La periodista y conductora de la sección Culturales valora su transformación como profesional al enfrentar la covid-19

Constante en su trabajo, siempre con una sonrisa y respuesta ingeniosa, Claudia Lugo en Canal Habana es de esas profesionales a la que es difícil seguir su rastro, esencialmente porque no conoce de horarios. A veces amanece en su trabajo y otras, solo pasadas las 11:00 p.m., decide decirle hasta ahorita al edificio de Masón y San Miguel.

Al Canal Habana llegó con las notas tomadas de la Universidad de La Habana y su facilidad para abordar temas culturales. Solo que hoy informar sobre estos temas se adecua a los complejos días por los que transita Cuba y el mundo, por tanto, le ha tocado crecer amén de los problemas de casa o las prioridades personales. Ofrecer esperanza desde la información, detallar cómo marcha la vida sociocultural desde el telecentro de la capital son en estos momentos sus mayores responsabilidades. Sobre ello conversamos:

¿Cómo ha sido informar en tiempos de coronavirus?

–Primero, mi carrera como periodista aún es joven comparada con la de otros profesionales, que han vivido tantas experiencias singulares, sin embargo, siento que informar en tiempos de pandemia ha sido una experiencia muy dura e igualmente enriquecedora. 

“Difícil porque, como todo ser humano, siento miedo de enfermar a mi papá, una persona de 83 años, vulnerable y, a la vez, contagiarme yo. Además, se crea esa sensación de incertidumbre por no saber cuándo acaba todo, porque estás pausada en el tiempo esperando una solución, que ya sabemos no es inmediata. Unido a toda una gama de sentimientos crece un bichito que constantemente dice: tienes que estar ahí, tienes que cumplir con tu deber. Y sin sentirse uno heroína ni nada parecido, sencillamente hay que cumplir con una responsabilidad. Todo lo demás sobra.

“Yo me dedico a los temas culturales y los he tenido que compartir con asuntos de la covid-19, de ahí mi doble función: conductora del segmento y asistir, por ejemplo, a un centro de aislamiento, o ver cómo se higienizan las calles habaneras. Ese alternar me ha preparado muchísimo como periodista y ser humano, porque estos tres meses de pandemia han sido como una montaña rusa: de pronto estoy bien, luego amenaza el miedo, de repente pasa y vuelvo a la estabilidad. Sin embargo, ninguno de esos estados borra la sensación de sentirme orgullosa por ayudar al país, desde mi pequeño aporte: informar a la gente que está en casa.

“Y es que, a pesar del eslogan Quédate en casa, algunos tenemos el deber de salir para impregnarnos de cuanto está sucediendo y relatarlo con la mayor objetividad posible. Por eso pienso que todos los que estamos desempeñándonos en este tipo de labor, cuando acabe este triste pasaje o se estabilice más la situación, vamos a cambiar completamente para bien. Creo que seremos mejores profesionales, más responsables y estaremos más al tanto de las cosas realmente importantes de la vida, incluso al abordar un tema cultural.

“En mi caso, por ejemplo, la presentación de un disco ya no se tratará únicamente de ir en busca del producto terminado, habrá que develar la esencia que hay en su concepción, pues estamos viendo a diario cómo los creadores apuestan por mantener a la población distraída con propuestas estético-artísticas de valor y desde una plataforma a la que se llegó como experimento para convertirse en el pan nuestro de cada día, por supuesto que me refiero al empuje de las redes sociales”.

En medio de estas condiciones, ¿cuál ha sido entonces tu mayor desafío como cubana y periodista de Canal Habana?

–Al ser La Habana, como capital, epicentro de la enfermedad, los periodistas del canal tenemos un contacto diario con todo lo que acontece en ella. Laboramos en un telecentro con características especiales: es el único con un noticiario de 30 min de duración, además de contar con una programación que se incluye en la cajita decodificadora, por tanto, llega a todo el país. A esto se suma que sostenemos una relación muy cercana con la más alta dirección del Partido y el Gobierno del país, lo cual significa que cualquier noticia alentadora o no, nuevas medidas o variaciones de las ya existentes, de inmediato Canal Habana va en busca de esa información. Ese es el primer desafío y lo comento con todo orgullo, porque significa que como telecentro nos hemos ganado esa confianza.

“Por otra parte, Canal Habana, desde lo emocional, es como una casa y todos, independientemente de las diferencias que podamos tener, respondemos a la máxima de mantener el engranaje de trabajo al estilo de los tres mosqueteros, donde todos para uno y uno para todos respondemos al mismo objetivo; incluso, en estos momentos en que las circunstancias nos obligan al distanciamiento físico no ha faltado la risa, la confraternidad y sobre todo la complicidad. Y esto es otro gran desafío, porque como cubana también opino que la prensa es un mediador y, por tanto, no podemos asumir posturas, tenemos el deber de informar, por mucho que nos roce la situación que se trate. Y esa es otra máxima de trabajo que igualmente exige el canal”.

Momentos que te hayan marcado especialmente en este período.

–Uno de los más lindos y tremendos que he vivido en estos últimos tiempos fue asistir a una cobertura en un centro de atención a niños con la covid-19 en San Miguel del Padrón. Fue muy conmovedor ver pequeños ingresados sospechosos y positivos con su acompañante y, aunque no se pudo tener contacto con las familias, fue desgarrador ver que había menores de un año. Supimos de un padre que había resultado positivo, por tanto, al bebé y la madre como sus contactos hubo que separarlos. Es un protocolo necesario, pero no por ello igual de triste. Y como esa tantas y tantas historias que dejan huellas en uno, más cuando ves la responsabilidad con que asumen esa situación médicos, enfermeras, personal de apoyo, realmente tienen un corazón muy grande. Todavía lo recuerdo y me emociono.

“Como periodista de Canal Habana he atravesado dos veces por un PCR, en menos de un mes. Todos los colegas resultamos negativos, pero esta prueba significa un estrés tremendo y los dos días en espera del resultado también te marcan la vida, incluso, la de nuestros familiares y vecinos como posibles contactos. Fueron días angustiosos y desgastantes”.

Pero en medio del peligro queda una sonrisa que tiene que ver con la idea de cómo te imaginas la vida cuando todo haya pasado.

–Realmente la covid-19 marcará un antes y un después en mi vida; garantizar que el trabajo salga como se necesita, tomar todas las medidas y llegar a casa para atender a mi papá, mantenerme fuerte y firme para ayudarlo, y a la vez tranquila, pausada para cumplir con la profesión, todo a la par, son grandes responsabilidades adquiridas con la pandemia.

“Por otra parte, cosas que antes me parecían muy importantes ahora las siento intrascendentes, y me he creado una especie de lista de acciones que debo cumplir porque este 2020 ha cercenado un conjunto de planes que tengo que retomar. Cuando pase todo creo que seré una persona con los pies más puestos en la tierra porque, al fin, la vida es una consecución de momentos que hay que aprovechar por uno y por todos”.

LO ÚLTIMO DEL SITIO

Entre tu y yo

Jordanis Guzmán Rodríguez
Entre tu y yo

Félix A. Correa Álvarez
Eventos

José Carlos Zaragoza Suárez/facebook

Plataforma WEB de la Televisión Cubana Copyright © | tv.cubana@icrt.cu  |  23 y M, Vedado | Código Postal 10200 | La Habana CUBA          

SIGUENOS

CARTELERA DE CANALES NACIONALES