En la obra, la destacada profesional de la TV, Maribel Acosta, presenta las memorias de hacedores del medio durante 55 años.
Qué respuesta podríamos darle al título de este libro, ¿Tiene cascabel el gato? No quisiera sugerirles una probable respuesta, sino recomendarles leer este libro, y el lector, de lectura inteligente, tendrá en estas páginas la síntesis de los avatares de la TV cubana como difusora de noticias y enfoques periodísticos.
Con semejantes valoraciones, el periodista Luis Sexto invitó a acercarse al volumen escrito por Maribel Acosta y que sale bajo el sello de la editorial En Vivo, del Instituto Cubano de Radio y Televisión, presentado el 30 de marzo durante el Encuentro Iberoamericano Género y Comunicación, que sesionó en los días finales de este mes en el Hotel Nacional de Cuba.
Durante la presentación, Sexto también consideró que se trata de “una lectura útil y en particular necesaria”.
De la autora, destacó su condición de “maestra del periodismo en TV”, en cuya obra “no esconde ni justifica, busca explicaciones a un largo proceso donde los momentos de brillantez han sido menos que los momentos opacos”.
“Ha investigado, ha relatado 55 años de aciertos y retrocesos, y de avances, y de nuevos retrocesos”, amplió al respecto.
Según precisó Sexto, en la segunda parte del libro se completa el panorama mediante entrevista con técnicos, periodistas, directores, todos imbricados en el desarrollo de la TV revolucionaria desde 1959 o poco después.
Respecto a las fuentes vivas consultadas, comentó que en su mayoría han sido compañeros de trabajo, o jefes, o maestros de Maribel. Como ella misma me ha dicho, abusó de la confianza de personas que quiere; sin embargo, sus preguntas pusieron distancia a los afectos para producir los efectos planeados en el guion del libro, relató el presentador.
Maribel Acosta ha sido también más amiga de la verdad, apuntó.
También expuso que tras lectura de la obra dedujo que la creatividad no ha distinguido usualmente al uso de la TV como medio informativo. Desde fuera de sí mismo, el teleperiodismo cubano se sometió a las coyunturas de cada momento con un mismo enfoque limitador sin variaciones metodológicas, conceptuales, ni formales.
Llegado a este punto, prosiguió, me percato de que el cascabel lo ha hecho sonar la TV desde el principio. Sus intentos de trascenderse mediante la propia reconceptualización del medio informativo, han advertido: “Estoy aquí, y frente a la pantalla, el pueblo, que espera.
A su criterio, este libro de prosa funcional, en su estoica y fluida economía estilística, es una de las posibles respuestas a tantas imprescindibles respuestas.
Este libro vale más porque aparece cuando en Cuba el gobierno y el partido gobernante nos instan a lograr que la TV informativa y el resto de los medios de prensa acaben de entrar con un indiscutible espacio profesional y ético, ajeno a coyunturas, a la lucha del pueblo por mantener erguido el ideal fundador de la independencia, que al fin nos ganó la Revolución, y conquistar la plenitud de la justicia en el socialismo, valoró Sexto.
Por su parte, la doctora en Comunicación por la Universidad de La Habana, aclaró que el título viene de una de las tantas polémicas que en los últimos tiempos se sostienen sobre el periodismo y los periodistas, en las cuales trascendió la frase de Luis Sexto que reza: “tal vez entre todos podamos encontrar el cascabel al gato”.
Advirtió que dedica la obra a sus colegas del sistema informativo de la TV cubana, en especial a los del departamento de reporteros, donde ha estado media vida.
Al decir de la autora, la publicación honra a los periodistas de la TV cubana de todos los tiempos, “porque gracias a ellos pude amar la historia del lugar donde he crecido como profesional y también como ser humano”, explicó.
Entre otros aportes de los fundadores del medio, subrayó las anécdotas y vivencias de “proezas tecnológicas y profesionales inmensas” que aquellos compartieron con ella.
A modo de resumen, planteó: Esta historia es la expresión de eso, de una vida compartida, de historias compartidas, y sobre todo, de una apuesta por la verdad, de dónde han venido cada uno de los momentos, qué los ha mediado.
Es un homenaje a un sector profesional al que me siento orgullosa de pertenecer, de una televisión que, aún con todas sus manchas, no ha dejado de apostar por una posición desde la cultura, la formación y la integridad del ser humano; por eso, vale la pena seguirla defendiendo, criticando y rehaciendo en las nuevas generaciones y en todos los que estamos aquí.
La periodista expresó su especial gratitud a la profesora Miriam Rodríguez, su tutora para la tesis doctoral, quien la alentó a convertir parte del ejercicio académico en un libro.
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