El actor Carlos Gonzalvo comenta que esperan comenzar un nuevo proyecto con los mismo actores del program Deja que yo te cuente

Cuando el profesor Mentepollo me confesó que sólo se había apartado por un tiempo de la televisión y que, eventualmente, regresaría a la pantalla chica nacional, quedé complacido.

No pude resistirme a desdibujar una pequeña sonrisa al saber que en un futuro aún no definido las ocurrencias de este personaje podrían retornar para hacernos reír hasta la saciedad.

Es cierto: me sentí satisfecho al conocer que volvería en cualquier momento para hacernos reflexionar de la forma más divertida posible sobre las problemáticas que aquejan a los cubanos dentro del país.

Su cómplice, el actor Carlos Gonzalvo, lo conoce bien de cerca. Se podría decir que es la misma persona transfigurada ante la pantalla en los más disímiles tipos, siempre bajo el mismo nombre de un personaje que ha dejado huellas por recrear nuestros problemas bajo el manto de la comedia criolla.

 

Sobre el personaje que lo dio a conocer más ampliamente ante el público y la comicidad en la televisión nacional, Gonzalvo accedió a conversar con esta publicación, de manera franca, en la sede del Centro Promotor del Humor, en el Vedado habanero.

“Sin dudas, el personaje de Mentepollo me abrió muchas puertas y me brindó mayor reconocimiento como actor. No se puede negar que tuvo un rating increíble, y gracias a él pude adentrarme en otros roles dramáticos y hacer cine.

“Le tengo mucho cariño porque significó una apertura a la crítica social más cruda en la televisión. Lo que se hace ahora en programas como Vivir del cuento tiene que ver con el camino aportado por Deja que yo te cuente y específicamente por el profesor Mentepollo.

¿Por qué dejó de salir al aire Deja que yo te cuente?

Porque después de varios años uno tiene que descansar un poco. Y también porque casi todo lo que se hace de humor en el mundo es por temporadas. Creo que es un método muy efectivo y no lo inventamos nosotros. Decidimos parar por un tiempo: el país empezaba a cambiar, no era bueno seguir hablando de los baches, el pan, el camello, la libreta de abastecimientos…

Esos temas ya estaban agotados y quisimos tomarnos un receso que se ha ido estirando un poco, porque casi todo el elenco ha tenido otros compromisos de trabajo. No obstante, se sigue manejando la idea de comenzar un nuevo proyecto con los mismo actores, a través de una versión parecida a Deja que yo te cuente. Y Mentepollo, por tanto, está incluido.

¿Crees que el humor está bien representado en la televisión cubana actualmente?

Pienso que falta variedad en lo que se está haciendo actualmente en la televisión. El humor tiene muchas vertientes que pueden aprovecharse, y el de de situación, el cubano lo disfruta mucho. Eso está probado y ahí están los clásicos para demostrarlo, con ejemplos como Detrás de la fachada o San Nicolás del Peladero.

Deja que yo te cuente también fue un ejemplo de cómo el humor de situación refleja muy bien la realidad cubana. El éxito merecido de Vivir del cuento se debe a su costumbrismo.

Sin embargo, nos sigue faltando el gran show que fue, por ejemplo, Sabadazo. Ese programa fue un show humorístico muy importante. Seguimos careciendo de ese espacio donde el peso mayor lo lleve el humor, más allá de la música y otros aspectos.

¿Eso tiene que ver también con los guiones de programas humorísticos?

Yo creo que tenemos escasez de guionistas en la televisión; y una de las razones es que los buenos guionistas no escriben porque no pueden vivir de eso. Elaborar un guión para un programa humorístico no es tan fácil, y más aún cuando lo tienes que hacer todas las semanas. Y la televisión paga poco.

¿Qué es lo que no puede fallar en un buen humorista?

El sentido de la verdad en lo que está haciendo, porque eso garantiza el respeto al público. Mucha gente dice que hacer reír es más difícil que hacer llorar. Y hasta cierto punto tienen razón; pero yo iría un poco más allá: hacer reír es fácil, lo difícil es hacer humor.

Yo me considero un actor, no sé si bueno o malo. Y creo que hay cosas dentro del humor que no me atrevería a hacer; por ejemplo, la fonomimia o los cuentos con cortinas musicales. Me interesa más hacer humor a partir de personajes, de situaciones.

Hay personas que dicen que la fonomimia o los cuentos con cortinas musicales han caducado. Yo creo que en el humor no caduca nada; hay que hacerlo bien, con calidad. Y no creo tampoco en el humor bueno y malo. El humor malo no existe, siempre es bueno. El que es bueno o malo es el actor, el comediante.

¿Cómo han sido tus experiencias ante el público extranjero?

Cuando vamos a otros países o a Estados Unidos pensamos en el público cubano radicado allí. Si te dijera que vamos a trabajar para el público americano te engañaría. Ahí van a vernos los cubanos, los que no siguen en Facebook, en YouTube. Los lugares se repletan y nos sentimos muy bien.

¿Algún mensaje a los televidentes cubanos?

Quiero decirle al público cubano que me siento muy agradecido por el apoyo que me han dado en cada lugar del país que voy. A pesar de que llevo más de dos años fuera de la televisión, me siento bien con la acogida de mi trabajo. Esa es la verdad y estoy satisfecho.

 

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