Entre tu y yo

El carismático artista Jorge Martínez fue reconocido con el Premio de la Popularidad Entre tú y yo

A pesar de que ha pasado el tiempo, nos recuerda a aquel adolecente de las aventuras y la novelas. Con un carisma muy singular y la jovialidad siempre desbordada, Jorge Martínez despierta la simpatía no solo de su numeroso público, sino de cualquier interlocutor que tiene el privilegio de entrevistarlo. En una soleada mañana nos encontramos, previa cita, con uno de los actores más queridos y respetados por el público, que todavía,

Así, con un carácter muy agradable, recibió a nuestro equipo de En Vivo en la sede habanera de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba.

Inicia el diálogo contando que siempre le gustó la actuación, pero de niño, sus padres lo matricularon en el Conservatorio “Guillermo Tomás”, en Guanabacoa, y allí estudió guitarra y violonchelo, donde compartía con Maribel Rodríguez, la pequeña que asumiría con gran éxito el personaje de Caritas, memorable en la historia de la televisi’on cubana.

Durante 1978 Jorgito pasa al Conservatorio Amadeo Roldán para continuar sus estudios superiores de música; en ese mismo año reabren la Escuela Nacional de Arte (ENA) y el muchacho decide presentarse a las pruebas, que según aclara, “eran bastante duras”.

Como joven al fin, va y aprueba, tenía 17 años. Cursando sus estudios de actuación lo eligen junto a Isabel Santos, a quien considera una excelente actriz, para trabajar en la novela Pasos hacia la montaña, que también compartió con Omar Alí y Ángel Espasande.

Cuando termina la ENA tiene que pasar el Servicio Militar Genera y luego comienza a trabajar en el grupo Plaza Vieja. Entonces, nos dice sonriente, se hizo “actor de verdad” pues protagoniza obras ya famosas en el teatro cubano como: Andoba, Santa Camila de La Habana Vieja y El hombre más codiciado, entre otras.

Además de haber intervenido en disímiles obras audiovisuales, hace algunos años interpretó un personaje en la novela Polvo en el viento, que le valió un premio Caricato; posteriormente ganó otro galardón por Punto 40.

Sin dejar de trabajar en la televisión, lo llamaron hace poco del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (Icaic) para el rodaje de Últimos días en La Habana, bajo la dirección de Fernando Pérez. De su incursión en el séptimo siente especial aprecio por su experiencia en La bella del Alhambra, cinta en la que pudo trabajar con los grandes actores: Omar Valdés, César Évora, Beatriz Valdés y la maravillosa Verónica Lynn, así como con el director Enrique Pineda Barnet.

Ante la pregunta sobre si se siente realizado como actor, asegura que siempre pide más, pero está satisfecho porque ha incursionado en todos los medios y recuerda que recién graduado hizo teatro guiñol.

Con su atractiva sonrisa afirma estar contento porque la actuación es su vida y también porque el público lo ha mantenido en su preferencia y eso es importante para un artista, por eso siempre busca el lado bueno de la actuación y nos reitera que cada trabajo es un reto, para que su profesión no se convierta en un cliché. “Siempre hay que buscar nuevas metas”, sostiene.

Ahora está inmerso en los ensayos de una obra de teatro que ya se puso una vez, La Titimanía, cuando la estrenó hace años hizo de galán joven y ahora interpreta un temba. La música es la de ese gran creador, Juan Formell. Esta puesta en escena está programada para estrenarla el 16 de julio en el teatro América.

Para despedirse de En Vivo, Jorgito Martínez expresa su profundo agradecimiento al público por escogerlo este año como mejor actor de televisión en los Premios de la Popularidad Entre tú y yo, junto a Alejandro Cuervo, por sus roles en la telenovela Latidos Compartidos.