Entrevista con el diseñador que recibió recientemente la Condición Artista de Mérito de la Televisión Cubana

En todo producto audiovisual confluyen una serie de especialidades que funcionan como un todo hasta llegar al punto final: la puesta en pantalla. Tras la orden del director indicando que todo está listo, cierra un proceso de trabajo que se inició mucho antes y significó investigación en todos los órdenes. Dentro de este último aspecto se erige el diseño de vestuario como uno de los grandes desafíos dentro de cualquier realización audiovisual.  Sobre ello, un criterio de referencia se obtiene de Elio Jesús Vives Gómez, diseñador de vestuario que recientemente fue galardonado como Artista de Mérito de la Televisión Cubana.

Talento, dedicación y justo sentido de armonizar belleza con funcionalidad son algunos rasgos que distinguen a este profesional, que llegó a la televisión cubana de manera casual, aun cuando otros miembros de su familia habían laborado en ella. Creatividad es la palabra de orden que enuncia cuando define su trabajo, una labor que le ha permitido abarcar dentro del medio todos los géneros posibles: programas informativos, dramatizados e infantiles.

“La televisión tiene un gran sentido para mí, porque a través de los años ha constituido un continuo reto poder desarrollarme dentro de ella. Generalmente, los diseñadores de vestuario o escenográficos se especializan en un género, en cambio, yo he tenido la suerte de incursionar en todos. Eso implica que, además de prepararme en las distintas potencialidades del diseño, he tenido que estudiar también la historia del arte, el vestuario, la estética, elementos de plástica, cultura cubana, entre otras disciplinas para adentrarme en los pormenores del producto artístico que se trate. En ese sentido, la televisión abre el espectro de creación, y por eso uno logra sentirse realizado ante cada propuesta que asuma en ella”.

Camino andado

Y esa realización personal y profesional se traduce en haber intervenido en obras felizmente recibidas por el público, como las telenovelas Antonia, de Xiomara Blanco, Pasión y prejuicio, de Eduardo Macías, Doble juego y Diana, ambas de Rudy Mora, El balcón de los helechos, de Armando Toledo; además de la aventura La leyenda del rayo, de Julito Martínez, los teleteatros Añejo cinco siglos, de Magda González y Réquiem por Yarini, de Jorge Padilla; los infantiles Cuando yo sea grande, de Iraida Malberti, y La Colmena TV. También trabajó en musicales como el Concurso Adolfo Guzmán, Sonando en Cuba, entre otros tantos.

La sobriedad que lleva el Noticiero Nacional de Televisión, así como la naturalidad que exige un espacio como Entre tú y yo, tienen igualmente la impronta de este artista. De tan amplia experiencia nos comenta: “Definitivamente, Pasión y prejuicio es el trabajo que más me ha marcado. Lo compartí con Piedad Subirat y fue una experiencia compleja, la primera de este tipo que me exigió mucho estudio de época (1915). Por otra parte, desde el punto de vista de la trama, contaba con muchos personajes pertenecientes a diferentes clases sociales, por supuesto, cada uno era sicológicamente diferente y eso significaba un esfuerzo mayor. Otro trabajo interesante, y no menos difícil, fue la telenovela Las huérfanas de la Obrapía, también de época. En este caso se enmarcaba en la etapa de la esclavitud en Cuba y me exigió precisión, mucho cuidado con los detalles porque igualmente había muchos personajes girando en torno, incluso, a los roles protagónicos. Por ese trabajo fui premiado. Y no podría dejar de mencionar, si de trabajos importantes se trata, Entre mamparas. Esta telenovela abarcaba la década del cuarenta del pasado siglo, aunque como particularidad jugó con dos épocas”.

Un nuevo premio, empeño mayor

“Durante estos años de trabajo he recibido muchos premios: el Caracol, siempre por dramatizados, el Premio del concurso nacional de Televisión por el Adolfo Guzmán, reconocimientos por programas como Su noche con Alfredo y Lucas, además del Premio Pequeña Pantalla, pero, recibir la Condición Artista de Mérito creo que es el máximo galardón que puede obtener un especialista de este medio. Implica un compromiso con la institución, con mis compañeros de trabajo, una entrega mayor con los proyectos por llegar que, por cierto, ya algunos tienen nombre como la película Celia, que dirigirá Elena Palacios y narra la vida de Celia Sánchez Manduley. Es un trabajo que desde que leí los guiones me enamoré de él, en primer lugar, porque la historia es rica en cuanto a la época a representar.

“Tengo en preparación, además, una serie humorística que se llama Encuentro con los muertos y estará a cargo de Alberto Luberta. En este trabajo se unirán un guion y un equipo de actores excelentes, por lo que estoy seguro que va a ser un éxito en pantalla. Hay un proyecto de cocina que dirigirá Sonia Castro, auspiciado por RTV Comercial, más otros que andan por ahí caminando y espero se puedan lograr, pues ahora están en espera por la situación epidemiológica que atravesamos. En ese caso es solo esperar un tiempo para comenzar”.

El diseñador de vestuario es un artista que pone a hablar y sentir a los personajes a través de la confección y el color de su ropa, del uso o no de prendas y accesorios, a través de su relación orgánica con el trabajo del maquillaje y la peluquería. Es un proceso largo, a veces fatigoso, que Elio Vives transita como única manera de completar la vida de esos personajes. Les hace sonreír, llorar, aventurarse, temer, odiar, mientras él, detrás de cámara, les aplaude orgulloso por haber vestido una vez más el alma de esos personajes.

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