La periodista Norma Marta del Río nos cuenta sobre su trabajo como corresponsal en el país caribeño
Norma Marta del Río, periodista y Jefa de turno en el Noticiero del Mediodía, nos habla sobre su desempeño como corresponsal del Sistema Informativo en Haití, donde hoy se encuentra trabajando un equipo de la televisión cubana, encabezado por la periodista Bárbara de As Trobajo.
Norma, que ha integrado el equipo de prensa por dos ocasiones, reportando para Cuba las noticias más importantes sobre el quehacer de los médicos cubanos en Haití, sin dejar atrás el desarrollo y las costumbres de sus pobladores, nos habla sobre su trabajo.
¿Cuantos años de experiencia posees como periodista y en cuáles puestos te has desempeñado?
Tengo 34 años de experiencia como periodista. Me gradué en 1981, desde ese año hasta la actualidad he trabajado en el Noticiero Nacional de Televisión (NTV). Durante este largo período he laborado como redactora nacional e internacional, como reportera atendiendo diferentes sectores como el Ministerio del Interior, el de la Industria Sideromecánica, el de la Alimentación y la Pesca y la Empresa de Recuperación de Materias Primas. Ocupé, además, por varios años, la Jefatura de Turno en el Departamento de Reporteros y también en la emisión estelar del NTV. Desde hace unos ocho años me desempeño como Jefa de Redacción del Noticiero del Mediodía, donde he ocupado por diferentes períodos la dirección del NTV.
Al comparar los diferentes momentos como corresponsal a Haití, ¿qué has notado de mejoras en el país?
El país, desde mi punto de vista, muestra notables signos de recuperación tras el terremoto de 2010, que afectó, fundamentalmente, a Puerto Príncipe, la capital. Algo que llama mucho la atención es el amplio proyecto de construcciones ejecutado en todo el país, especialmente, el de las carreteras. Hoy son verdaderas autopistas aquellos terraplenes que transité hace poco más de cinco años. Parece increíble cómo ahora se recorren largas distancias en menor tiempo; la capital, poco a poco, va recuperando sus parques y otros lugares donde estuvo hacinada la población tras el terremoto.
Durante un año recorrí los 10 departamentos del país y tuve la oportunidad de recoger verdaderas historias sobre la labor de nuestros cooperantes de la salud que llegan hoy hasta los más intrincados lugares de la geografía haitiana. También el equipo de prensa recogió testimonios sobre el trabajo de los colaboradores con otras misiones estatales.
Participamos en la Feria del Libro, donde Cuba fue el país invitado de honor, y pudimos entrevistar a Michel Martelly, presidente de Haití, y al Primer Ministro, Laurent Lamothe, sustituido por Evans Paul, entre otras actividades priorizadas.
De tu trabajo en ese país, ¿qué te impactó más?
En Haití, como ya expresé, impacta su poder de recuperación, pero además el agradecimiento de su pueblo por la ayuda de los médicos cubanos. Ellos tienen un eslogan muy conocido: “Después de Dios están los médicos cubanos”, algo que dice mucho del lugar en el cual ubican a nuestros colaboradores de la salud, que han salvado miles de vidas a lo largo y ancho de ese territorio.
Tuviste un trabajo itinerante por algunas ciudades haitianas, ¿cómo se las arreglaron con los trabajos y el envío de estos para que salieran en los diferentes noticieros en Cuba?
En cuanto a la filmación de los trabajos y su transmisión hacia Cuba es, como decimos todos, una gran odisea. Por las condiciones del país, la conectividad a internet, la edición y el envío de los trabajos tiene que realizarse desde la capital por lo que a lo largo de diferentes recorridos se filmaban varios trabajos y después de montaban en la capital, para su posterior transmisión hacia Cuba.
Muchas veces, la conexión estaba lenta y demoraban más los trabajos para ser transmitidos. En la mayoría de los casos, enviábamos los trabajos tarde en la noche y, a veces, en la madrugada, siempre que no fueran noticiosos.
¿Alguna experiencia agradable que desees relatarnos?
Experiencias agradables siempre hay, pues es un país que tiene una riqueza cultural e histórica muy grande, a ello se une la hermosa labor solidaria que desde hace más de 16 años lleva a cabo la Brigada Médica Cubana. Tuve la oportunidad de participar en la inauguración de tres modernos hospitales, donde pude obtener declaraciones del presidente Michel Martelly sobre la colaboración cubana con su país.
¿Lo más importante de tu trabajo en Haití y lo que más te marcó?
La misión, tanto en Haití como en otro país, permite al periodista conocer de cerca la realidad profesional y humana de nuestros colaboradores en el exterior. Fue muy importante trasladar a nuestra población ese trabajo y reconocer a quienes en tierras lejanas ponen en alto el nombre de Cuba.
Tanto mi reciente misión (de abril de 2014 hasta abril de 2015), como en la anterior (de febrero a julio de 2009) constituyeron enormes experiencias en mi vida profesional y personal.
En cuanto al cumplimiento de mi segunda misión en Haití puedo expresar, como siempre he dicho, que ese país marca a todo aquel que lo visita y más a los equipos de prensa que tienen la oportunidad de recorrer el país y constatar, fundamentalmente, la hermosa y altruista labor que desempeñan allí los colaboradores cubanos de las diferentes misiones estatales, especialmente los del sector de la salud.
¿Recomendaciones al nuevo corresponsal que te releva en Haití?
El equipo de prensa designado para continuar reportando la labor de las misiones estatales en Haití tiene ante sí el reto de seguir buscando historias y cosas novedosas desde un país que siempre va a tener mucho para resaltar. En lo personal, hubiera querido hacer más trabajos sobre la cultura y otras pinceladas del país, por lo que me queda esa insatisfacción imposible de lograr por diversos motivos.
¿Planes de trabajos futuros, algún documental, libro…?
Tengo bastantes imágenes tanto de esta vez como de la anterior, además de muy buenos testimonios que pueden ser incluidos tanto en trabajos posteriores como para un documental.
¿Cómo evocas a Haití?
En resumen, puedo decir que Haití forma parte de mi vida. Allí conocí a maravillosas personas que han pasado a formar parte ya de mi gran familia. Aprendí mucho más acerca de las costumbres de ese país y llegué a dominar un poco de creole. Haití es y será inolvidable para mí y, como dicen los colaboradores de la salud, constituye una gran escuela.
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