Entre tu y yo
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- Escrito por: Valia Valdés / Fotos: Cortesía de la entrevistada
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Dayana Marrero quiso ser periodista desde niña. Ejercer la locución, estudiar Comunicación Social y diplomarse en Periodismo convencieron a todos de su determinación.
La habilitación como locutora a los 17 años fue el impulso para asesorar y dirigir programas radiales, e iniciarse en la colaboración periodística. Integró el equipo que inauguró Radio Fomento en 2008 y, más tarde, regresó a Radio Sancti Spíritus, donde en la actualidad dirige y presenta el espacio Serenata, dedicado a los tríos musicales —manifestación de fuerte arraigo en la región—, además de ser guionista del programa En familia.
En 2018, después de diplomarse en Periodismo, se integró al telecentro Centro Visión en el rol de locutora, hasta avanzar en su especialidad favorita: el periodismo audiovisual.
«Sancti Spíritus es mi adoración, mi vida. Creo que hacer periodismo en el lugar que amas y conoces, que despierta tantas motivaciones en ti, no es complejo… y al mismo tiempo lo es.»
A pesar de la diversidad de temáticas que abarca, Dayana considera que aún no ha logrado todas sus metas profesionales. Como integrante del Comité Provincial del Partido Comunista de Cuba desde hace tres años, la comunicadora asume un doble compromiso.
«Cada vez que asumimos una cobertura quedan recuerdos imborrables: ya sea por la cercanía física del Presidente o por entrevistar a Petronila, una trabajadora de limpieza de la planta del Lácteo, quien no puede disimular las lágrimas al referirse a un centro que considera su casa.»
¿Cómo construye relaciones de credibilidad y confianza con los públicos y las fuentes?
«No dependo de la aprobación de los públicos para hacer mi trabajo. En ese sentido, he tenido satisfacciones y, otras veces, no tanto, porque no siempre se logra el consenso. He apostado por una relación positiva con las fuentes, de construcción colectiva, aun cuando pueda reflejar situaciones controversiales.»
¿Cuál es el género periodístico de su preferencia?
«Soy una persona apasionada; la espiritualidad me gana a la hora de imponer un criterio, pero me siento orgullosa de eso. En cualquier tipo de producción periodística siempre hay algo que me lleva a la crónica. Es el género con el que más me identifico. Busco la belleza del discurso, tanto en un reportaje sobre la campaña arrocera como en cualquier otro tema.»
¿Ser mujer en el periodismo local implica desafíos adicionales?
«Tiene desafíos, pero en mi caso, el hecho de ser mujer no me ha limitado. Hay asuntos familiares impostergables: soy hija única. Aunque tengo la retaguardia asegurada por mi familia, siempre he priorizado las necesidades urgentes de mi niña, pero no me gusta que me limiten para realizar una cobertura nocturna o de fin de semana por ser mamá. No me gusta “que me pongan la yagua antes de que caiga la gotera”.»
¿Qué apoyo necesita su telecentro para fortalecer la calidad de sus producciones?
«El telecentro Centro Visión Yayabo está marcado por las mismas limitaciones de sus homólogos en otras provincias. La carencia de un parque vehicular afecta nuestros resultados, pues el que la fuente resuelva ese obstáculo supone un comprometimiento que permea el concepto reporteril.
«Por otra parte, pienso que debemos crecer en la multimedialidad, actualizarnos de manera constante y hacer alianzas entre la teoría y la práctica. Debemos dar rienda suelta a la creatividad, más allá de las limitaciones. Soy una defensora total del lugar donde trabajo. Creo que somos una gran familia. De nuestro colectivo han nacido ideas maravillosas, algunas pendientes de ser concretadas.»
¿De qué manera puede mejorar el ecosistema mediático en Sancti Spíritus?
«Pienso que debemos alcanzar el balance entre la agenda pública y la agenda política, para reelaborar una agenda mediática que responda a las necesidades de nuestros públicos. Se deben respetar los procesos de los medios de comunicación pensados para la concreción de esa agenda mediática, en la que no deben primar criterios y modos de hacer arbitrarios o personales.»
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- Escrito por: María Regla Figueroa Evans / Fotos: Cortesía de la entrevistada
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A Rosalía Arnáez los cubanos la conocemos por sus apariciones diarias en el Noticiero Nacional de Televisión. Allí se destacó por su bello y refrescante rostro, su dicción perfecta y una elevada empatía con los públicos.
Con regularidad se le apreció en la conducción de programas radiales, televisivos y en otros espacios más específicos, relacionados con homenajes, imposición de medallas y otros lauros.
Icónicas resultaron sus animaciones en la Plaza de la Revolución junto a otros grandes de la locución, como Teresita Segarra y Rafael Serrano, quienes también fueron parte de aquellos históricos acontecimientos en los que el pueblo desfilaba frente al monumento a José Martí.
Rosalía es de esas personas que, según comentó alguna vez, “siempre busca un porqué a la vida”, lo que la lleva a reinventarse a cada momento.
Amante del tango, fue líder de una peña dedicada a profundizar en el conocimiento y difusión de ese estilo musical argentino. Coautora, junto a Idania Martínez Grandales, del volumen ¡Al aula didáctica de la locución! Guía para la comunicación oral, es profesora del Centro de Capacitación del Instituto de Información y Comunicación Social. Desde hace un lustro, conduce en la COCO el programa Antena Musical, donde comenta música nacional y foránea, demostrando la solidez de sus conocimientos en el ámbito artístico-sonoro.
Por estos días sorprende a amigos y colegas al revelarse como realizadora audiovisual. Según comentó al Portal de la TV, está inmersa en el documental Voces del feeling, un breve recorrido por la primera etapa de este movimiento estilístico, a través de las figuras de Ela Calvo y Ángel Díaz, dos genuinos filineros.
Cuando Rosalía comenzó el trabajo de mesa con el actor Luis Alberto Ramírez, tenía preconcebido incluir a Ela Calvo. Posteriormente, a sugerencia de Luis Alberto, adicionó a Ángel Díaz al proyecto, teniendo en cuenta que de él no se habla mucho, a pesar de ser uno de los fundadores del feeling. A partir de ese momento, la labor se hizo más dinámica.
Junto al equipo de realización, Rosalía se dio a la tarea de localizar materiales biográficos sobre Ángel Díaz y de disponer de nuevas informaciones sobre Ela, por quien la periodista siente una alta admiración.
“La conocí en El Gato Tuerto, donde Ela cantaba y yo conducía el espectáculo, lo que me permitió aquilatar no solo los valores vocales de la artista, también los humanos. Con posterioridad coincidimos en la Sociedad Rosalía de Castro”, indicó la también profesora.
¿Cuánto le ha ayudado su desempeño profesional en la realización audiovisual?
—Ha fortalecido mis vínculos con el maravilloso mundo de la cultura y de la música cubana, especialmente durante estos últimos cinco años en los que he conducido, junto a Ángel Manuel, el programa Antena Musical de la emisora COCO.
Mis conocimientos sobre nuestro rico acervo musical se han ampliado notablemente, así como sobre los requerimientos para divulgar el hecho artístico del feeling en Cuba y más allá, con énfasis en el área caribeña, donde también llegaron los influjos de este estilo rítmico.
¿Qué contactos previos tuvo con el mundo audiovisual que la incentivaron a incursionar en él?
—Antes de trabajar en el proyecto Voces del feeling, mi única experiencia en el ámbito audiovisual provenía del aprendizaje adquirido en el informativo de la televisión, donde me desempeñé como reportera, realizadora y periodista. En ese espacio abordé todos los géneros periodísticos, según lo exigiera cada ocasión.
Sin embargo, como conductora, tuve un contacto constante con la realización audiovisual en programas como Iguales y diferentes, Como cada domingo y Con luz propia. En cada uno de ellos participé en múltiples ocasiones en los procesos de investigación y en la elaboración del guion. No obstante, Voces del feeling constituye mi primer documental como realizadora.
¿En qué momento del proceso se encuentra el audiovisual?
—Nos encontramos en plena etapa de filmación. Contamos con numerosos testimonios sobre Ela Calvo y Ángel Díaz, proporcionados por sus respectivas familias, amistades, así como con entrevistas a especialistas que abordan la impronta del feeling en la música cubana.
¿Tienen planificados otros trabajos relacionados con el feeling, dada su importancia dentro del pentagrama nacional?
—Sí, proyectamos un segundo material audiovisual que se enfocará en los cultores del segundo momento del feeling. Entre ellos figuran Ela O’Farrill, Marta Valdés y Tania Castellanos, quien transitó por diversas etapas del movimiento. Por ahora, el resto de los representantes del feeling solo serán mencionados de manera general en el material.
¿Quiénes la acompañan en esta nueva etapa de su vida profesional?
—Me acompaña como codirectora Marilú Macías, a quien he prestado mi voz en off para varios de sus documentales y que, además, posee una amplia experiencia en el universo audiovisual. También me escolta el actor y director de casting Luis Alberto Ramírez, así como un excelente equipo de camarógrafos.
¿Cuáles locaciones han utilizado para las grabaciones?
—Además de entrevistas y materiales de archivo, hemos filmado en sitios como El Gato Tuerto, el Hotel Nacional —donde cada noche se defiende la canción en el Salón de la Fama— y en la sede de la Empresa de Grabaciones y Ediciones Musicales (EGREM), específicamente en el estudio Areito, hoy detenido por falta de inversión.
¿Además de rendir tributo al feeling, el documental persigue otros propósitos?
—Aspiro a que este material sensibilice a las autoridades responsables con respecto a la recuperación de algunos de los sitios emblemáticos del feeling, como el Pico Blanco, el Cherezada y La Red, entre otros espacios que fueron esenciales en la difusión de este romántico género.
Voces del feeling será una oportunidad para que las nuevas generaciones de cubanos conozcan a figuras destacadas de este estilo, que durante muchos años acompañó las noches bohemias de la capital. Su influjo armónico fue telón de fondo para enamorados y parte entrañable de la memoria afectiva de un país.