La Columna
- Detalles
- Escrito por: Frank Padrón
- Visto: 67
Billy Lozano es un músico que pasa por una etapa difícil en su vida personal y profesional, cuando una nueva vecina, fan de la fracasada banda que integró, lo empuja a retomar el micrófono.
Se trata de la comedia que estrenamos recientemente en “De Nuestra América”: Amor y matemáticas, de 2022, y dirigida por la mexicana Claudia Sainte-Luce.
Partiendo de un guion agudo e ingenioso que escribiera Adriana Pelusi, la cineasta, a quien debemos otros títulos de no poco interés como Los insólitos peces gato, La caja vacía o El reino de Dios, erige una obra que desde los minutos iniciales equilibra humor y romance, dentro de una historia que puede resultar caótica y un poco anárquica pero que conserva el ritmo y la coherencia durante su desarrollo.
El filme combina de manera satisfactoria tanto la proyección de lo íntimo y personal (los límites capaces de trascender alguien por validar la autoestima y explotar sus potencialidades humanas y sociales) como lo más general, al emitir una sátira no demasiado corrosiva pero en definitiva funcional a la vida suburbana y el vacío y las limitaciones de la clase media alta en el México de hoy mismo, aunque el alcance trascienda esas coordenadas temporales y espaciales.
De cualquier modo, el relato , dentro de la ligereza de su tono y la ironía de su intención satírica, no deja de solidarizarse con la vulnerabilidad humana y sus desafíos, para lo cual diseña situaciones y personajes que van más allá de clases y especificidades desde una perspectiva esencialmente ontológica que borda desde una escritura tan divertida como inteligente, plasmada en una puesta donde la mayoría de los recursos se explotan con suficiente eficacia y donde sobresalen las actuaciones de Roberto Quijano, Diana Bovio, Daniela Salinas y el resto del elenco.
- Detalles
- Escrito por: Frank Padrón
- Visto: 211
Estrenamos recientemente en “De Nuestra América” la coproducción entre Colombia y España Del otro lado del jardín, que realizara en 2024 el productor y guionista Daniel Posada nacido en Cali
Los debates éticos e incluso legales en torno a la eutanasia y el suicidio asistido aun sacuden varias sociedades, pues no todas aceptan la polémica decisión de una persona que por algún motivo personal (casi siempre asociado a enfermedades terminales) decide poner fin a su vida con la ayuda de algún familiar o amigo.
Hace poco Almodóvar abordó el tema en su más reciente filme La habitación de al lado y lo hace también el productor y guionista Daniel Posada en esta, su primera experiencia tras la cámara
Para ello se basó libremente en el texto autobiográfico de Carlos Framb, también personaje protagónico del filme, a partir del guion coescrito sobre aquel con el español Ignacio del Moral (Los lunes al sol), en torno al proceso que se lleva a cabo contra ese poeta que decide cumplir el pedido de su madre anciana y enferma, quien se debate entre sus convicciones cristianas y la angustia por su enfermedad, sobre asistirla en la muerte auto inflingida, algo en lo que el poeta y profesor decide, en vano, acompañarla después.
Del otro lado… alterna las sesiones del juicio con retrospectivas que muestran situaciones anteriores a los hechos que lo motivaron, e involucra a personas como el hermano del protagonista, su ex amante -quien también solicitó pasar por tal experiencia-, la implacable fiscal de la acusación , quien va madurando y sensibilizándose con el caso, el abogado defensor y otros personajes que de un modo u otro tienen que ver con Carlos y su madre.
En su ópera prima, el director consigue, apoyado en un excelente montaje que ensambla a la perfección pasado y presente, armar un relato que capta la atención del espectador desde los inicios. A pesar del interés que motivan las muchas escenas del juicio, el filme va mucho más en su objetivo de concientizar el derecho de toda persona a tomar esas difíciles decisiones incluso involucrando a otros, de invitar a la reflexión acerca de la relatividad en los criterios sobre el hecho (¿crimen, realmente¿) y en los parámetros morales y legales a a la hora de emitir juicios fuera y dentro de las cortes (puede apreciarse por ejemplo, la división de la opinión pública en las afueras del Juzgado).
De modo que estamos ante un guion notablemente escrito, con diálogos y situaciones muy bien armadas y personajes, tanto principales como secundarios diseñados con rigor sicológico y pertinente desarrollo dramático, sobre lo cual se erige una sólida puesta en escena, donde todos los elementos técnicos y expresivos se ponen en función del discurso.
A ello se suman las convincentes y centradas actuaciones de Julián Román, Juana Acosta, Luis Fernando Hoyos, Christian Tappan y esa gran dama del cine colombiano que es Vicky Hernández, en el papel de la madre.
Filme difícil , contundente en su tesis, analítico y propiciador de la polémica en temas bien álgidos sobre la vida y la muerte.