hecho estudios que destacan que Santiago de Cuba o la Isla de la Juventud muestran más respeto en torno al tema de la diversidad racial. A veces no prima la exclusión per se, sino que se justifica la tendencia discriminatoria con un supuesto número insuficiente de periodistas o locutores negros”, señaló Román.

Para la tunera, los medios de comunicación en Cuba desaprovechan fortalezas, como el carácter formador de los programas, la creatividad del personal artístico o los debates en los consejos de programación.

Durante la discusión, los asistentes coincidieron en que la superación de determinados prejuicios no es tarea fácil, pues las formaciones culturales son procesos largos y suelen durar mucho tiempo.

Para la investigadora Mayra Cué, la tendencia a la desproporción racial en instituciones cubanas como la televisión podría estar relacionada con los mecanismos de selección del personal, porque la exclusión no es una voluntad gubernamental ni partidista.

“En Telesur he notado un comportamiento muy opuesto a lo que sucede en la televisión cubana: de los cinco o seis locutores cubanos, tres han sido negros. Por tanto, este asunto hay que analizarlo desde el punto de vista político – ideológico. El fenómeno es real, no es una obsesión de algunos”, destacó.

Asimismo, entre los intercambios trascendió la importancia de mayores estudios cuantitativos y cualitativos sobre la no discriminación, con el propósito de enfocar eficientemente la inclusión social en los medios de comunicación.

Por otra parte, se resaltaron las limitaciones que imponen los propios directores de medios a la hora de abordar determinados temas que pudieran ser sensibles para una parte de la población, debido a creencias y comportamientos adquiridos.