No soy de las personas que piensan en el pasado con una total nostalgia y creen que fue mejor comparándolo con el presente, pero tengo la convicción que para entendernos hoy y el tiempo por venir, se necesita conocer lo que nos antecedió.
Por eso no tengo manos suficientes para aplaudir el programa Contra el olvido que se trasmite por Cubavisión los lunes y se retransmite los sábados por Cubasión Internacional. Es un espacio sobrio y que pudiera ser mucho mejor, si siempre en la televisión se hubiera tenido claro el criterio de de que lo trasmitido hoy es la historia de mañana.
Muchas propuestas que marcaron hitos en su momento no existen porque no había casetes suficientes. Es triste saber que en Miami se halla un lugar donde se venden en digital novelas, programas musicales y de todo tipo porque se sacaron de Cuba, donde no forman parte su patrimonio audiovisual.
Increíblemente, Contra el olvido no escapa a tal situación. Graban hasta la cantidad de casetes que tengan y a partir de entonces a borrar. ¿De dónde sacan esas maravillas como un concierto de Joan Manuel Serrat en el Carlos Marx?. Rene Arencibia que dirigió la transmisión y la grabó, tiene una copia y la prestó. Así sucede con otros fragmentos y también en la búsqueda, como una aguja en un pajar, de programas que quedan en la videoteca y fueron trasmitidos en UMATIC porque anteriormente los grabados en AVR1, NEC Y FORMATO C, ya caducaron y no hay manera de rescatarlos. Valga decir, que en los últimos tiempos se trata de actualizar, pero bueno centrémonos en este programa y prometo que volveré sobre el tema patrimonio audiovisual.
Contra el olvido tuvo su primera emisión el 29 de enero del 2000, en el que se transmitió el capítulo final de la novela Sol de batey, dirigida por Roberto Garriga y que fue un boom de teleaudiencia. También se pasó un reportaje de Elpìdio Valdés y un episodio de la propuesta Lenguaje de adultos, en el que se debatió sobre la telenovela Si me pudieras querer.
Ese programa se preparó en el formato UMATIC. Carmen Martínez fue la primera conductora, también Valia Valdés que antecedió a Raquel Mayedo, la que actualmente no sólo presenta los materiales, sino que averigua por un lado u otro que sucedía cuando se grabó el fragmento que se pasará.
Raquelita, una mujer culta y eficaz comunicadora, le aporta al espacio su caudal de conocimiento, y lo hace siempre como al descuido, sin ninguna pose doctoral, acción que contribuye a que sea recibido con mayor cantidad de públicos. A propósito, la retransmisión del programa por Cubavisión Internacional permite que los cubanos desperdigados por el mundo, accedan a reencontrarse con escenas que disfrutaron cuando eran niños.
Dulce María Hernández es la directora y Katia Bulies Molina la asistente, que junto a Raquel constituyen un trío de mujeres que buscan ofrecer en cada entrega un pedacito de nuestra televisión de años atrás, que es decir de nuestra historia. Su conductora logra, por su búsqueda personal y ser querida por una buena parte de los hacedores de la TV, que cuando termina cada emisión nos haya dicho, a veces, hasta la dirección que tenía una dulcería, set de un fragmento del programa que nos hizo viajar contra el olvido.