En varias oportunidades he señalado que a nuestra televisión le hacen falta especialistas en imagen, que tengan la autoridad para decirle a un locutor o un cantante: así no puedes salir en cámara.
No voy a revelar nombres, pero existe una buena conductora por su dicción, presencia física y carisma que desbarata esos atributos por vestirse “de noche” cuando es de mañana o tarde. Tampoco voy a decir que mujeres con senos prominentes (con silicona o no) de unos cuantos kilogramos, aparecen en la pantalla con estraple o tiranticos no cuando cantan o actúan, sino cuando conversan o explican un hecho ¿es glamur eso?. Se que hoy está de moda el lápiz labial rojo ¿para usarlo por la mañana?. No nombraré a conductores o cantantes que usan pantalones tan apretados que enseñan la marca de sus genitales o que se sientan con las piernas abiertas frente a las cámaras.
Voy a poner un ejemplo al que tienen acceso todos los televidentes de Cuba: los periodistas y conductores de Telesur. Salen incluso con pitusas, las mujeres no siempre andan en tacones, el maquillaje es para hacerlos ver natural, la ropa no tiene ni brillos, ni grandes escotes, ni usted ve a nadie de smoking al amanecer. Y tienen “don de gente” para la tv, que no quiere decir que sea lindos. Mireya Latorre era vieja y nada agraciada cuando sentó a este país con su programa Conversando.
Y tengo en mente la imagen de otra presentadora muy cubana: Raquel Mayedo, no es una niña. Usa incluso ropas o prendas que le llevan los diseñadores a De tarde en casa, programa del que ella es anfitriona. Nunca la he visto extravagante ni chabacana, incluso ha hecho de ese “despiste” permanente que padece parte de su trabajo. Raquel aún puede usar tirantes, enseñar los hombros, las rodillas, cruzar las piernas ante las cámaras que siempre está en su zona de glamur. Maurín Delgado es otra conductora elegante tanto en el noticiero como en los programas nocturnos que ha animado, en los que nunca ha tenido demasiado brillo artificial, tiene el suyo.
Ah, no nos llamemos a engaño se puede salir con traje y dar la impresión de que es un descuidado o que no está bien de la cabeza. Hay hombres que “no saben llevar un traje” como decía mi madre, entonces usen guayabera o camisas adecuadas.
La imagen en la televisión debe ser cuidada siempre, como se vigilan los contenidos. Si usted no es telegénico no puede ser presentador de nada porque no lo verán, sólo porque el televidente lo rechaza. He sabido que algunos directores le dicen a sus presentadores que no se vistan de una forma determinada y algunos le responden ¿Por qué te molesta el glamur?
Nuestra televisión no tiene, supongo, el stop de ropa, maquillaje y zapatos con el que cuenta Telesur, pero eso no quiere decir que se debe aceptar lo que usen conductores, periodistas, cantantes…. Incluso conozco directores que a los entrevistados (no tienen que ser lindos, jóvenes, telegénicos, es el que es, nada más) le dicen qué tipo de ropa puede usar.
Y ¡bueno! pasando a otro glamur, el de las escenografías de algunos programas. ¡Madre mía, hay de todo!. Cuadritos de lo más kitch posible, sillones inadecuados por color y ¡que conste! es una escenografía montada ayer, (creo que algo costosa) mientras otros espacios más interesantes, que no pretenden ser pero son glamurosos no tienen ningún montaje ¡que incongruencia!.
Insisto en que se imponen los especialistas en imagen para nuestra tv, pero también que se repartan unas cuantas libras del menos común de los sentidos, el sentido común. Con eso sólo bastaría para mejorar nuestra pantalla.
En definitiva ese codiciado glamur (o glamour) tiene como definición según el diccionario que es “ Atractivo, hechizo y fascinación” y como sinónimos aparecen “encanto, elegancia, hechizo, y seducción…”, para lo que no hacen falta ni maquillaje estrafalario, ni vestidos escotados, ni trajes mal puestos, sólo se necesita un buen don de gente con un trapo apropiado.