Con esta entrevista a la directora de TV Odalys Torres transmitimos un reconocimiento a las madres que laboran en nuestro Instituto Cubano de Radio y Televisión

Desde hace más de una década, Odalys Torres lleva la “batuta” del espacio promocional Al Mediodía, que popularmente aún se recuerda como Mediodía en TV. Llegó a él en una etapa de cambios que necesitaba el programa, y durante todo este tiempo ha asumido su dirección, lo mismo en épocas de calma que en otras en las que el país ha sido amenazado por fenómenos climatológicos u otros eventos que han conmocionado a la Isla.

Ahora, por demás, como quizá nunca imaginó, dirige Al Mediodía en medio de una crisis epidemiológica que golpea a Cuba y al mundo; mientras cada mensaje que se emite insta a los habitantes a no salir de casa, ella, al frente de su equipo, de lunes a sábado mantiene un espacio entre cuyas virtudes actuales está el servir de puente entre la cruel realidad y la necesidad del televidente de ver la luz, y que conste, no al final del camino.

Con una experiencia que proviene de la radio en Güines, Odalys Torres muestra para la televisión el aplomo y el tino necesarios para ofrecer en cada programa diferentes aristas que mueven el universo de la radio y la televisión cubanas, pero hoy ese actuar se torna más difícil, los por qué dejemos que ella misma lo cuente.

¿Cómo se prepara en circunstancias tan especiales el programa Al Mediodía?

-Bueno, ante todo, debo reconocer que para el trabajo en estas circunstancias -y siempre- cuento con un equipazo; puedo tener determinadas ideas, pero si no existe un equipo de guionistas, asistentes, editores, asesores, la gente del tricaster, la gráfica, todo el equipo técnico y, por supuesto, los presentadores, el trabajo no saldría.

“Para las actuales emisiones del programa hemos convocado a muchos artistas: humoristas, músicos, artistas de la plástica... y es una felicidad ver cómo en medio de tiempos tan difíciles todos responden; y es hermoso reconocer entonces, desde la distancia, que uno puede sentirse más unido y buscar resortes y nuevos caminos para repensar el propio programa. Quizás este pueda ser uno de los saldos positivos que saquemos cuando acabe toda esta pesadilla.

Un espacio como este tiene entonces una dinámica muy particular; ¿para su preparación diaria a qué hora llegas a la televisión y cuándo te marchas?

-Más que la hora de llegada y salida diría que ese proceso es la meta final del programa, porque Al Mediodía se hace en todo momento. Una vez que estás en casa, ya sea cocinando, limpiando o en medio de otro quehacer o circunstancia, tenemos que estar atendiendo a todas esas personas a las que molestamos en función del programa y que amablemente acuden. Muchas veces nos llaman con dudas de cómo enviar los materiales. Otras veces necesitan que chequeemos su recepción, si el envío se efectuó de manera adecuada y cumple con nuestras exigencias; de modo que este es un programa de 24 x 24, la verdad.

También diriges las emisiones del Noticiero Nacional de Televisión, un colectivo donde laboran muchas féminas. ¿Cómo asumes ese rol?

-Los fines de semana asumo la dirección del Noticiero Dominical, o sea, que mi semana se conforma: de lunes a viernes dirijo el Noticiero Cultural; de lunes a sábado, Al Mediodía, y el domingo, que supuestamente sería mi día de descanso, es la jornada más cargada, porque dirigir dos noticieros, el del mediodía y el estelar, de una hora de duración ambos, resulta una labor muy fuerte. Lo hago desde hace algunos años y, si bien hay quien termina la semana ese día y otros la inician, realmente para mí no hay principio ni fin; pero es algo que cuando me falta no sé qué hacer porque esa dinámica representa un golpe de adrenalina que realmente necesito.

“Y sí, al igual que en Al Mediodía, en el noticiero dirijo colectivos donde laboramos muchas mujeres, pero no creo que sea un rol tan difícil. Ahora mismo lo estamos demostrando al afirmar cuán fuerte somos. De los que dijeron que no podían estar laborando en los inicios de esta pandemia, la mayoría no fueron las mujeres. Muchas de ellas se alternan en el trabajo, y hay otras que sí me acompañan a diario. Lo cierto es que a lo largo de estos años el trabajo me resulta fácil, lo mismo con mujeres que con hombres, ya te digo, laboro en un colectivo unido donde lo importantes es halar parejo. De todos modos, nosotras sin los hombres no somos nada, y ellos sin nosotras son mucho menos”.

Contraes una responsabilidad social. ¿Cómo equilibrarlas con tu responsabilidad filial, especialmente porque eres hija y madre?

-Ante todo, la responsabilidad en mí es lo que hace que no diga No al trabajo. Desde que mi niña era muy chiquita, sobre todo los domingos, me decía: “pero mamá, tú vas a trabajar hoy también”. Ahora pienso que tal vez fui un poco egoísta, pero a veces no escogemos los trabajos, a veces ellos están ahí y asumirlos es el rol que nos toca.

“De todas formas, trato de no dañar la responsabilidad que tengo para con mi familia. La vida me ha tocado duro, como a muchas de nosotras, pero hay que terminar de trabajar y enfrentar la casa tal cual. He aprendido a adelantar por las noches muchas tareas hogareñas y, después, a descansar. Ya sé que esa palabra en nuestro trabajo suena un tanto rara porque los artistas, por lo general, se comunican con uno a altas horas de la noche. Pero, nada, eso forma parte de la responsabilidad de la que hablaba al principio.

“También creo que en ocasiones sacrificamos nuestra propia felicidad, sobre todo cuando somos madres, pero fue lo que vimos, antes nuestros padres se sacrificaron por nosotros, solo estamos repitiendo un modelo bonito. Fue lo que aprendí en casa, a trabajar y a responder por él y la familia. He tratado de llevar las dos cosas, y en eso es en lo que pienso cada vez que salgo de casa en medio de estas circunstancias para irme a trabajar. Tengo que ser responsable y cuidarme para protegerlos a ellos que son, definitivamente, la razón de mi vida.

“Al final el trabajo deja tras sí una gran complacencia, porque a pesar del sacrificio uno siente que está ayudando a la gente, le está ofreciendo un poquito de alegría. En el caso de Al Mediodía, está contribuyendo a que los públicos se informen, tal y como ocurre con los noticieros. Y ese el mejor recuerdo que guardo del día a día. Trabajo y familia... familia y trabajo. Esa soy yo”.

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