Entre tu y yo
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- Escrito por: Ivón Peñalver / Foto: Cortesía del entrevistado
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Juan Carlos Roque Moreno es, sin duda, uno de los actores más queridos de la televisión, el cine y el teatro cubanos. Por estos días, disfrutamos de su actuación en la telenovela Sábados de gloria y en la serie Los gatos, las máscaras, las sombras, donde interpreta dos personajes psicológicamente complejos y, por fortuna, muy diferentes. En esta ocasión, nos detenemos en la segunda producción, en la que, además de encarnar un personaje, asume la responsabilidad de dirigir detrás de cámara a sus colegas de oficio.
¿Cómo llegas a la serie Los gatos, las máscaras y las sombras?
—Llegué a la serie por invitación de Elena Palacios; nos une una amistad y una relación de trabajo de muchos años. Acepté sin siquiera saber de qué iba todo, porque para mí, trabajar con Elena y con Altair, su productora, es garantía de un buen resultado y de que disfrutaré el proceso.
En esta oportunidad asumes una doble función: actor y director de casting. ¿Qué desafíos implica este “doble juego”?
—Asumir la dirección de actores es un gran desafío para mí. Primero, porque me encantan los retos, y segundo, porque, como actor, siempre he agradecido tener una mirada externa en el proceso de construcción del personaje.
«Con esta serie, descubrí una nueva pasión y adquirí herramientas adicionales como actor al ayudar a mis colegas en su desempeño. Eso sí, para evitar la tentación de autodirigirme, Elena dejó claro que, en las escenas donde yo tuviera un personaje, ella sería mi directora de actores. Y así fue».
¿Podría esta experiencia significar una nueva dimensión en la carrera de Roque Moreno?
—Por supuesto. Asumir la dirección de actores ha ampliado mi horizonte, tanto profesional como personalmente. La retroalimentación recibida de cada actor y actriz durante la serie fue invaluable. Espero haberles aportado algo a mis colegas, así como yo aprendí mucho de ellos, y estoy profundamente agradecido por esta experiencia.
¿Qué puedes adelantar sobre tu personaje, que desde su aparición ha mostrado algunas señales?
—No voy a adelantar mucho sobre mi personaje, excepto que es un hombre que, en apariencia, tiene todo lo que podría desear en la vida, pero lo consumen los celos profesionales ante el éxito de su esposa.
«La violencia existe en todos los niveles educativos y culturales, pero entre intelectuales y artistas alcanza extremos que, a veces, se ocultan bajo apariencias y, en otras ocasiones, se manifiestan de manera más evidente».
¿Qué sensación te deja esta serie desde lo humano y lo profesional?
—Desde ambos aspectos, me siento muy satisfecho y feliz con esta experiencia, que puedo definir como intensa y gratificante. No es común, en estos tiempos, encontrar un colectivo tan enfocado y apasionado por lograr los mejores resultados en una obra.
Proyectos inmediatos, Roque
—En estos momentos, estoy en fase de ensayos de Profundidad, una obra escrita y dirigida por Liliana Lam y Alberto Corona, basada en la vida de Óscar Wilde. Planeamos reestrenarla próximamente, al igual que una nueva temporada de Kilómetro Cero.
Y así, entre proyectos siempre vinculados al arte de encarnar nuevas vidas, seguimos el rastro interpretativo de Roque Moreno, el actor detrás de personajes memorables en producciones como Bajo el mismo sol, La otra esquina, La sal del Paraíso y, por supuesto, el clásico Suite Habana.
Ahora, en la telenovela Sábados de gloria, deja entrever un peculiar acto de violencia, un tema del que hablaremos en otra oportunidad. Por ahora, solo queda agradecerle por asumir este doble desafío en Los gatos, las máscaras y las sombras, una vez más reafirmando su talento y versatilidad como actor.
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- Escrito por: María Regla Figueroa Evans / Fotos: Cortesía de la entrevistada
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Desde hace dos años, la radialista Idania Martínez Grandales forma parte del programa de la televisión cubana Ruta 10, donde escribe y conduce el segmento dedicado al idioma.
Para muchos, su incursión en la televisión ha sido una sorpresa, pues la mayoría la conoce por su trayectoria en la radio y su labor docente en el Centro de Estudios del Instituto de Información y Comunicación Social (IICS).
Martínez Grandales inició su carrera en la radio en 1990, pero pocos saben que, casi de inmediato, dio el salto a la televisión. Allí trabajó como locutora de cabina y en la cartelera de los canales Cubavisión y Tele Rebelde. Su estabilidad en la pequeña pantalla le permitió continuar realizando la cartelera en off hasta que, en 2022, se integró al equipo de Ruta 10.
«En Ruta 10 no soy locutora, conduzco un segmento relacionado con el idioma. El programa trabaja siempre un tema determinado y, quienes tenemos un segmento dentro de él, interactuamos en función del tema central», explica.
¿Cómo vinculas tu segmento con el tema principal del programa?
«Si el tema central son las madres, en mi segmento, dedicado al idioma, abordo elementos etimológicos afines con la maternidad o con algún otro aspecto relacionado. Lo hago desde una perspectiva que incluye el origen de las palabras, su evolución cronológica, su incorporación a un idioma, sus fuentes y los cambios en su forma y significado».
¿Qué ha representado para ti Ruta 10?
«Ha sido y sigue siendo un reto, una escuela donde cada día aprendo algo nuevo. No solo en el desempeño del segmento de los martes, dedicado al idioma, sino también en mi rol como guionista del programa, labor que desempeño desde hace casi dos años.
«Es gratificante y estimulante interactuar con los invitados y ver cómo se desarrolla el tema central. Para mí, como guionista y conductora, siempre es interesante. Y creo que lo es también para quienes aman el idioma, para aquellos que buscan mejorar su expresión, no solo en los medios, sino en su vida cotidiana. Para quienes sienten curiosidad y están ávidos de conocer las historias detrás de las palabras».
¿Cómo logra aplicar sus conocimientos lingüísticos a la locución radial y televisiva?
«Mi formación en Lingüística (soy licenciada en Español y Literatura) me ha permitido compartir conocimientos con muchos profesionales de la palabra. Los integro al proceso radial y, en los últimos dos años, también al televisivo, enseñando a los locutores formas correctas de expresión oral.
Además, intento compartir estos saberes con los televidentes de la manera más atractiva posible. Este trabajo exige una búsqueda constante de información a través de la investigación en múltiples fuentes, tanto bibliográficas como digitales.
«Precisamente, estas búsquedas —entre otros factores— me inspiraron a escribir el libro Al habla, didáctica de la locución, en coautoría con Rosalía Arnáez, locutora de la televisión cubana durante muchos años y voz emblemática del Noticiero Estelar.
«El libro tiene un enfoque didáctico y aborda la técnica de la locución vinculada con la Lingüística aplicada al discurso comunicativo en los medios. Es una herramienta útil para conductores de programas televisivos y radiales, aunque su contenido no se limita exclusivamente a estos profesionales».
Además de la investigación, ¿qué otros recursos ha empleado para lograr una locución correcta, que ahora transmite a los televidentes desde Ruta 10?
«Le doy mucha importancia a la observación, al conocimiento del medio y a la experiencia que los años nos aportan. Para nadie es un secreto que, cuando se inicia en el mundo de la locución, el trabajo suele ser incipiente, con un exceso de nervios, incluso cuando creemos tenerlos bajo control.
«Muchos locutores comienzan atados a formas de expresión demasiado rígidas. Sin embargo, con el tiempo, comprendemos que existen múltiples maneras de abordar un mismo acto comunicativo. Es entonces cuando alcanzamos mayor creatividad sin perder de vista los principios fundamentales de la locución, tanto en pantalla como en radio».
Ha recibido diversos reconocimientos. ¿Podría hablarme al respecto?
«Obtuve la Maestría en Comunicación y tuve el privilegio de recibir el título de Doctor Honoris Causa en México, junto a otros colegas locutores.
«Este mérito también estuvo respaldado por una conferencia que impartí en la Universidad Ejecutiva de México, un espacio académico que, sin duda, me otorgó créditos importantes.
«Sin embargo, creo que el mayor reconocimiento es ver cómo, en los últimos tiempos, han surgido locutores de gran calidad que prestigian nuestro idioma en radio y televisión, dentro de todas las especialidades».
¿Qué piensas de la locución como profesión?
,«Creo que en esta profesión nunca se deja de aprender. El estudio, la investigación y la observación son una constante. ¡Siempre queda mucho camino por recorrer!
«Somos pequeños ante una obra tan inmensa como la responsabilidad de estar frente a un micrófono o una pantalla, llevando un mensaje a millones de oyentes o televidentes. Y debemos hacerlo de manera correcta, coherente, sin altisonancias, pero con profesionalidad».
¿Crees que lo escrito en materia de locución es suficiente?
«Se ha escrito muy poco sobre locución, y lo mismo ocurre con otras disciplinas que enriquecen el arte de la palabra en los medios. Esa es una de las muchas razones por las cuales debemos seguir investigando en esta línea profesional».
Proyectos actuales...
«Trabajo en un libro sobre terminología apropiada para la enseñanza de la locución. Vivimos en un siglo que exige cada vez más precisión y perfección en quienes nos desempeñamos frente a un micrófono o una cámara.
«Esto impone un estudio constante. Un locutor que crea que su labor se reduce a sentarse frente a un micrófono o estar ante una cámara y nada más, está completamente equivocado.
«Nuestra profesión exige ser, en cierta medida, periodista, actor, historiador. Hay muchas áreas del conocimiento que deberían considerarse herramientas esenciales para un profesional de la expresión oral y que aún no se han tratado con la profundidad que merecen. ¡Por eso el camino apenas comienza para todos!”.
¿Cómo asume la popularidad alcanzada con Ruta 10?
«No me considero popular, aunque sí medianamente conocida. Con mi llegada a Ruta 10 muchas personas me reconocen en la calle, me hacen preguntas, elogian mi trabajo y sugieren temas para el programa o para mi segmento.
«Aprecio mucho este intercambio porque de los televidentes surgen ideas muy valiosas. Se genera una conexión mágica entre el público y el conductor, donde el pensamiento colectivo se activa y el programa se vuelve más cercano a la gente y a sus intereses».
¿Qué significa para usted, como locutora, esa deferencia del público?
«Responsabilidad y compromiso, nunca superioridad sobre los demás, aun cuando el interés del público me haga más visible en la calle.
«Un locutor debe entenderse simplemente como un profesional que tiene el deber de ejercer su labor con la mayor humildad y modestia posibles. El público percibe esas virtudes, y ellas contribuyen a una comunicación más fluida.
«En la medida en que un locutor o conductor se parezca más a su audiencia, respetando siempre la expresión oral, será un mejor comunicador».