Conocí a Milton Díaz Cánter en 1979 cuando era un mangón (todavía lo es) y pasamos el curso para periodistas en la Escuela Superior del Partido Ñico López.

Cuando me entregó el texto y las fotos, de esta entrevista, una tarde en mi casa, interrumpidos por mi adorada Déborah, una diablilla de ocho años, recordamos aquellos años de la Ñico, al brillante Luis Armando Salomón, a Dávalos, el delegado de aula, a Fujichiro y a casi todos los integrantes de un colectivo que fue una suerte de familia para estudiar, compartir un huevo frito o beber una cerveza. Milton prometió escribir sobre ese tiempo con su memoria fabulosa, pero no lo ha hecho. Con lo que me entregó lejos de quitarle pedazos he decidido publicarlo por partes, con complicidad de Hugo Edelqui, el alma del Portal de la TV.

¿Por qué esta decisión? Es una rica historia que merece ser conocida. Esta es la tercera parte: se centra en la valiosa labor documental realizada por Milton

                                   III

 

-En tu documental Valió la pena  resumes cuarenta años de relaciones de Cuba y Angola, pero antes realizaste varias  series ¿por qué ese tema de manera profusa en tu obra?

-Valió la Pena, es un documental que consideraba de necesario e indispensable en mi modesta realización audiovisual en torno Angola, un tema muy sensible para los cubanos. La solidaridad ha sido una política de principios desde el mismo triunfo de la Revolución. Nuestro país actúa en función de naciones y pueblos más necesitados, sin mirar más allá de las propias ventajas para quienes va dirigida e la ayuda… En otras palabras: actuamos y no hablamos, en franca señal de la pureza en el ejercicio de la solidaridad… La ayuda cubana a pueblos y países hermanos lleva implícito el más absoluto desinterés. Sin embargo, soy del criterio de que cuando no referimos a un tema determinado, éste se convierte en un espacio para la libre interpretación de quienes los aborden… En este sentido, tengo la convicción de que no puede quedar a merced de los enemigos de Cuba el gesto más altruista de nuestra gente en más de medio milenio de historia, si tomáramos como punto de partida, la aparición del gran almirante genovés en América… Sobre la activa participación de Cuba en la lucha contra los últimos vestigios del colonialismo portugués en África, y la decisiva participación de su contingente Internacionalista en la desaparición del apartheid, pudieran existir diversas interpretaciones, en la que la ideología siempre marcará las distancias. Sin embargo, hay un innegable denominador común que ya todos aceptan: Cuba asistió a los africanos, víctimas del colonialismo y la segregación racial y fue determinante en el reordenamiento del mapa político que, desde principios de los 90 de la pasada centuria y hasta hoy, exhibe el África Austral… Y es aquí –en mi opinión- en que debe quedar clara la participación cubana, cuando se aborda la historia reciente de la parte Sur del llamado Continente Negro… En tono jocoso, suelo decir: “… no somos los Elpidio Valdés de África… la Guerra de Angola, no fue la guerra de los cubanos fuera de sus fronteras…” Fue un acto solidario sin precedentes; soberano y voluntario de cerca de 400 mil hijos de esta tierra (apoyados por millones de sus familiares que quedaban acá), de acompañar a los africanos en la más justa de sus contiendas: la de la libertad y dignidad plenas de millones de personas en aquella parte del Mundo; justo, de la que siglos atrás salieron los miles y miles que, con el paso del tiempo, sentaron sólidas bases en nuestra nacionalidad… Como realizador, que tuve el privilegio de formar parte de la MMCA en dos ocasiones, resultó gratificante escuchar de los propios angoleños (incluidos, connotados jefes militares del MPLA y de la UNITA), que el paso de Cuba por Angola valió la pena; no sólo para su país, sino para todo el contexto africano.

En todo esto hay algo que –considero- debe quedar correctamente ubicado en la Historia y tiene que ver con el Comandante en Jefe de siempre Fidel Castro Ruz… La vocación solidaria de los cubanos viene de nuestros ancestros… Nuestra gente, y aquí incluyo a los abuelos africanos, otrora esclavos, a los inmigrantes chinos, españoles y de otros puntos geográficos más, que lograron establecer minorías en nuestro país, para sortear las vicisitudes propias de cada etapa; sea la colonial, sea la republicana, sea la revolucionaria que llega a nuestros días ha sido posible por el ejercicio de la principal virtud del Ser Humano: la solidaridad… Cuba ha superado los mayores obstáculos que pudieran existir, el primer lugar, a la unidad de todo su pueblo en torno a un proyecto que dio sentido a todos por igual en la sociedad; y en un segundo escaño (no menos importante), por ese espíritu solidario que pone en práctica nuestro país, desde el triunfo de la Revolución el Primero de enero de 1959…

El primero de estos gestos, del que fui testigo, apenas tenía 9 años: un terremoto sacudió Chile en 1960 y nuestros padres llamaron a mi hermano Rolando (11), y a mí, para decidir de conjunto que ropitas y otras cosas mandábamos para los niños chilenos damnificado por el movimiento telúrico… Así fue mi primera interpretación del ejercicio de la solidaridad, como fenómeno nacional… ¿Cuánta lección en ese simple gesto?… La administración de las cosas de la casa corrían a cargo de la vieja (no tan vieja en aquel entonces, 36 años; muy linda y hermosa, dicho sea de paso), pero con la consulta colectiva nos estaban transmitiendo la forma de actuar con espíritu solidario con los más necesitados… Ya esta era la Cuba de Fidel, la que a mediados del propio 1959, un grupo de internacionalistas de la mano del Comandante Delio Gómez Ochoa, intentó derrocar al sátrapa de Trujillo, en la República Dominicana… La que a principios de los 60 envió armas a los patriotas argelinos y regresó el barco con heridos y niños que, posteriormente, se prepararon aquí… Es una cadena de gratificantes ejemplos, de la que algún día tendremos que detenernos en eslabón por eslabón, hasta nuestros días, con la más reciente muestra de arrojo, de nuestras Brigadas Médicas que combatieron el Ébola, durante la etapa crítica de esta pandemia en la parte Noroccidental del continente africano…

En todas estas historias, la vocación permanente y el poder de convocatoria están en Fidel… Siempre he dicho que si Cuba no interviene en Angola (en favor de su movimiento más representativo de su pueblo), la historia hubiera existido, pero una connotación bien diferente… No hay espacios para dudas: el mayor sacrificio por lo que hoy tienen los angoleños es propio; el alto precio le corresponde a su pueblo. Pero nunca se podrá olvidar que el MPLA heredó un país con las fronteras trazadas por puros intereses de quienes se repartieron aquel continente varios siglos atrás… La falta de trabajo coordinado entre los tres movimientos de liberación con reconocimiento internacional, los que según los Acuerdos de Álvor (*) conformarían un Gobierno de Transición, provocó que Portugal, aliado por naturaleza de Occidente, hasta el último momento se mantuviera aferrado a la idea de que el poder no podía pasar a manos del MPLA… Las incalculables riquezas naturales de Angola (petróleo, diamantes, maderas preciosas, etc.), destaparon la caja de pandora y puso a la luz los verdaderos móviles de cada uno de estos movimientos… Es necesario tener presente para cualquier análisis histórico sobre el acceso de Angola al concierto de naciones independientes, que no fue por voluntad de la decadente metrópolis lusitana de entonces, ni por designios de occidente que, paradójicamente, estimularon siempre el conflicto interno, mediante el tribalismo, regionalismo u otras formas, con el claro objetivo de dominar las riquezas aludidas… Para esa unidad territorial lograda el 1 de abril de 1976, se tuvo que combatir mucho y, al principio, en condiciones que nada favorecían a las FAPLA e Internacionalistas cubanos… Para la proclamación de la Independencia, el 11 de noviembre de 1975, por Agostino Neto, de forma coherente y convincente ante los ojos del Mundo, tal y como había quedado pre-establecido en balneario portugués de Álvor, a principios de 1975, hubo que derramar sangre de los mejores hijos de Angola y de Cuba… Estas jornadas, con el paso del tiempo, corren el riesgo de distorsionarse… Existen corrientes que promueven replanteamientos de la Historia y –creo- que no es de forma involuntaria. Simplemente, porque desmarcar un hecho determinado, de lo que en realidad sucedió, es un crimen con el propio patrimonio de la Humanidad… Y hoy, esas corrientes intentan dar fe de que la Independencia, también, fue proclamada, respetivamente, aquel memorable día en Carmona y Nueva Lisboa, por el FNLA de Holden Roberto y la UNITA del triste célebre Jonás Savimbi, en el más vulgar desprecio por las memorables jornadas que se vivieron en la principal ciudad de Angola, previo al nacimiento de una República, cuyo destino está, desde entonces, en los mismos que la proclamaron hace, casi, 41 años… Debemos tener presente que horas antes del memorable nacimiento de lo que fue la República Popular de Angola, aún bajo el tronar de los cañones, también, a golpe de metralla y de pólvora, el rico enclave petrolero de Cabinda garantizó su permanencia como parte íntegra del territorio angoleño… Es un error garrafal pretender otorgar protagonismo exclusivo a los cubanos en los momentos cruciales en que los colonialistas abandonaban Angola… Independencia iba a existir de todas formas, porque las autoridades portuguesas no transfirieron el poder como estaba previsto y se marcharon a toda velocidad horas antes de la ceremonia… El show en el Hotel Trópico de Luanda, que tenía organizado Holden Roberto, con plata de la CIA y apoyo material de Zaite, fue eclipsado en Quifangondo en la mañana del día anterior; revés que, en mi opinión, decretó la muerte política del FNLA antes de que naciera Angola como país independiente… Pero para cavar la tumba de los zairenses y sus acólitos fue necesaria una decisión extrema y sin tiempo para consulta: el empleo de los BM-21 que, horas antes habían sido desembarcados del mercante cubano La Plata, en el puerto de Luanda, traídos desde Punta Negra, en la República Democrática del Congo (Brazzaville)… Se trataba de la vida o muerte de los defensores de Quifangondo, combatientes de la Novena Brigada FAPLA y un grupo de Internacionalistas cubanos… Apenas des-conservados y sin previo tiro de reglaje, la artillería reactiva entraba en acción en el África subsahariana aquel 10 de noviembre, por intermedio de los cubanos, los que allanaban así el camino a la Independencia… De Cabinda, baste señalar que ante las dudas que pudieran existir, sobre si la base material del Centro de Instrucción Revolucionaria # 2, estaría con tiempo suficiente antes del inminente combate por el dominio (o separación), de aquel territorio, el Comandante en Jefe ordenó el envío de otra carga similar, de forma expedita... Al final, estaba más que justificado el doble de instructores y armamento para la defensa del vital enclave… Estos dos momentos del surgimiento de la Independencia de Angola tuvieron extraordinaria connotación en el posterior desenvolvimiento de los acontecimientos… Tanto para la proclamación de Independencia, como para la retención del enclave de Cabinda, la asistencia cubana fue decisiva… De no haber sido así; como ya dijimos: la historia de Angola hubiese sido otra… Mire, sin muchos rodeos, me atrevo a decir que Cabinda y todo su potencial de recursos naturales, continuó formando parte de Angola, gracias a la decisión de Fidel, quien persistentemente les hizo saber a las autoridades del MPLA la necesidad e importancia de mantener el control del enclave, el que aseguraría el desarrollo de muchas direcciones, incluyendo la propia guerra… A lo largo de sus primeros 15 años, Angola contó con la ayuda cubana, casi todas las direcciones que conformaban la vida de la nueva nación… En los momentos críticos, ¡en todos!, tanto políticos, como militares (incluyo los que pusieron en peligro la existencia del proyecto del MPLA), estuvieron los cubanos, también, de forma definitoria… Cuando desapareció el apartheid y la amenaza de invasión sobre el territorio de Angola, cesó el sentido de la permanencia de nuestro contingente en aquella nación africana… Regresamos con la frente en alto y junto al deber cumplido, con la satisfacción de haber legado al Mundo un ejemplo supremo de solidaridad… El precio fue alto: más de dos mil familias cargarán por siempre el sacrificio de sus seres queridos… En el documental se aprecia que la obra no fue en vano: valió la pena… Tres palabras que conformaron el título de nuestra propuesta testimonial de 2015… Un reconocimiento sincero y público de los africanos, nuestros compañeros de trinchera; incluso, de quienes en un momento del conflicto fueron nuestros adversarios. Sus testimonios da la justa medida de que la razón siempre estuvo de nuestra parte… El documental Valió la Pena es un reconocimiento a todo nuestro pueblo, a los más de medio millón de cubanos que han ejercido el internacionalismo, en tiempos de guerra y de paz, en los más apartados rincones del Planeta… Pero por encima de todo, es el reconocimiento al gran inspirador de la obra de la Revolución cubana, a Fidel… Angola nos preparó en todos los sentidos, nos hizo crecer; ha reafirmado la invulnerabilidad de nuestra querida isla en un Mundo complejo, en el que se montan o desmontan gobiernos mediante técnicas de puntas y decisiones de quienes se abrogan el título de dueños del Orbe…

Dejo abierta una interrogante: ¿qué hubiese sido de Angola si no hubiera sido el MPLA el gran ganador; el movimiento asistido por los cubanos; el que se transformó en partido de gobierno en los más de 40 años de República, el que viabilizó y garantizó la reconciliación de todos los angoleños, después de 30 años de un violento conflicto interno; una guerra civil que devastó el país y le atribuyen cerca de un millón de nacionales muertos?

(Si desea leer la primera y segunda partes haga clip en estos link   (iría link de parte uno y dos       )

 http://www.tvcubana.icrt.cu/seccion-entre-tu-y-yo/2672-milton-diaz-canter-viaje-a-la-semilla-de-toda-una-generacion-2da-parte

http://www.tvcubana.icrt.cu/seccion-entre-tu-y-yo/2662-milton-diaz-canter-viaje-a-la-semilla-de-toda-una-generacion-primera-parte

 

 

 

 

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