“Crecí durante lo que se pudo llamar razonablemente la edad dorada de la música en televisión. Mis recuerdos más antiguos son Top of the Pops entrando en su propia época glam, literalmente la primera cosa que puedo recordar de ver en televisión es ver a Roy Wood en Wizzard drag, y el último programa que me dedique fue el innovador programa alternativo de los 80, Snub TV, de la BBC2. Menciono esto no para presumir o traer la nostalgia, sino porque creo que solo las personas que en realidad les importa la música en televisión son los que son lo suficientemente mayores para recordarlo. Funcionó entonces por la carencia: Aparte de los conciertos, no había manera de ver a los artistas más allá de la televisión. Ahora vivimos en una era de abundancia. Apuntando a un programa de música semanal hacia los tweens, adolescentes y jóvenes veinteañeros, cuya sed de ver y conocer a los artistas ya está completamente saciada por YouTube, sitios web y redes sociales, se siente tan anacrónico e inútil como lanzar nuevo material en un 8 pistas.

Garantizo que las personas involucradas en la decisión de comisionar el nuevo show pop de la BBC son lo suficientemente mayores como para tener recuerdos prometedores de la era prometedora de TOTP. Se cómo se sienten, el problema es que su público objetivo no. Honestamente, sería mejor gastar su dinero en documentales de música decente, que realmente puede ofrecer algo que YouTube no puede. Estoy bastante seguro de que un inteligente y bien hecho documental tendría una audiencia mucho más amplia que esto” afirma en la BBC Alexis Petridis, periodista británico, crítico principal de rock y pop del periódico británico The Guardian, y colaborador habitual de la revista GQ. 

Para Stuart Heritage, escritor y crítico de TV “El anuncio de la BBC contenía una palabra que hizo que mi sangre se congelara en mis venas: sketches.

Por el amor de dios, la música en este nuevo show va a ser interrumpida con una comedia divertida, estrafalaria, excéntrica para toda la familia de la BBC1. Quiero decir, ¿Por qué no ir con todo de una vez o por qué tirar todo en uno o dos segmentos?

Esta idea definitivamente viene de una reunión donde un ejecutivo idiota desveló un organigrama con el título de Carpool Karaoke y Lip Sync Battle, mencionó Youtube un par de veces, y asintió.

Pero independientemente de eso, esta condenado a fracasar. ¿Quién presentará los sketches? ¿El presentador? Seguramente el recuerdo de los presentadores de TOTP asaltando a través de interminables trucos deberían ser descartados. ¿Los actos? Esperemos que no, porque no va a atraer invitados creíbles por obligarlos a ir en torno a la televisión. Si va por este camino, el programa sólo será capaz de reservar a los cantantes que se enorgullecen de su amor por las bromas sin sentido, y si ese es el caso, debería simplemente cortar al intermediario y llamarse The Olly Murs Show.

Si la gente quiere música, denles música. No la diluyan con entretenimiento ligero, ¡Cristo bendito! Las personas pueden conseguir eso en cualquier lugar. Solo enfóquense en la presentación de una gama de actos diseñados para pinchar la burbuja de filtro de las redes sociales.”

Rachel Aroesti,  crítica y redactora, difiere un tanto de lo anterior “A diferencia de sus antepasados, el próximo espectáculo de la BBC no dará raíces en los salones de preadolescentes inocentes, con curiosidad por los trajes fantásticos y los cantantes principales. En cambio, su mejor oportunidad de llegar a personas por debajo de los 30 será si este los une abruptamente y los sube a Youtube. Desde allí, puede arrastrarse a los “feeds” de Twitter, transformarse en memes y acumular “me gusta” en Facebook. Así es como los más grandes programas sin guión en los Estados Unidos permanecen relevantes. Saturday Night Live se corta fácilmente en trozos de tres minutos consumibles, mientras que los anfitriones nocturnos como James Corden y Jimmy Kimmel crean deliberadamente contenido viral (como Carpool Karaoke y Mean Tweets) para el Internet.

Este show haría bien en tener una mentalidad similar, pero para sobrevivir en ese ambiente algo más será crucial: un buen sentido del humor. La comedia ha gobernado por mucho tiempo las redes sociales y en estos días que se extiende a la mayoría del consumo cultural informal. Hay una razón por la que Popworld, con sus entrevistas incómodas, es el único espectáculo de música que vive en las mentes de los milenial. La BBC parece ser consciente de que las actuaciones no pueden ser lo más importante del show, pero para que el programa prospere incluso las entrevistas tendrán que ser divertidas.”

Estas opiniones, que forman parte de una encuesta de la BBC para insertar en horario estelar un programa musical, levantaron un avispero.

 Narrativa de los programas musicales en televisión: evolución y nuevas estructuras,  de  Alicia Álvarez Vaquero, Dra. en Narrativa Audiovisual y periodista musical, es un ensayo que vale la pena leerse: es la comparación de dos programas musicales televisivos españoles, de distintas épocas y en sus conclusiones la autora dice:

“Cuando, al comienzo del artículo, aparecía el concepto de narrativa tradicional de los programas musicales, estábamos haciendo referencia a un tipo de narración -asociada a los espacios musicales- que venía existiendo, sobre todo, en la televisión de los años 80’, 90’, y comienzos del 2000. Es decir: un narrador-personaje (el presentador); un ambiente (el plató); unos personajes principales (los artistas) y una banda sonora (música y entrevistas que tenían lugar en dicho plató). En la actualidad, estos elementos han sufrido variaciones o han desaparecido. Tomando La Edad de Oro como una propuesta de narrativa tradicional y Mapa Sonoro.doc como una propuesta de narrativa alternativa (teniendo en cuenta que hay más espacios de estas características con los que converge en la televisión actual), podremos hablar de una serie de cambios en la evolución de estos programas.

Y existen dos hechos que marcan especialmente esa ruptura con las formas tradicionales: la desaparición del presentador como narrador diegético (o narrador-personaje) y la inexistencia de un espacio fijo en el que tengan lugar los acontecimientos (el plató). La voz en off que utilizan Mapa Sonoro, Mapa Sonoro.doc, Sputnik y el documental de Música Moderna, antes era un presentador, el cual compartía -en ocasiones- cierto protagonismo con los artistas. Se termina así la posibilidad de que el conductor del programa sea un mero busto parlante (Herreros, 2010):

La primera premisa la tenían clara en Goroka [productora que realiza Mapa Sonoro para TVE]: fuera presentador. Tal vez el recurso de la voz en off empleado en ‘Mapa Sonoro’ se haga raro al principio, pero, con sus pros y sus contras, acaba siendo más natural que la euforia desbordante e injustificada de jóvenes presentadores que parecen pedir a gritos un valium.

Los recursos narrativos que utilizan los programas de nuevo formato (como la estética de road movie de Mapa Sonoro) otorgan agilidad y originalidad al programa. Si antes eran los propios espacios los que emitían videoclips, con Mapa Sonoro, Mapa Sonoro.doc, Sputnik y el documental de Música Moderna advertimos una influencia de la misma narrativa del videoclip en dichos programas-documentales14. Si en La Edad de Oro, Musical Express o Música Sí, la ubicación en plató daba continuidad al programa, ahora la fragmentación ha pasado a ser la nota dominante dentro de Mapa Sonoro y Mapa Sonoro.doc (diferentes escenarios, diferentes declaraciones, diferentes artistas en diversos ambientes…). Este cambio, junto con la importancia del sonido ambiente (sobre todo en los dos programas de TVE) consiguen que cada escena parezca aún más real, haciendo que el espectador conozca a los músicos en su verdadero hábitat, “de la forma más natural posible, ensayando, tocando en la calle, cortándose el pelo o enseñándonos su barrio” (Ibid, 2010).

El plató de La Edad de Oro podría ser considerado (Estabiel, 2008) como “un tercer punto de encuentro. Porque si la galería Moriarty servía de lugar de reunión vespertino y la sala Rock-Ola concentraba el ambiente por las noches, La Edad de Oro era la cita semanal con las cámaras”. Ahora que internet ha traído a la música el fin de las fronteras espacio-tiempo, incluso (Verdú, 2012) el “entierro de las escenas musicales” -en cuanto a localización se refiere-, la televisión ha hecho lo propio con los programas musicales: ha enterrado un lugar de ubicación fijo y ha roto con las coordenadas de espacio tiempo para acercarse a cualquier realidad musical (de cualquier punto del planeta) y narrarla. En un momento en el que se crean nuevos grupos, nuevas canciones y nuevas etiquetas cada minuto (Breu 2010: 16) “el documental permite entrar en un territorio de reflexión y de calma intelectual, de serenidad y quietud frente a la perspectiva del ruido ensordecedor, la digresión, la dispersión, la alienación y el horror ético de los productos de la cotidianidad televisiva”

Es una práctica reiterada (Viñuela, 2009: 15) “asociar la televisión con lo comercial y lo fútil y el cine con una forma de expresión trascendente”. Con las nuevas narrativas de los programas musicales, la televisión se acerca más al cine y lo hace a través de un binomio que parecía estar en peligro de extinción en la pequeña pantalla: música y periodismo.”

En Cuba pienso que:

  • Los programas musicales en general tienen un formato viejo, algunos que difunden buena música están montados en una plataforma de los años 70 del siglo XX.
  • Conductor(s) o conductora(s) tienen que formar parte de un show que los involucre desde el guion, generalmente no sucede así.
  • El uso de luces inteligentes o escenografías virtuales, no siempre lo tecnológico es sinónimo de modernidad y abundan “sin ton  ni son”.
  • Se impone el uso de las redes si se quiere atraer a una parte del público juvenil que cada vez tiene más acceso a conciertos de cualquier parte del mundo.
  • En el caso de Cuba el humor en un show musical es vital.
  • No se concibe que en la Isla de la Música no existan en abundancia programas verdaderamente revolucionarios, que son los que sientan al televidente en el sillón, no los que se llenan de consignas.

Y por último dejo esta pregunta a los directores y directoras musicales ¿Qué necesitan para buenos show?.   Y Ud, lector, tiene la palabra para opinar. Quizás con  todos sus comentarios volvamos rápido sobre el tema.

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