Entrevista a Mayra Zaldívar Aguilera, destacada periodista y realizadora de documentales
“La esencia del género audiovisual consiste en apropiarse de una parte de la realidad, recrearla artísticamente y hacerla un producto atractivo y sensible, que haga reflexionar a las personas”. Con estas palabras la periodista y realizadora de documentales Mayra Zaldívar Aguilera dio inicio a un diálogo diáfano que nos permitió adentrarnos en un mundo donde lo que realmente importa es el interior de las personas.
Su formación académica como Directora de Televisión se inicia en la Fílmica de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), donde un grupo de jóvenes como Alejandro Pérez, Aldo Alderete y Néstor Cabrera comenzaron a realizar documentales con temáticas que abordaban los conflictos bélicos. Sin embargo, cada cual se propuso buscar su identidad como realizador.
Mayra sintió la necesidad de apropiarse de las esencias humanas para volcarlas en una obra artística que hiciera reflexionar al público.
De esta etapa de su vida se desprenden los documentales Mi amigo Fabio y Dos rostros en Orlando. En ambos, la realizadora se aproxima a la desmitificación del héroe, a partir de personajes que, más allá de dar a conocer sus proezas, su heroicidad en el ámbito militar, resaltan al ser humano con conflictos, inquietudes y necesidades afectivas.
Dos rostros en Orlando fue el proyecto que le valió el título de Licenciada en Periodismo; documental inspirado en el Héroe de la República de Cuba Orlando Cardoso Villavicencio, quien hacía poco tiempo había llegado a la patria después de haber permanecido 13 años en las cárceles de Somalia, en África.
“Él recibió honores militares después de haber sido intercambiado en un canje de prisioneros, y nos interesaba la visión de cómo pudo soportar tanto tiempo de soledad, a qué resortes emocionales pudo aferrarse para no cometer un acto de suicidio, cómo logró escapar de una situación límite que pudiera llevarlo a la demencia. Cuando comenzamos a conversar yo le dije que lo más importante era buscar a ese ser humano, al gran hombre que había leído tanta literatura durante esos 13 años. Me confesó que quería ser un gran escritor. Hoy en día es un gran escritor de cuentos infantiles”, rememora de su ópera prima Zaldívar.
A partir de estas vivencias en la Fílmica de las FAR, su academia, junto a otros grandes realizadores como Alejandro Pérez y Niurka Pérez, Mayra Zaldívar ha concentrado su carrera en realizar documentales de temáticas humanistas que traten conflictos contemporáneos. Entre ellos se encuentra Vida, donde recrea la existencia y el trabajo de Mabel Cedeño, joven discapacitada y ex actriz de la compañía teatral La Colmenita, quien ya tiene su propio taller teatral como directora.
“Este documental fue muy importante para mí, pues qué mejor logro que el arte dentro del arte; hacer un audiovisual donde se reflejara cómo el arte se pone en función del mejoramiento humano. El audiovisual, una experiencia única, se dio a conocer en un evento de Pedagogía y causó tal sensación que comenzaron a venir primeras damas de otros países, sobre todo de América Latina, a apropiares de esas experiencias porque se dieron cuenta de que los niños con discapacidad son normales y en ese momento el arte los igualaba, no marcaba las diferencias y los ayudaba en su desarrollo y evolución psicomotora”, apunta la creadora.
Según recuerda, las campañas realizadas a partir de estas experiencias tuvieron gran repercusión en Venezuela y los países del ALBA. Vida obtuvo, además, importantes galardones como el Premio Nacional de Periodismo, el Premio de la Aclifim, y marcó una pauta dentro la carrera de la destacada realizadora, pues le permitió perfilar su trabajo enfocándose más en los problemas contemporáneos.
Raíces de Olivos, migración andaluza en Cuba, es un documental sobre el conflicto de la identidad de los andaluces en Cuba. A pesar basarse en un testimonio histórico, la autora no deja de plasmar la parte humanista: el conflicto de identidad, el desarraigo, hasta qué punto los emigrantes se sentían más andaluces que cubanos y viceversa.
“Este documental surge a partir de que yo fui corresponsal extranjera da la revista Andalucía por el mundo. Escribí varios artículos sobre la presencia andaluza en la Isla, las plazas de toreros en Cuba, personalidades tales como Federico García Lorca, Juan Ramón Jiménez.
“De la investigación que tuve realicé para escribir dichos artículos surge este documental que demuestra cómo los cubanos tenemos mucho de los andaluces, por ejemplo el baile flamenco, el juego de barajas, la manilla, la peineta, las argollas. Aditamentos que fueron introducidos en el país por los andaluces”.
El envejecimiento poblacional que existe en Cuba, donde se estima que para el 2050 la mitad de la población tenga edades avanzadas, ha motivado a Mayra Zaldívar a realizar un documental que aborda tan sensible tema como la soledad en la tercera edad.
Tal tópico está presente de una forma u otra en cada núcleo familiar. Sin embargo, más allá de crear estrategias o proyectos para llamar la atención sobre ello, el objetivo fundamental de este audiovisual es resaltar la parte humana, valorar desde el punto de vista familiar qué tipo de atención merecen los ancianos, cuál es el tratamiento que se les debe brindar, ya que la causa principal de que ellos busquen un refugio, un lugar para interactuar, es precisamente la falta de afecto, la incomprensión de sus familiares, las pérdidas, las fracturas en el hogar, la falta de atención y, sobre todo, la necesidad de volver a sentirse importantes.
Con 27 minutos de duración, Destinos, desde el punto de vista de producción, fue un documental de bajo presupuesto pues se realizó en un Hogar de Ancianos. Fueron escogidos cinco testimoniantes, entre ellos se encontraba una anciana de 99 años de edad que perdió a dos de sus hijos y los otros dos se encuentran en los Estados Unidos y ni siquiera se comunican con ella por teléfono.
También aparece una pareja de artistas circenses que aman la vida hasta el último instante y plantean que van a ser felices juntos hasta que la muerte los separe. En el documental hacen una exposición circense de payasos lo que constituye una paradoja, una doble lectura sobre cómo ellos son capaces de alegrar la vida a quienes lo necesitan con su arte y están en ese lugar al mismo tiempo para sentirse vivos y útiles.
“Es un documental para la familia que ojalá pueda llegar a todos. Tuve la suerte de poder contar con un colectivo muy profesional y coherente que supo integrarse para lograr una obra convincente, capaz de llegar al núcleo familiar”, concluye la realizadora.