PARA BAILAR, un programa televisivo de referencia para los cubanos

Los finales de los setenta y los ochenta, regalaron a Cuba un espacio del cual aún se habla en nuestras calles:  su título, Para Bailar. De frecuencia semanal, los domingos a las dos de la tarde, la Isla llegó a paralizarse para disfrutar de las sorpresas de un programa de participación que exigía a aquellos jóvenes saber bailar: desde un danzón, pasando por una secuencia folclórica, hasta llegar al baile internacional del momento.

Los Hermanos Santos, los Hermanos Francia, Rebeca y Mas Juan, Alfredo y Nieves fueron algunos de los rostros vencedores de esta competencia, en la cual la música cubana terminó triunfando en un momento en que los ritmos foráneos pugnaban por ganar espacio.

Jóvenes estudiantes, recién graduados, otros más experimentados conformaron una familia de bailadores que, a partir de las competencias semanales, mensuales, trimestrales, semestrales, así hasta llegar a la gran anual, demostraron no solo habilidades de ritmo, soltura, movimiento y conocimiento musical, sino que afirmaron valores de solidaridad, entrega, compañerismo y sensibilidad, rasgos tan igualmente necesarios cuando de proyección artística se trata.

Otra bondad del espacio Para Bailar fue el carisma de sus nueve locutores, en su mayoría estudiantes de la Escuela Nacional de Arte; ellos prendieron en la juventud por su sencillez y talento, y lo hicieron de tal manera que otros niños comenzaron a llevar los nombres de Salvador, Néstor, Lilian, Mara, como muchos de aquellos nuevos paradigmas.

Hoy son otros los tiempos, y aparece Bailando en Cuba que si bien es un espacio para la danza y el baile, no pensado únicamente en el bailador, sino en el espectáculo de baile en sí mismo; se mantienen algunas esencias, entre ellas el rescate de los valores a través de la música cubana, la misma que identifica a la Isla por la variedad y calidad de géneros que la componen.

 En pleno siglo XXI, Para Bailar, continúa siendo referente de buen gusto dentro del universo televisivo cubano; y ojalá sea el punto de despegue de nuevas búsquedas que se propone Bailando en Cuba,  feliz mirada que en nuestros días  invita a tirar un  pasillo, mientras se vive el  orgullo de ser cubanos.