Podría empezar diciendo que Isabel Santos Tèllez es quizás la actriz con más reconocimientos en Cuba, pero eso le diría poco al lector. Si le digo que es la guajirita testigo de Jehová de la serie Pasos a la montaña, la Amalia toda símbolo de Algo más que soñar, la arpía de Pasión y prejuicio, la joven revolucionaria que con su grito inunda el amanecer de Clandestinos, la  extranjera que sube en un globo como Matías Perez en La vida es silbar, el travesti de Vestido de Novia, o la doctora enferma de ataxia, en la serie ConCiencia, entones quien lee recordará a la joven ingenua o la profesional que se entrega a su trabajo.

Pero como esta entrevista con Isabel me (se) la debía, me he dado el gusto en hurgar en su vida para Usted que lee, tenga una idea del ser humano que ha habitado a cada uno de esos personajes que despertaron nuestra admiración u odio:

- Vamos a empezar por  El Senado, ¿qué te dio ese batey?¿ allí descubriste el cine?

- Cuando tú dices Senado es el central llamado ahora Noel Fernández. Tengo entendido que era el único central con un dueño  cubano entonces,  tenía su batey, de central, muy bonito… Ya no está así por supuesto, con esta cosa de demoler los centrales, también esta gente sufrió muchísimo y siguen sufriendo hasta que el central no pite, porque la gente se guiaba en todo, el central te daba todo. A dos kilómetros del central había un caserío, serian 10 casas, fíjate que quedaba muy cerca del cementerio,  siempre está en las afueras del pueblo en las provincias y ahí vivía yo.

Mis padres eran muy jóvenes en aquel momento y triunfa la Revolución y empiezan a fundar granjas del pueblo y mi mamá era miliciana, era poco todo lo que hacían, era más y más, y con una niña de 40 días de nacido arrancan para este lugar, cierran su casa en Camagüey, la pierden por supuesto, y van a vivir a una casa que dice mi mamá que era un techo y para el viento ponían ladrillos, imagínate que un día vino una vaca y se recostó, por poco me mata en una hamaca. Era lo que teníamos.

Mis padres nunca se fueron de ahí, nunca, era un lugar donde no había luz eléctrica, había una plantica, más tiempo rota que funcionando. Recuerdo un círculo social que había y ponían un televisor cuando dieron aquellos televisores… Eso debe haber sido en finales de los años sesenta, sesenta y pico por ahí.

Lo que más yo recuerdo así- lo digo en todas las entrevistas y no me canso- porque para un niño yo sé lo que significa, es que  al lado de mi casa había un almacén de abono, mi mamá padeció asma muchos años y no sabía, guajira al fin, no lo sabía que el abono estaba allí. Primero estuvo la gente de la UMAP (Unidades Militares de Ayuda a la Producción), después la gente de la EJT, (Ejército Juvenil del Trabajo), y precisamente, a ese almacén venia el carrito móvil y ponía la película, y todo el mundo sacaba su banquito, bueno eso yo lo tenía como acá atrás, en mi cerebro. Un día estaba yo en Montevideo, en Uruguay, fue una delegación acabada de caer la dictadura y me hacen una entrevista en Radio X 30, una radio de la izquierda y el hombre me dice, ¿cuando  es la primera vez que usted vio cine?. Me dijo aquello, yo empecé a llorar así, porque ahí me di cuenta que yo era un poco la niña del documental Por primera vez, de Octavio Cortázar, que se había puesto en la retrospectiva.  Ver cine por primera vez es mi gran recuerdo, yo creo que a partir de ahí yo me enamoré del cine. Quizás no era consciente, lo que si quería ser como los que salían allí en esa pantalla, lo que proyectaban en esa pantalla.

-¿Cómo sale Isabel Santos del Senado y llega a la Escuela Nacional de Arte, ENA?

- Con las convocatorias que hacían.

- Ahora hay un mito sobre ti, quiero saber si es verdad, ¿tú no aprobaste la prueba del Instituto Superior del Arte, ISA?

-No, no la aprobé.

-¿La del ISA?

-Yo termino la ENA y no me quería ir para el interior. Recuerda que yo vi teatro por primera vez cuando vine a La Habana, nos unimos un grupito y estaban poniendo en Teatro Estudio, La dama boba, en fin, empecé a ver cosas pero entrar a un teatro y ver aquellos actores que tenía Teatro estudio, te impresionaba en un primer año que comenzábamos. Yo no me quería ir, yo sabía lo que significaba La Habana para un actor, ni me interesaba estar en un grupo de teatro en el interior y hago la prueba para el ISA por quedarme en La Habana. Recuerdo que hicieron un dictado y había unas h intermedias, yo me las comí, mi ortografía estaba mal, porque en ese batey, la maestra faltaba muchísimo y cualquier mujer de esas de la diez casitas, federada destacada, levantaba la mano y decía yo doy la clase, ¡ya tú sabes no!, es algo que he arrastrado. Sin embargo, soy una lectora insaciable, leo mucho, pero la ortografía es algo que, eso está en la base. Por supuesto, me desaprobaron en el ISA de lo cual me alegro muchísimo. Si yo entro al ISA, no hubiera podido hacer las cosas que hice una detrás de otra en el cine, ya era como repetir lo mismo que había dado en la ENA, exceptuando algunas asignaturas.

-Háblame de Raúl Eguren.

- Raúl para nosotros es un padre. ¡Con una disciplina!... a Raúl siempre lo recordamos porque había dos actores que ya no viven en Cuba, (no te voy a mencionar nombres), hermanos y ellos siempre llegaban tarde, cosas de muchacho, de adolecente y ese día Raúl decía, las clases se suspenden, pero no nos dejaba ir, nos sentaba encima del escenario y él se sentaba en las lunetas y era de ocho a doce y media del día sentados, con un hambre, sin poder hablar. Íbamos, almorzábamos, teníamos que caminar hasta la ENA desde el teatro Miramar y volvía y nos sentaba el día entero y además nos decía en la prueba final tienen un punto menos, por lo tanto nadie podía llegar tarde. A mí no se me ocurre, sabes que para esta entrevista llego una hora antes, para llegar a un set a una locación, yo soy una gente muy puntual y eso se lo debo a Eguren, pero le debo a Eguren leer buenas cosas y creo que parte de lo que se en la actuación, por muchos caminos nos hacía llegar el personaje, se lo debo a ese gran maestro, creo que después de Eguren no ha existido en actuación un maestro como el, mi generación lo adora.

-¿Cuál fue tu primer trabajo en los medios?

-Estando en primer año de la ENA, Juanito Vilar hace un casting muy grande. Recuerdo que Humbertico García Espinoza era quien lo estaba ayudando y en uno de los estudios del ICRT graban ese casting. Era para una novela que se llamaba Pasos hacia la montaña donde. Yo hice la prueba. En ese entonces los actores que ya tenían cierta edad, treinta y pico de años, hacían los muchachos adolescentes y Juanito entró a los jóvenes, eso le costó carísimo. Había gente que no estaba de acuerdo con que Juan Vilar hiciera eso, por el riesgo. La televisión era como de palo, casi salías en vivo. Pero Juanito es un hombre al que yo le debo mucho, fíjate, tanto como a Raúl Eguren y Juanito es el que me descubre y me da uno de los personajes que se llamaba Eslinda, una muchacha testigo de Jehová. Mi padre era Angel Espasande, yo nunca recuerdo los nombres de los personajes, ni la gente que trabaja, voy borrando cosas pero de esa novela me acuerdo, trabajaban  Carlos Montezuma que hacía de un bandido, Eloísa Álvarez Guedez y Salvador Wood. Yo recuerdo que Salvador, el primer día, yo tenía una escena, echándole sancocho a los puercos, con dos o tres bocadillos y me agarró el libreto, empezó a hablar conmigo del personaje y Eloísa también. Era como si dijeran “vamos a ver  esta niña”, a mí me estaban cuidando celosamente, aquella locura que podía ser de Juanito. Entró Jorge Martínez que hacia mi novio, entramos muchos en ese grupo y después repetí con Juanito una novela que se llamaba El tiempo joven no muere, un personaje que no tenía nada que ver, una estudiante de la universidad que Altunaga me puso unos textos dificilísimos. Aprendí mucho en casa de Juan. Era como una Universidad, ahí podía pasar todo el mundo, los grandes escritores, gente de la nueva trova, directores de televisión, directores de cine, directores de fotografía, era un ir y venir de gente y ahí Juanito hacia la mayoría de sus ensayos, siempre estábamos metidos, yo no sé como Marta aguantó ese matrimonio.

-Estabas hablando, y pensaba que la televisión para ti fue importante antes de Se permuta, tu primera película…

-Sí, la televisión fue importante, por  como se hacía en aquellos años, con el rigor que se hacía de estar delante de una cámara, pero yo no tenía conciencia aún, de lo que era estar delante de una cámara, era más intuición, hacerlo con espontaneidad, credibilidad, yo no estaba buscando el ángulo, o la luz, nada de eso, eso lo aprendo cuando entro al cine, con un gran fotógrafo que le decíamos el Pago, ya fallecido y el Pago me dice “niña, si tú no quieres esto que hay aquí (y toca aquella gran cámara gigantesca) ella no te va a querer a ti”. Y ahí me di cuenta, me empecé a fijar ya desde ese momento. Como en 35mm había que esperar mucho, todo el montaje de la iluminación, pero uno tenía tiempo en aquel set, fuera grande o pequeño, no tenías otra cosa que hacer que mirar lo que se estaba haciendo, donde estaba la cámara, si estaban montando un doly, escuchar las cosas técnicas que hablaba el director con el fotógrafo y con el resto del equipo. Tuve oportunidad de trabajar con grandes directores de arte, excelentes fotógrafos, sonidistas que ya no están, otra gente está fuera de Cuba y creo que esa fue mi escuela en el cine, esa fue la verdadera escuela: observar.

-Fernando Pérez dice que tú y Luis Alberto le ayudaron en Clandestinos, cómo se prepararon para la andanada de disparos en la azotea, escena que fue una sola toma…

- Fernando tenía para  el Ernesto a Luis, pero él no tenía a la muchacha y llama a Luis Alberto y le dice “yo tengo un nombre aquí, ¿con quién tu quisieras hacer esta película?” y Luis Alberto le dice “yo quiero trabajar con Isabel Santos”. Cuando Luis mira el guion, el nombre que Fernando tenía anotado era el mío, o sea coincidieron.Él llegó a mi casa, mi niño tenía meses estaba en aquel momento tratándose de parar en la cuna, y él me dice que él no sabía dirigir actores, que necesitaba la ayuda de Luis y mía, que él nunca había dirigido actores, ¡fue de una honestidad!: ningún director te dice eso. La gente ahora sepan o no, se lanzan, te piden cosas incoherentes y por eso yo respeto mucho a Fernando desde el primer día que lo conocí. Yo creo que se podía hacer toma uno porque éramos muy disciplinados, teníamos muy bien el personaje, fueron meses de estudiar con él, nos  entrevistarnos con Norma Porra que nos dio una gran entrevista.  Fernando persiguió mucho esa entrevista y nos llevó a mí y a Luis a hablar con ella.

Norma  acababa de llegar del trabajo, si tú me preguntas ahora hasta como estaba vestida te lo puedo describir, fíjate si para mí fue importante. En esa entrevista con Norma Porra  estuvo todo lo de la película, y había un buen guion. Creo que fue eso, prepararnos, el actor se prepara. Hay actores que no, que le gusta repetir, yo lo tiro todo casi siempre en la primera toma, porque había que ahorrar material en aquel momento, el 35 cuando más te tiraban 3 tomas. Ya llegó un momento que podían ser hasta tres. Me pasó en La vida es silbar a toma uno, porque había actores que no eran actores y Fernando necesitaba que sobraran dos tomas nuestras para los demás actores, fíjate todo lo que tuvo que hacer cuando hizo La  vida es silbar, eso es trabajar y trabajar.

-Pero perdóname que insista, el rollo es que en Clandestinos, en  el final, esa agua cayendo, uno se pone a ver la película y yo creo que esa escena es una de las fundamentales.

-Pero también había un solo tanque o sea dos tanques.

- Por eso te digo.

- No había más tanques, o sea estaban los bomberos, se pusieron los estoplines.

- O sea filmabas…

-O no filmabas o había que esperar días y días en que la producción consiguiera más tanques.

-Sigamos: a ti te gustan los riesgos en Algo más que soñar hiciste el primer desnudo de la televisión cubana, luego te subiste a un globo en La vida es silbar, ¿te gustan esos papeles que sean riesgosos por una razón o por otra?

-No. Eso tú lo vas descubriendo En Algo más que soñar yo estaba súper enamorada de hacer la Amalia, lo que significaba Amalia, yo soy camagüeyana, imagínate tú. En aquel momento, nunca se hizo la vida de Ignacio Agramonte, un personaje queridísimo por mí. Yo sabía lo que Eduardo Moya quería con cada uno, lo que simbolizábamos cada una de las parejas en Algo más que soñar, por supuesto que un desnudo a una muchacha guajira acabada de graduar de la escuela de arte era difícil. Yo lo hice sin pensar que era el primer desnudo de la televisión cubana ni nada de eso, eso después que lo escriba la historia, pasan los años y eso es historia. ¿Montarme en un globo? lo llevaba la película. Para nosotros, para mí y para Luis era, imagínate, quien no quiere ser como Matías Pérez, claro después el globo aterriza en el lugar que no tenía, cae al mar, Fernando corriendo, media Habana corriendo por todo el Malecón, que eso se aprovechó en la película, pero eso son cosas que suceden en una filmación. Sí,  hay momentos en que me he arriesgado a hacer un personaje como La vida es Silbar, cuando estaba en el globo de verdad no pasó nada, cuando agarraron la cesta y la montaron con una grúa kato, así para arriba, a mí me entró un ataque de pánico, yo le decía a Fernando, “yo te pido, yo te ruego que bajes esto, por favor baja esto” y me entró un ataque de pánico, de histeria, allá arriba y tuvieron que bajar, entonces Fernando habló conmigo.

-Pero Fernando dice que te decía desde abajo, por el megáfono “Isa estamos contigo”.

-Estamos contigo y yo le dije, “tú no estás conmigo porque tú estas allá abajo, la que está aquí arriba soy yo”, es que aquello se movía Paquita de un lado al otro así, y yo sentía que me iba para las esquinas del globo, es que además los hilos tensores, las cuerdas no estaban bien. Fue riesgoso, sí, fue riesgoso.

-¿Por qué tú aceptas papeles secundarios como el que acabas de hacer en Vidas Cruzadas un papelito, de un día, una toma?

-Mira lo voy a decir en la entrevista porque a la edad que yo tengo, yo puedo decir lo que me dé la gana.

- Por supuesto, no la edad, la historia que tienes…

- No: con la edad, yo soy una mujer que ya puede decir cosas. A ver, a veces tú haces cosas que te llaman. Yo nunca le he tenido miedo a los personajes secundarios, hay una edad que tienes que empezar a hacer ese tipo de personajes, lo que pasa que un día le dije a Amaury Pérez: el problema es que no te lleven la escena, si es en el cine que no sobre esa escena secundaria, y ya yo hice las muchachas bonitas, las protagonistas de las películas, pero la gente tiene que salir del cine con esa escena en la cabeza, fue lo que me paso en Casa vieja. Yo me preparé, llevaba muchos años sin filmar, no me llamaban y era como reinventarme. Me ha costado momentos que la gente dice, yo creo que ella no tiene nada que dar ya, se quedan con lo último que hice, prefieren otra actriz que esté de moda y no me llaman. Eso el lógico, es válido y tienes que reinventarte y lograr hacer cosas como si te descubrieran por primera vez, eso lleva un estudio tremendo. En el caso de la televisión sabes que hago poca televisión en el medio que comencé, a mí me encantaba hacer televisión.

-¿Y ahora te gustaría?

-Ahora no. Fíjate, no y sé que cuando las que dirigen la televisión lean la entrevista, pueden sentirse muy mal. Yo sueño con la televisión donde yo entré. Yo sueño con la disciplina de gentes que llevaban años y años como sonidistas, camarógrafos, director de arte, pero cuando tú ves que uno que hacía otra labor, podemos poner uno que colgaba la ropa, que nunca ha pasado una escuela, es un diseñador, no vale. La televisión se ha convertido en un desastre, no es la televisión que yo quiero y para mi, es el medio más riesgoso, entonces cuando a mí me llaman para hacer una escena y yo he divisado lo que es la televisión hoy, en una escena. Cuando llegué ese día, en el mismo momento que estaba con otra actriz concentrada haciendo mi secuencia, al lado había un portal y la misma gente del equipo empezó a hablar, yo tuve que parar y decir “por favor estamos con textos largos, pesados, yo necesito silencio”. La actriz me dice “que bueno que tu llegaste, hacen silencio porque eres tú, pero así grabo yo todos los días”, entonces Paca no, así no puedo ir. Ya yo tengo una edad que necesito tranquilidad, respeto y lo único que queda en mi vida es mi trabajo, porque hay otras cosas que no tengo. Entonces tú dices soy feliz cuando estoy trabajando, pero no incomodarme. Necesito trabajar porque tengo que tener dinero, porque yo no tengo un salario fijo, yo solamente gano cuando trabajo y cuando no trabajo, no gano y tengo que pagar una ONAT, que le importa un pito si yo tengo que guardar ese dinero y no se da cuenta que si yo gano x cantidad en una película que además nunca he sido bien pagada, pero piensan que es mucho,  tengo que pagar la mitad de lo que gane y el resto ¿de que vivo?, ¿alguien se lo ha preguntado?. Yo no trabajo por cuenta propia, yo no alquilo una habitación. Yo creo que también el éxodo de actores, no de la mayoría, pero de algunos actores, sobre todo hombres que viven por ahí. Creo que hay que tener un cuidado con lo que nos queda, en todas las ramas fíjate, no estoy hablando de que los actores somos el ombligo del mundo, creo que hay que tener un cuidado, de qué pasa con esas personas, cómo viven de qué viven, porqué están trabajando, porqué no están trabajando y cuando no están trabajando de que se mantienen.

-Te entiendo…

- Entonces cuando tú haces una escena que a mí me hubiera gustado que no saliera, porque además la sacaron de fecha, cuando fui a hacerla cuando estuve preparada para hacerla, ellos cambiaron todos los planes de trabajo, todas las cosas que no se pueden hacer en una telenovela… pero es el desastre de la televisión en este momento.Esa no es la televisión a la cual yo quiero ir y me encanta hacer televisión. La gente piensa que no. Otra gente que hace mejor televisión, no me llaman porque piensan que no voy a ir fíjate, otras dicen  ¡ay, no, no, ella es muy complicada! o es muy exigente, porque tú caes mal si eres exigente y entonces crean una leyenda de ti, eres la pesada, la conflictiva… es que quieres el vestuario planchado no tirado en un rincón, que el carro que te recoja llegue puntual, como debe ser, ahora, también, yo veo que algunos actores, (he estado en carro montada) le están pitando media hora y se levantan, el carro está lleno y con tremenda calma montan, cuando la luz se le va al fotógrafo, pero eso no importa, filman a las doce del día con la luz cenital y es espantosa la fotografía y eso no es lo que yo quiero hacer, no puedo. Por eso hay directores en la televisión con que trabajo y otros no.

-¿Por eso trabajas con Rudy Mora?

-Sí.

-¿El papel más reciente que hiciste en la televisión el de ConCiencia?

-Sí

- A mí me cuentan que tú te convertiste en una especialista en ataxia ¿es así?

-No tanto una especialista, sino que busqué mucha información. Tú no puedes hacer un personaje si no sabes, si tiene un problema como la ataxia, no puedes empezar a imitar algo si tú no investigas. Entonces, yo en ese momento tenía un viaje para Uruguay y le dije a Rudy déjame ir,regresar entonces te doy la respuesta y traje en una memoria ¡¡¡ufff!!!. Me pasé muchas noches buscando, videos, cosas que podía bajar rápido y que aquí no podía hacerlo por un problema de la lentitud del INTERNET. Empecé a buscar toda la información que a mí me podía interesar para el personaje. Esa es otra cosa hay mucha información que tienes que descartar porque no va con tu personaje, y encontré un documental que están haciendo un grupo de mujeres doctoras, que tienen ataxia de España, Brasil, México de distintas partes del mundo y se han comunicado entre ellas y empezado a escribir una novela, pero además quieren hacer, no sé si lo han hecho ya, un documental y de cada una de ellas pude buscar cosas, sin lástima. Lo mejor es que es una enfermedad que la gente va por la vida con ella y que tratan de hacer las cosas normales en su vida, teniendo esa enfermedad terrible porque tu mente está clara ¿me entiendes?. Puede estar desde los niños y muchas personas no saben cómo aparece. Sí, tuve que investigar muchísimo y decirle a Rudy entre todo lo que había buscado, dejarme dirigir por él, aunque nunca me pidió “ensáyame lo que tú tienes”, confió plenamente en mí y recuerdo que la primera escena que yo hice era caminando por un pasillo, cuando la ataxia todavía no había avanzado y Rudy me dijo “esa es la cosa”. Y así construí ese personaje maravilloso, que nunca pensé que tuviera tanta aceptación, sobre todo en los médicos, en la gente que si conoce la enfermedad. Y fue bonito después de tantos años, sin hacer televisión que la gente te abrazara, te dijera cosas en la calle porque a veces yo le paso por a lado a la gente, pero la gente sabe que soy Isabel Santos pero no tienen por qué buscar una conversación conmigo porque soy la Isabel pero no han visto un personaje. Y ConCiencia me volvió a dar ese amor del cubano, esa cosa de “que lindo es tu personaje, que buen trabajo, como me gustó la serie”, no solamente mi personaje, la serie. Rudy se metió en un mundo desconocido y quedaron millones de cosas por decir, porque me gusta como él planteó primero, los problemas personales de cada uno, si se hiciera una segunda temporada yo creo que habría que ir más, qué pasa a nivel tecnológico a nivel de investigación, porque ya sabemos quiénes son, eso fue muy inteligente de su parte. Lo hicimos un equipo pequeño, trabajando muchísimo, fíjate aunque yo diga que no se hace, que no estoy de acuerdo con otras telenovelas que veo, yo sé que trabajan muchísimo, lo que a veces trabajan muchísimo porque se pierde mucho tiempo, con Rudy no se pierde tiempo.Rudy es un hombre que te exige mucha disciplina, que tienes que tener tu personaje y que es un hombre inteligente a la hora de dirigir, él sabe dirigir actores, por eso a mí gusta trabajar con Rudy. No siempre está de acuerdo con lo que tú le llevas y si tú le llevas cosas, le puede gustar pero él le pone algo, siempre pone, ahí hay muchas cosas que son de él, no mías, que es como el veía a Sole, y eso me completaba mucho al personaje y así es muy rico trabajar, Paquita.

-Ahora bien tú me dijiste ahorita que a ti te gusta hacer una toma, que te preparas, sin embargo la caída que tantos aplausos ha recibido a mí me dice Lidia Inés, la asesora de ConCiencia,  que tú, hasta te hiciste un morado ,porque en siete oportunidades grabaron la caída ¿es así?

-Si, se hizo varias veces.

-Pero porque tu quisiste…

- Rudy me dijo, ponte  cae de otra manera, había una que fue la primera que al final fue la puso, hicimos otra a ver cómo podía caer Sole me entiendes. Él dijo me gustaría hacer otra y yo le dije vamos a hacer las que tú quieras, para eso estamos aquí, al final se quedó con la primera toma, pero se hicieron varias porque tampoco, que yo te diga que a mí me gusta la primera toma, no es que yo me oponga a hacer más tomas.

-Eso es ser profesional…

-Yo hago las que el director pida, lo que pasa que siempre la voy a hacer diferente, pido un tiempo porque repetir una toma igual no tiene sentido, a no ser que se caiga algo por un problema tecnológico, pero sino trato de buscar cosas en cada una.

-Isa tu empezaste a hacer una jovencita ingenua, has hecho de una mujer común, de una extranjera en Cuba…eso te debe haber dado tu trabajo, has hecho una doctora en ciencia, ¿tú te autocalificas como una actriz camaleónica?

-Mira, trato de cambiar todo el tiempo. Cuando yo veo Se permuta a mí me da mucha nostalgia, pero me da mucha nostalgia por la ingenuidad. Yo no veo mis películas, las veo una, dos veces y cuando viajo con las películas o cuando viajaba con las películas, yo las tengo y no las veo más. No soy una gente que se anda revisando, pero cuando veo Se permuta, lo que veo es la cara de mi hijo cuando se deja el pelo largo, no me veo a mí. Es la vida que uno va acumulando, tanto dolor, tanta felicidad, has vivido tanto, que yo no puedo asumir un personaje como lo asumí en Lejanía o en Se permuta o en Algo más que soñar. Isabel ha vivido mucho, el 4 de Septiembre cumplo 58 años, una mujer de 58 años ha vivido. Hay personas que no le ha pasa nada en la vida, a mí me han pasado muchas cosas y he aprendido mucho y he aprendido a lidiar con muchas cosas, aunque yo siempre trato de alejar mis personajes de mi, nunca vas a saber dónde está Isabel. Eso es algo que se va conmigo, pero trato de alejar mucho los conflictos, las angustias. Yo lo que soy muy observadora y casi siempre son conflictos de otras gentes, los que yo le pongo a mis personajes, pero no los asumo igual por la edad que tengo, la pregunta que me hacías era…

-¿Que si te consideras una actriz camaleónica?

-Tienes que ser camaleónica porque vives muchas vidas, entras a mundos de mucha gente, cada mundo es diferente si lo haces igual, ahí no hay buen actor, sí trato de serlo, que lo logre o no, ya es otra cosa pero trato de serlo. No me da pena decirlo.

-¿Tú te has puesto detrás de la cámara en cuatro oportunidades?,

- A ver hice, San Ernesto de la Higuera, Viaje al país que ya no existe, que es de Iván Nápoles, uno que para mí es muy interesante que se llama El camino de la vida, con una sobreviviente del cerco  de Leningrado que vivió en Cuba.

-Ese no lo he visto.

-Tiene la medalla de la gente que sobrevivió al cerco como ella dice que es más importante que la medalla de Lenin que se la dan a cualquiera, “esta, dice, la tenemos solo los que sobrevivimos”. Ella se llama Isabel Álvarez Praga, una mujer de noven típico de años, maravilloso personaje,  queescribió con  sus memorias un libro sin ser escritora. Gracias a ese libro, ya ella estaba teniendo problemas con la memoria, pude hacer el documental, un documental pequeño y después de esehice Gloria City que es un documental dedicado a mi familia.

-¿Al Senado?

-No, es la Gloria City que queda en al norte de Camagüey y allí mi madre, su madre, su padre y todo el mundo, nacieron, vivieron allí y yo siendo muy pequeña iba.  Todavía había americanos vivos, por supuesto el hilo conductor es un poco el libro de Enrique Cirules Conversación con el ultimo norteamericano, pero por ejemplo mi madre conocía a William Stop desde que ella nació, e iba a la escuela con la mujer que después cuido a William, o sea es un poco también contado desde la memoria , ya yo estoy entrevistando a gente de ochenta y pico de años, es la memoria de un país, un lugar y ahora estoy en proceso de edición de un documental sobre la rumba en Camagüey que se llama Gente de pueblo.

-Te has puesto detrás de la cámara para el documental, sin embargo al referirte al cine de ficción dijiste, “no, eso son palabras mayores, te lo juro por dos de mis seres queridos que todavía no lo he pensado, a mí me gusta pensar las cosas”¿por que uno sí y otro no?

- Porque soy actriz y lo poquito que se de cine me dice que no lo haga. Además que conmigo en mi casa tengo un director de fotografía de cine, que me facilita una comunicación y desde que nace el documental, él sabe lo que yo quiero. Lo poquito de esa muchacha que observaba en Se permuta en ese tiempo del 35 mm, qué pasaba como se hacía el cine, pero de ahí a que yo me considere una directora, no, no… Llevo mucho tiempo escribiendo una historia, creo que es la primera vez que lo digo, muy personal. Cada vez que me siento a escribir ese guioncito, esa historia, me cuesta mucho trabajo por eso mismo, porque es muy personal, está a la mitad y si algún día dirigiera, que te digo que no ha venido a mi cabeza, tendría que ser por ahí, pero no, no ahora. Cada vez que lo pienso con tanta gente grande que me ha dirigido, hacer una película es difícil, dirigir actores, dirigir un colectivo. Yo creo que antes también la gente empezaba por el documental, todos los grandes empezaron haciendo documentales, creo que era un entrenamiento con el equipo, con lo que vas a decir, con muchas cosas. El cine es muy complicado, mucha gente lo hace y después es el desastre y a eso uno le teme. Porque además todos, yo creo que somos como la gente del circo, tu estás en una cuerda floja sin malla, te puedes caer y esas caídas son terribles.

-Tú no quieres caerte.

- No, yo me he caído mil veces, lo que, quizás, es la edad también… Uno seconvierte en una gente más conservadora, más cuidadosa, más respetuosa. Los años dan eso,  respetar, cuando uno es joven, es una cosa maravillosa, esa cosa desenfrenada que te atreves a cualquier cosa y a veces lo logras y a veces no, te equivocas muchísimo, con la edad viene la experiencia.

-¿Acaso haber rescatado al amor, a tu esposo de la muerte, no hubiera dado un excelente melodrama?

-Si

-¿Como tuviste fuerza para eso?

-Porque yo no lo quería perder. Escribí una cosita pequeñita, una carta que yo le hice, en el momento que a mí me avisan del accidente. Él estaba en Haití y yo voy a Haití a buscarlo al otro día.

-¿Y lo llevas para Santiago de Cuba?

-Había que ir para Santiago que era el lugar más cerca. Esa noche que yo no tenía con quien hablar, me senté y le hice una carta. Cuando él a los sesenta y pico de días, un mes en Santiago y un montón de días en el CIREN ya estaba claro de su cabeza, ya estábamos solitos aquí en la casa de alta, yo se la leí. Solamente lo puede escuchar él. Solis le contaba a Manolo Pérez como yo lo había visto, que era en un plano muy cinematográfico, que ahí había una película, que mira la visión mía, que yo le contaba las cosas como si fueran a nivel de plano. Uno empieza a contar la vida y ´rl que te está escuchando, el jefe de fotografía está viendo el plano, está viendo la secuencia, pero no es que uno la cuente, él, la vio así.

La historia que yo contaría no sería esa, yo sufrí mucho eso y tanto que padezco de insomnio de tanto que lo cuidé y después me costó mucho trabajo poder volver a dormir por las noches y por otras cosas que me han sucedido en mi vida. Mi película tiene que ver con mi niñez, lo que estoy escribiendo que quizás se la entregue a otra persona, tiene que ver con mi niñez y momentos de los años 60 en Cuba, pero no, la historia del accidente de Solís no, una parte de ella se la regalé a Fernando Pérez sin que el público lo supiera.

-¿En cuál película?

-En La pared de las palabras.

-¿Cual parte?

- Toda la complicación de ella con su hijo. Todo el amor conque le está hablando a una persona.

-Que no sabe.

-Que no sabe, eso le sucedió a…Solís.

-En una oportunidad te están preguntan sobre la popularidad y tú dices que a ti no te preocupa estar en el cine porque “tu vida es tuya, aunque aparezca en la pantalla”. ¿Tú estás tan segura de eso?¿Tú tienes intimidad cuando sales a la calle acaso no siempre está Isabel Santos?

-Si, hay gente que te trata con mucho amor y otra gente que te irrespeta muchísimo, sobre todo ahora, antes no, que puedes estar comiendo y te hacen una fotografía desde un celular como si tú no existieras. Eso molesta muchísimo, estás comiendo con tu pareja en fin.  Son pocas veces que me ha sucedido, siempre ha sido más el amor del pueblo cubano, yo puedo decir que soy una actriz querida, respetada. He vivido fuera de Cuba y he caminado por las calles y no me conocen ni los perros, ni los perros me saludan. Eso lo extrañé muchísimo, en los momentos que he estado fuera de Cuba, pero aunque la gente te haga una foto o te pida un selfi, aunque la gente cree que te conocen,¡no!, te conocen tus amigos, los más cercanos, los que tú dejas que te conozcan. Casi siempre mis amigos no son actores son gente de varias especialidades, periodistas, médicos… Mis grandes amigos ya no están en Cuba, cada día me quedan menos y me he refugiado en ese pequeño grupo, además yo soy una mujer muy de mi casa, me puedo pasar meses y no salir no me molesta, puedo estar mucho tiempo dentro de mi casa.

-¿Y te gustan las cosas de la casa?

- Si.

-¿Cocinar, limpiar?

-Cocino muy bien.

-No mejor que yo.

-¡Hay que verlo! Bueno soy muy jodedora para la limpieza, no me gusta tener a nadie que me limpie, yo soy guajira, Paca.

-¿Tu limpias, Isabel?

-Yo limpio, yo friego, yo cocino.Porque nadie me lo hace igual, mira que he tratado, porque uno tiene problemas de artrosis, que si las manos que si no sé qué, nunca me lo hacen igual, entonces ya lo hacemos entreSolis y yo. Entonces a él le gusta meter las cosas en la lavadora, él es el que lava, me ayuda a limpiar, tenemos un perro que es nuestro hijo (Ipavo), cuando estoy más estresada pongo la plancha y plancho.

-¿Todavía planchas la ropa?

- Claro, si mi marido se pone camisas de hilo y yo también pues las plancho.

- En una oportunidad tu dijiste, que eres una mujer que se siente afortunada de tener un público de ser amada, ahora quiero terminar con la respuesta ¿donde te sientes extrajera?

-Uno se siente extrajera fuera del país, en un  documental Mujer que espera que me hizo, Carlos Barba ( un director joven que nosotros queremos mucho) le decía que a mí me gustaba vivir en Cuba, porque en Cuba no tenía suegra, que en otro lugar yo me sentía como cuando tú vives agregado que por eso yo vivía en Cuba. Aunque mira yo a veces he sentido la soledad, yo he podido estar entre muchos amigos, los más queridos y he sentido una soledad tremenda, es según el momento que tu estés viviendo. Por eso a veces cuando los periodistas me dicen en un momento dijiste, uno dice cosas, pero uno nunca las mantiene hasta el final de su vida, uno cambia mucho, uno dice hasta aquí no voy a hacer tal cosa y al otro día dice Paca me embullé anoche soñé y a partir de mañana soy otra cosa.

-Bueno, es que tu dijiste en una entrevista en el extranjero me siento…

-Si uno se siente extranjero, uno se siente que no es de ese lugar, y trata, yo nunca me he sentido bien viviendo fuera de Cuba, nunca me he sentido bien, es duro. Mi padre era un cubanazo tremendo (que ya lo perdí hace cinco años) mi madre igual, un hombre y una mujer que lucharon mucho, que acompañaron mucho la Revolución. Hay cosas en las cuales yo no puedo dejar de creer, aunque parte de mi generación haya dejado de creer. Lo dice Silvio “yo me muero como viví”, me critique quien me critique y además nosiento vergüenza de eso. No soy vergonzante  de creer en lo que mis padres me inculcaron. Eso sí, tengo la boca dura y digo las verdades porque yo no soy ni pionera, yo he acompañado todo un proceso porque yo he querido, no es que yo tenga una militancia y por esa militancia voy a decir tal cosa o la otra. Lo digo porque me siento parte de un país y quiero que mejore como muchos compañeros míos lo desean. He tenido la oportunidad de trabajar con gente en el cine, que me han enseñado también, el cine te enseña desde cómo vestirte, como tener tu casa, hasta creer cosas, Paquita, el cine es una de las cosas más grandes que existen y esa es mi meda. Mira que yo quiero la televisión quizás soy malagradecida porque Juanito Vilar me dejó entrar a aquel estudio, pero yo quisiera que lo último que yo hiciera en mi vida fuera una película. Cuando a mí me dan un guion de cine yo soy la mujer más feliz del mundo, es  como volver a parir, mira que yo fui feliz pariendo a mi hijo, con mucho dolor pero fue el minuto más feliz de mi vida.

-¿Como cerrar esta entrevista?

- La podemos cerrar de muchas maneras, estoy muy a la expectativa de qué pasa en mi país, me leo todo lo que llega aunque este dentro de mi casa y no salga. Se todo lo que está pasando en mi alrededor, que si tú no sabes no puedes hacer un personaje, todo a mí me sirve para la actuación, ser una mujer agradecida.Yo soy muy buena con mis amigos, porque todos han sido muy buenos conmigo en distintos momentos de mi vida, yo les agradezco mucho a todos, ellos saben quiénes son, unos de una manera otros de otra, esa es como la familia que me queda, además de mi mamá y el único hermano que tengo, eso es lo que me queda.

Le debo una visita al batey de mi niñez lo que pasa que ya no está igual y uno quiere encontrarse con los mismos recuerdos. Es un lugar que a mí me marcó muchísimo y todavía hay cosas que me quisiera quitar de ese momento y no me voy a poder quitar nunca, cosas que ni quisiera recordar de esa niñez y otras sí, otras si las llevo conmigo, Esto no ha sido una carrera de cuatro premios, lo que si te puedo decir que yo siempre estoy como comenzando, te podrá parecer una frase manida pero ¡no!, yo hablo en serio porque a mí me han sentado durante muchos años por pensar “y hasta ahí llego ella” entonces cuando ya los ojos se te ponen chiquitos y la cara se te empieza a caer como digo yo, ya no eres la muchacha hermosa, ya el director tiene que ir buscando, ahí tiene que salir una actriz, entonces exhibe las arrugas, exhibe las canas y dale palante aunque me tiña el pelo, ya ¿que te queda?: ¡el talento!.

 

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