Tin, también conocido por Carlos Alberto Cremata, es un niño grande porque sólo así se explica que camine de sueño en sueño. Hijo de Carlos Cremata Trujillo, uno de los tripulantes del DC-8 de Cubana de Aviación que los yanquis volaron en pedazos el 6 de octubre de 1976 y de Iraida Malverti, directora guionista, premio nacional de la televisión, una hacedora de maravillas, el colmenero mayor de la compañía La Colmenita no se cansa de crear proyectos, cada uno más complejo que el anterior.

Desde meses atrás está metido en el programa Colmena TV que, según sus palabras, «El Director soy yo – “mangui-palito-chino” (y Danilo Sirio, de Director para la TV) y Karel Renzoli, de co-director para exteriores.»

A ese trío se une otro reconocido: «Ángel Alderete va a ser el Director de Fotografía (¡te imaginas!, para mí es “algo más que soñar”) y Yasser and the gang (el de Sonando y Bailando) será el Diseñador o Director de Arte…En fin, que si me he sentido mejor, no me acuerdo.»

Y me dijo además: «Te adelanto que estoy engolosinado, nunca había querido hacer televisión con La Colmenita, porque corro el riesgo de abandonar mi Teatro Idolatrado, o al menos no atenderlo igual, pero cada vez me enamoro más del “sistema” de trabajo en equipo de RTV. Lo estudié in situ en “Bailando”… He hecho tremendas migas con Joel Ortega, a quien conocí en el último Congreso del Partido, y también con otro geniecillo que se llama Iván Barreto Gelles (gerente de Cinesoft – que es coproductora con RTV en esta aventura), nos dicen “Los tres Mosqueteros”, ja, ja, ja.»

Con Tin he conversado muchas veces, fuimos vecinos espaciales y somos amigos espirituales, pero nunca lo había entrevistado hasta ahora.

-Tus dos hermanos son artistas,  tu madre también. ¿Tenía tu padre algo de ese duendecillo que habita a la familia?

-Paqui, no imaginas lo que te agradezco esta pregunta, porque lo que casi nadie sabe es que con Mami aprendí y aprendo mucho de Televisión, Arte en general y Danza, pero el verdadero Teatrista era mi Papá, que de manera absolutamente aficionada montaba las obras de teatro (en los 60 y 70) en el Instituto de Aeronáutica Civil. Papi era empleado del Departamento de Control de Vuelos en el aeropuerto internacional José Martí, y se pasaba la vida embullando y uniendo a sus compañeros para montar comedias del teatro bufo y costumbristas de Enrique Núñez Rodríguez… Así crecí yo, me encanta la playa y ver pelota en el Latino, pero nada fue superior en mi infancia a ver dirigir y sobre todo actuar a mi papá en el aeropuerto o en las oficinas de La Rampa. Cada ensayo era un tributo a nuestro Teatro Vernáculo, porque Papi era un “morcillero” incorregible, culto y genial, siempre lo cambiaba todo de un ensayo a otro, y luego en la función - lo volvía a cambiar. Yo no vi por supuesto a Arquímides Pous, ni a Covarrubias, pero te puedo asegurar que Papi era un alumno aventajado… Se parecía mucho, mucho en sus actuaciones al inmortal Enrique Arredondo. Luego entré a los Camilitos de Baracoa y lo primero que hice fue montar con mis compañeros de once años, del 7mo Grado: dos comedias de Enrique Núñez que había absorbido hasta la médula viendo a mi Padre: «Este burócrata es la muerte» y  la inolvidable «Dios te salve, Comisario».

-¿Por qué fuiste a estudiar  a la URSS? ¿Qué le debes a esa cultura?

-Cuando terminé los Camilitos de Baracoa, me gané una beca para estudiar Dirección Artística del Trabajo Cultural con el grado científico de Licenciado en Ciencias Pedagógicas - en Ucrania (entonces de la Unión Soviética), específicamente en la hermosa ciudad de Lvov (en la frontera con Polonia), que tiene uno de los Teatros de Ópera y Ballet más importantes de toda Europa. Allí me “colaba” en todos los ensayos que pude de aquellos excelentes Teatros soviéticos furiosa y hermosamente Stanislavskianos, donde me sentí en una verdadera Universidad Teatral. Luego me gradué de una segunda carrera – Dirección Teatral en el ISA con mi tremenda profesora Berta Martínez, y “aterricé” en el Teatro Cubano. A la Cultura Rusa le debo mucho, mucho; pero no solo a la de las Bellas Artes de Tolstoi, Pushkin, Dostoievsky o el Hermitage, sino a la Cultura en su sentido todo. Te aseguro que entre los seres humanos más plenos que he conocido en toda mi vida están en un lugar muy especial aquellos del pueblo soviético de los ochenta…

-La colmena nació con un grupo de actores trasladándose en bicicleta, ¿me equivoco? ¿Por qué dejar el teatro para adultos con adultos y volcarte al teatro con  niños para niños de todas las edades?

-No solo actores en bicicleta, como Amarilys Núñez Barrios, Renecito de la Cruz, Ariel Bouza; sino también artistas de la talla de Alexis Díaz Pimienta, Emiliano Sardiñas o Elvirita Skourtis (la excelente guitarrista clásica tunera). Nos íbamos por nuestra cuenta, en grandes triciclos y bicicletas, con el vestuario a cuestas para Güines, Alquízar, Quivicán… Tocábamos de improviso en la puerta de una Secundaria Básica en el campo y le ofrecíamos a la Dirección (a cambio de un espacio para tirar nuestros colchones y que nos dieran comida) – una semana de actividades culturales gratis en la escuela y para todas las comunidades circundantes. Llevábamos varios montajes infantiles (recuerdo «Días de Primavera», del Teatro Escambray) y comedias como «Los Cuentos del Decamerón» (la versión de Héctor Quintero) y puestas en escena del Siglo de Oro español… A veces hasta coincidíamos con el mítico grupo humorístico Salamanca, que se integraba excelentemente a nuestras propuestas. Recuerdo a «Cuco Papalote», un simpatiquísimo y verdadero líder natural, Director de «Ceiba 4», que fue el primero que nos abrió las puertas. En realidad no hacíamos Teatro con adultos, sino Teatro con puros jóvenes, casi adolescentes… y lo que me llevó a enrumbar para los Niños – debe haber sido la influencia del vientre de mi mamá, y que yo alternaba la dirección teatral de La Colmena con mi colaboración como guionista y director artístico, junto a mi madre, de las series: «Cuando yo sea Grande» e «Y dice una Mariposa».

-¿Qué día nació La colmenita? ¿Cuántas hijas y nietas tiene? ¿De qué nacionalidad?

-Hemos adoptado oficialmente el 14 de febrero de 1990, que es la fecha exacta en que se funda La Colmena, porque sin Colmena no hubiera habido jamás Colmenita. Todos los actores jóvenes se fueron transformando en los primeros cuatro años en guías de los niños, y los protagonistas de las primeras puestas en escena con jóvenes fueron niños, como el caso de la adaptación teatral colmenera de la noveleta de Carlos Fuentes Aura. Pero la primera función oficial de La Colmenita (solo con niñas y niños) fue aquel “Meñique” en el Teatro Karl Marx, un 2 de abril de 1994.

La Colmenita tiene cientos y cientos de hijos y nietos en toda Cuba (solo en La Habana hay once Colmenitas – con entre 30 y 70 niños cada una), hay siete en provincias cubanas; y hay Colmenitas en Bogotá (Colombia), San Luis Potosí (México), 21 Colmenitas en 9 Estados de la República Bolivariana de Venezuela, 2 en Argentina (Banfield y CABA) y 27 en todos los Departamentos de la República de El Salvador (todas dirigidas por cubanos colmeneros). En estos 27 años han existido también Colmenitas en España (tres – Cantabria, Sevilla y Tenerife), México (Querétaro y Chiapas), Panamá, República Dominicana, Nicaragua, Canadá (Winnipeg) y otras cuatro que existieron en barrios muy humildes de Buenos Aires, en el anterior gobierno de Cristina Fernández de Kirchner… Ah, ¡y todas las generaciones que han pasado en estos 27 años!… La niña mayor se llama Yanai, vive hoy en Toronto, Canadá, y tiene 35 años…

-¿Cuál ha sido tu mayor preocupación en esa compañía?

-Otra pregunta que te agradezco muchísimo. He tenido dos grandes preocupaciones, más bien dos grandes enemigos visibles, a los cuáles no me da pudor decirlo, les tengo Pánico!: uno es el «poderoso caballero» Don Dinero (que cuando asoma su oreja peluda acaba con casi todo lo que toca, pero en el caso de los niños es un enemigo de lesa Infancia), el otro es el peligro que representa tratar de hacer actores recortados o peor «divos» de los niños. Hay un clásico paradigmático del 62, de Robert Aldrich (genialmente actuado por Bette Davies y Joan Crawford), que lo explica a la perfección, se llama ¿Qué pasó con Baby Jane?, y cuenta como tratando de construir una diva en una niña, puedes desembocar en un futuro tortuoso, hasta psicopático (los psicólogos creo que le llaman «daño irreversible a la personalidad»). Para eso, «para bajar naricitas» de colmeneros «creyentes» (no los religiosos, sino los que «se creen cosas», como dicen los de hoy), creamos un Antídoto (que es un gran premio en el mundo de los adultos), pero el castigo mayor en la Colmenería… Al niño que descubrimos «con la naricita estirada para arriba», generalmente confesado solo por sus maestros, porque lo sufren en el aula (los padres raramente se percatan de ese peligro), les damos por una semana o quince días unas «Vacaciones» de La Colmenita… Cuando se ven separados por solo unos días de sus oasis de juego creativo, de sus mejores amigos, de sus amores (porque los niños se enamoran a todas las edades), te aseguro que la naricita va hacia abajo con tremenda velocidad. Hace muchos años que no se dan «vacaciones» en La Colmenita, pero los primeros ocho años, los niños vivían permanentemente «de Vacaciones»…

-¿Cómo consigues que los padres sean tus cómplices?

-No puede existir mejor cómplice que una madre o un padre, al que le dan Amor a su hijo. Todos, todos todos (los pobres, los menos pobres, sin distingo de credo, de nada) dan la Vida y más por sus hijos, y si además descubren que, al unísono de hacer una labor de tiempo libre socialmente útil, sus hijos –además y sobre todo– Crecen en Martí, se aprenden o mejor aprehenden los 210 «Versos Sencillos» autobiográficos para conocer desde tamaña belleza la vida del Apóstol, leen de verdad La Edad de Oro (no solo «Meñique» o «Los Zapaticos de Rosa»), sino y sobre todo: “Un paseo por la tierra de los anamitas” o «La Ilíada de Homero», a lo que hay que añadir El Conde de Montecristo y Los Tres Mosqueteros (libros de culto en La Colmenita), junto a Salgari, Julio Verne, Dora Alonso, Mark Twain, Edmundo de Amicis, etc; y sobre todo se dan cuenta que en La Colmenita no se aprende tanto a actuar o cantar, como a «entregarse con el máximo de Pasión a lo que uno vaya a hacer luego en la vida», y a vivir con mucha sed y hambre de hacer el Bien todos los días, entonces la complicidad es la obviedad misma.

-Sé que has recibido múltiples condecoraciones en Cuba y otros países  pero: ¿Qué significa para ti ser Héroe Nacional del Trabajo?

-La enorme felicidad de haberlo recibido junto a mi Héroe Nacional del Trabajo preferido: San Lázaro Expósito Canto. Siempre cuento que minutos antes le dije: «Lazarito, me queda claro que esto no es una Orden, es más bien una inyección que nos pone la Patria para trabajar más… Yo puedo perfectamente, pero tú, ¿qué te vas a hacer tú, que casi no duermes?»; y que todos sabemos que (como Martí sostiene en su Diario de Campaña: «Duerme mal, el espíritu despierto. El sueño es culpa, cuando falta algo por hacer»)… Me miró con esa mirada bondadosa, sabia y sonriente de pescador de Caibarién, o de obrero bueno de Villa Clara, Granma o Santiago de Cuba: «Tin, tú sabes que yo he pensado en eso; y lo que se trata no es de trabajar más, sino de ser más eficaz en lo que uno hace»… Esa noche del primero de mayo del 2016, no dormí casi (entre la inmensa felicidad y la necesidad de darle respuesta a esa provocación), al otro día llegué a mi Colmenita con más claridad en lo de «cambiar todo lo que debe ser cambiado», y nació nuestro «Crecer con Martí».

-¿Qué se hace para seguir adelante cuando el dolor te rompe el pecho porque alguien que quieres se aleja de ti?

-Lo aprendí de una entrevista que leí en Trabajadores, que le hizo Alina M. Lotti, el 24 de enero del 2011, a una Maestra de la Universidad de Ciencias Pedagógicas «Enrique José Varona», María Antonia Rodríguez del Castillo: «Cuando eso te pasa, nada mejor que sumergirse en el tomo XX de las Obras Completas de Martí (Epistolario)»… Cuando es alguien que quiero y se aleja de forma fea, repito: «hoy siento lo mismo que debe sentir una margarita cuando la mastica un caballo», pero entonces me reanima: «Con mi mente quisiera ser como con mi cuarto, que me voy de él, y dejo todas las ventanas abiertas, cuando acabo de recibir la visita de un hombre de alma fea u oscura»… Y cuando es un alma linda, que son las casi todas, poquitas, que me han roto el pecho, recuerdo lo que le escribió a su Fermín: «Aprieta un poco la garganta, pero da Luz por dentro… Atúrdete haciendo el Bien, que es ya, para nosotros, el único modo de vivir».

-Existen dos fechas que te marcan, aunque no me hayas dicho, el 6 de octubre de 1976 y el 25 de noviembre del 2016. ¿Qué pensó Tin en esos momentos?

-Hay mucha similitud, porque casi siempre que me encontraba con Fidel, pensaba en mi padre y lloraba, y Fidel, de la forma más hermosa y hasta simpática, se dedicaba a darme ánimos, como también hizo siempre mi Papá en vida… Entonces cuando los perdí, sentí la misma pérdida del Padre idolatrado e insustituible… Duele hasta pensarlo…

-El programa para la televisión es un reto. ¿No temes que las abejas no funcionen de la misma forma en el audiovisual que en el teatro? 

-Claro que temo, temo mucho, son dos lenguajes muy diferentes, pero tengo a mi favor que antes de la Colmena y La Colmenita estuvo «Cuando yo sea Grande», o sea, estuvo la Televisión… Tengo de Asesora a mi madre, que le sabe un mundo, y tengo a Martí, que dijo: «La dificultad es grande; y los que han de vencerlas, también». Por cierto, en la nota anterior se me olvidó contarte algo esencial, y es que el guionista del nuevo programa del verano es nada menos y nada más que Jaime Fort, el autor de la mayor cantidad de guiones de «Vivir del Cuento» (el programa de Pánfilo) y Fundador de La Colmena y La Colmenita.

-Si todo resulta un éxito (como espero), ¿dirás adiós al teatro por un tiempo?

-De eso sí estoy absolutamente seguro que NO… No se abandona jamás a la Madre, al género paridor. Yo Amo el Teatro más de lo imaginable y de hecho, uno de los propósitos del Programa es dejar creada una nueva Colmenita en RTV Comercial, que llevará a nuestro proyecto con ese nuevo poder mediático a los rincones más necesitados de todo nuestro país (zonas de silencio, Plan Turquino, Manatí, etc), como hemos hecho invariablemente desde que nacimos en 1990 y como hemos hecho últimamente, siempre con nuestros hermanos de mil batallas de P.M.M.

Ahora se incorporará hasta una caravana de rastras nuevas de RTV Comercial, que permitirán llevar un escenario rodante con exquisitas luces y sonido (similar a la Tribuna Antimperialista) al sitio más intrincado de nuestra geografía nacional.

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