Ya son cerca de las doce de la noche y se sienten los últimos acordes de una canción: la gala ha terminado, solo unas horas han resumido meses de desvelo y debate. Intentas levantarte y volver andar; pero no puedes, el asiento te amarra por segundos y te pide contener la inercia. En ese instante piensas en los diseñadores, carpinteros y montadores que durante semanas se aferraron a ese espacio para crear aquellos escenarios; recuerdas las ¨tías de cocina¨ que preparando la merienda del cierre ni siquiera pudieron acercarse entre bambalinas; piensas en los choferes que apenas y tocaron  el pavimento en las últimas noches; en los productores y asistentes aferrados a cada  detalle e ingeniado soluciones con los directivos. Te percatas que nadie los menciona.  En los pasillos el espectador saca sus conclusiones y comienza la reflexión constante de lo que pudo ser y ya no es.

 

Inmóvil, reconozco entre la multitud los gestos agotadores de todo un equipo de trabajo al cual Superman no creo hubiera podido superar. Y es que, apresurados por el disfrute, muchos olvidan que tras cada obra hay seres humanos que se esfuerzan, o más bien, se desgarran, para que cada año el escenario del Karl Marx se vuelva una opción tentadora. Críticos y periodistas, no advierten que  hay hombres y mujeres (padres e hijos) que nunca estarán frente a una cámara de televisión exhibiendo una sonrisa o un galardón y solo por eso ya  nadie los reconocerá. Esos son los silenciosos, los que perdidos en la aglomeración de comentarios e inconformidades, desean incesantemente que todo haya salido bien. Seres  que en muchas ocasiones, vencidos por la pasión de lo creado, dejan caer una lágrima ante el desatinado participante que no encontró un mejor espacio de catarsis que el propio espectáculo.

Y es entonces que recupero las fuerzas, me levanto, sonrío y le doy el abrazo al compañero, lo felicito y mientras su  rostro se ilumina, comprendo que no hay mayor premio que la gratitud.

 A todas las personas que hicieron posible la gala de los Premios  Lucas en el  Karl Marx el pasado 29 de Noviembre: MUCHAS GRACIAS

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