Este domingo en el espacio Arte siete transmitieron En la noche (Our souls at night), un filme de Ritesh Batra con Robert Redford y Jane Fonda en los papeles protagónicos, una historia de amor en la tercera edad.
En ocasión de presentar el filme en Venecia donde recibieron sendos leones de oro honoríficos por sus respectivas carreras, ambos bromearon sobre la cinta y sus edades. Ella más que él fue explícita: “Me encanta el hecho de que este filme, de alguna manera, cierre nuestras carreras. Interpretamos a aquella pareja joven, enamorada y recién casada y ahora el amor y el sexo de una pareja mayor. Aunque en mi opinión Ritesh (Batra, el director) cortó la escena de sexo demasiado pronto", dijo la actriz provocando las carcajadas de los periodistas.
Tuve el privilegio de estar cerca de Redford en su viaje a La Habana en los años ochenta. Aún tenía toda la belleza del joven seductor de Nuestros años felices. Se que causó estragos en muchos corazones cubanos y desde entonces he perseguido sus películas: he sido testigo de su paulatino y digno envejecimiento. Nació el 18 de agosto de 1936, por lo que tiene 81 años.
Su rostro está surcado de arrugas, tiene las manchas del tiempo, camina de acuerdo a sus años, y demuestra cómo no se necesitan ni cirugías, ni tintes para ser un anciano bello, lúcido y atractivo.
Creo que de él deben aprender una buena cantidad de “mayores” rostros y cuerpos de nuestro mundo audiovisual. ¿Por qué teñirse el pelo, el bigote o inyectarse silicona en los labios, más otras zonas cuando al caminar la edad te descubre?.
Conozco de una mujer con setenta y más, que va (me dijeron ) por dieciocho cirugías estéticas, se ha subido hasta los glúteos y alardea de eso. Otros, jóvenes aún, se tiñen el pelo sin necesidad, por no hablar de quienes intentan tapar la calvicie con peinados bastante estrambóticos. O mujeres con bellos senos naturales que se los inflan de silicona para tener dos bolas que no siempre son eróticas y mucho menos elegantes.
El pelo blanco y lindo de Federico Luppi o de Miriam Ramos son muestras que el tinte no siempre favorece. Nadie se los imagina a ellos con cabelleras rubias, castañas o negras, como están se ven ¡bien!.
Todo esto tiene que ver con la imagen en la televisión, es mucho más telegénica una arruga bien llevada, que una piel estirada con bultitos de silicona que sólo son muestras de intentos fallidos de luchar contra el tiempo. Hay que pensar en la dignidad y elegancia con la que ha envejecido ante nuestros ojos el bello Robert Redford. Y vuelvo a mi ritornelo ¡que falta hace el especialista que oriente a las personas que aparecen en la tv!.
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