Sobre el cambio en el sistema de votación del Concurso Adolfo Guzmán y otros temas conversamos con tres integrantes del jurado

El maestro Adalberto Álvarez, Premio Nacional de la Música, prestigia con su presencia el jurado del XV Concurso de composición e interpretación Adolfo Guzmán, una tarea que no todos quisieran asumir porque ha generado gran polémica entre la crítica y el público seguidor del espacio, producido entre la Televisión Cubana y la Empresa RTV Comercial.

“Ha sido muy buena la idea de revitalizar el concurso a partir de la oportunidad que se le da a los nuevos intérpretes y compositores de enriquecer el cancionero popular”, afirma el Caballero del Son.

Para la joven musicóloga Yianela Pérez, ser jurado de este certamen ha sido una fuente de aprendizaje y una gran oportunidad: “Con todo lo que se le pueda criticar de negativo o positivo, me siento muy contenta de participar de un proyecto que despierta pasiones, que despierta en el público el interés por la canción cubana y promueve la buena música”.

Israel Rojas, líder del dúo Buena Fe, ratifica lo anterior: “Para mí es un honor compartir el jurado con estos grandes músicos, pues me considero un artista empírico, de formación tardía. Si acepté este reto es porque lo consideraba una acción efectiva en función de revalorizar, de ilustrar, de arrojar conocimientos masivos sobre qué es la canción contemporánea y el resultado que está teniendo el Guzmán tributa al objetivo por el cual acepté estar aquí”.

Analizar pasado y presente en su justa medida

En la memoria colectiva de muchos televidentes perdura el Guzmán como el gran concurso de interpretación. Por eso se ha generado un debate sobre si el jurado actual debió centrarse más en la calidad de los textos y la música, hacer más énfasis en esos aspectos que en la interpretación, y pautar cuáles son los valores, desde la composición, de las obras evaluadas.

“Hay que gente que sublimiza lo que sucedió ayer, y el pasado no fue perfecto. En las ediciones anteriores se presentaron muchos jóvenes y hubo obras muy buenas que no tuvieron la mejor interpretación. La canción es un hecho artístico que solamente adquiere su dimensión cuando se socializa. La interpretación y el arreglo también impactan en la percepción del jurado y, por supuesto, del público”, dice Israel.

Rojas también señala que “este tipo de concurso está diseñado para que el compositor y su obra se lleven el 60 por ciento del protagonismo, pero el otro 40 por ciento no se puede desdeñar. Hay situaciones que son hasta fortuitas y tienen su papel en la vida. Lo importante es la exposición de la canción”.

La musicóloga Yianela indica que el peso del análisis del jurado “está en la construcción de la canción, en el texto, en que haya coherencia entre la estructura, el mensaje, el arreglo, pero en realidad lo que reciben el público, los receptores y el jurado es el resultado integral de la composición y la interpretación”.

En opinión de la musicóloga, “es muy complicado decirle a un público esta canción es mejor que la otra cuando lo que recibió de primera vuelta fue una interpretación que no tuvo gran impacto en él y no fue bien recepcionada”.

Otros certámenes dividieron los premios en los géneros canción y bailable. Acerca de la pertinencia de hacer esa separación acota el maestro Adalberto Álvarez: “Muchas personas no consideran que la música bailable pueda ser un gran premio de un Guzmán. El género no debe influir. Si la obra tiene una buena letra, un buen mensaje y una buena melodía, debe competir al mismo nivel de las demás canciones. Un buen arreglo la salva a o la destruye. El papel del arreglista es el complemento fundamental”.

Yianela lo apoya desde su especialidad: “En cuanto a lo que musicalmente estoy viendo, te puedo decir que los bailables del concurso no son puramente sones, o puramente salsas, o sea, no están concebidos directamente para el público bailador o el bailable del barrio. Son piezas que están arropadas, vestidas de géneros bailables. En ese sentido, pienso que hay coherencia en verlas como canción”.

En muchas publicaciones sobre el Guzmán se ha hecho hincapié en la preselección de los intérpretes por parte del jurado y en cómo la dirección del programa decidió buscar a cantantes poco conocidos en lugar de llamar a artistas populares para defender una obra nueva.

Así lo ve el Premio Nacional de la Música: “Recuerdo la primera vez que participé en un Guzmán, en 1979. Venía defendiendo una obra de Pedro Gómez que se llamaba “Calle Enramadas”, y a partir de ahí mi orquesta, Son 14, se hizo famosa. A Beatriz Márquez le sucedió prácticamente igual. Salía de la Escuela Nacional de Arte, donde estudiábamos juntos y también se dio a conocer en el Guzmán. Los que fuimos artistas después, con algún tipo de reconocimiento, se lo debemos en parte al evento y puede pasar ahora con los nuevos intérpretes”.

Los tres entrevistados coinciden en que hoy a muchos vocalistas famosos no les interesa someterse a este tipo de show televisivo.

“No todos quieren exponerse a ser evaluados defendiendo la canción de otro. Lejos de verlo como un problema, lo veo como algo positivo, porque al final quien está ganando es la canción. Se está mostrando un repertorio desconocido, nuevo, inédito, y a la vez se le da la oportunidad al público de disfrutar de intérpretes que tienen muy poco tiempo de carrera. Lo veo como un aporte de este sistema de competencia”, explica Yianela.

Otro aspecto que ha generado polémica ha sido la forma de votación de los jueces. Algunas personas opinan que han salido del concurso temas que eran mejor valorados que otros o tenían más calidad, que la puntuación debió ser acumulativa y no eliminarse a los concursantes por programas.

“Los intérpretes y los compositores que están participando en la competencia conocen la estructura. Ellos saben que se están exponiendo a una eliminatoria y están preparados para lo que suceda el día de competencia. Puede ser injusto. Hay semanas donde se han ido canciones mejores que las que se han quedado porque no les ha tocado competir, pero pienso que ese azar también le da dinamismo y coherencia al enfoque con que se concibió este show tipo reality”, comenta Yianela.

Por su parte, Adalberto aclara que en la primera etapa del concurso, cuando el jurado no sabía “a qué nos íbamos a enfrentar porque estábamos viendo al artista en escena, defendiendo su canción, aunque las votaciones fueron individuales no estuvieron tan disparejas. Por suerte, hubo la posibilidad de salvar algunas canciones”.

Yianela está convencida de que los intérpretes han aprendido durante el proceso de preparación de los programas. “Ya viéndolo integralmente creo que, a la larga, las canciones que van quedando son las que debían estar en competencia. La producción del programa tuvo la delicadeza de que “Seré azul”, la obra que más dolorosamente salió, repitiera su performance en la gala dedicada al aniversario 500 de La Habana. Fue algo realmente hermoso”.

Al respecto expone Israel: “Estoy convencido de que algunas canciones que incluso se fueron de la competencia le han llenado el corazón, los ojos y los oídos al público. Perfectamente, dentro de muy poco, otros creadores las retomarán y la gente ya tendrá un referente positivo sobre la obra. Creo que ese es el valor fundamental que tuvo el Guzmán y que tiene ahora. Ya con decir: ‘participé en un concurso donde se presentaron cerca de 800 obras y la mía estuvo entre las preseleccionadas’, es un aval para cualquier compositor, sea profesional o no”.

Sobre la llamada “zona de peligro”, Yianela ofrece su parecer: “Este tipo de show se hace para el público, no pensando exclusivamente en un gremio de músicos, cantores, compositores. No se puede subestimar la cultura del público sobre el conocimiento de la canción y creo que lo demostró en la votación que hizo en esta primera etapa”.

Adalberto advierte que en la segunda fase del concurso el sistema de votación del jurado cambia: “Nosotros somos los que definimos cuál es la canción que pasa a la final”.

Por último apunta Israel: “En esta segunda etapa el jurado se va a fijar en el acabado que tengan las piezas. Todo dependerá de lo que haga el intérprete y que deje la piel en el escenario. Esa es la fórmula correcta para llegar a la gran final”.

Hasta el 20 de octubre el Concurso Adolfo Guzmán seguirá dando de qué hablar. Hasta entonces los integrantes del jurado asumirán con valentía la responsabilidad de seleccionar las canciones que disputarán la final.

LO ÚLTIMO DEL SITIO

Entre tu y yo

Félix A. Correa Álvarez y Jordanis Guzmán Rodríguez
Articulos favoritos

Valia Valdés / Fotos: Cortesía de Tony Quiñones y Johanys Labrado
Protagonistas

Texto y fotos: Luis Casariego
Entre tu y yo

Jordanis Guzmán Rodríguez

Plataforma WEB de la Televisión Cubana Copyright © | tv.cubana@icrt.cu  |  23 y M, Vedado | Código Postal 10200 | La Habana CUBA          

SIGUENOS

CARTELERA DE CANALES NACIONALES