(La gestación)

En 1949, cuando Goar Mestre lanza el detonante que desatará una guerra de titanes por emitir   la primera señal televisiva en la isla, Gaspar Pumarejo no está preparado para enfrentárseles en tamaña empresa. Ha fracasado en su intento de convertir a Unión Radio en un sistema cooperativo de emisoras, en cuya planta matriz  se grabarían los programas que  luego serían distribuidos en discos a los eslabones provinciales[1]. Sus empeños por vender la estación en quiebra a otros empresarios también se habían  hundido. Se aferra, entonces, como única  tabla de salvación, a probar con la naciente industria de la TV.  Por otra parte,  mientras los Mestre prometían señal televisiva a corto plazo,  Amado Trinidad callaba ante la caída en picada de su RHC Cadena Azul y los Fernández –dueños de Radio Progreso- no parecían interesados en el nuevo medio,  Pumarejo maquinaba cómo adelantarse al emporio de la poderosa familia santiaguera de la cual había sido un cercano colaborador y que, en un momento de esplendor, lo habían echado a la calle.

 Abel y Goar Mestre habían estudiado en la prestigiosa universidad norteamericana de Yale. Goar hace primero el Higth School y luego se recibe de Bussines Administration.  Conforman un dueto ideal para acometer el negocio de la TV en Cuba, una vez que se han asentado sólidamente  con la radio y poseen la que ya es una empresa cardinal para la radiofonía latinoamericana: el monopolio de la CMQ que comprende, además, a Radio Reloj y CMBF Radio Musical Nacional. Han dado un golpe de efecto cuando erigen el impresionante edificio de Radiocentro en un lugar estratégico del Vedado: la cima de la colina por la que la calle 23 desciende hacia el malecón.  Es, sin dudas, un sitio privilegiado frente al cual se levantará, unos años después, el Hotel Habana Hilton (hoy Habana Libre) Además de encontrar capital entre algunos adinerados empresarios cubanos y mexicanos, los Mestre cuentan con la posibilidad de adquirir equipamiento de uso – aunque en muy buen estado- en los Estados Unidos con la empresa Dumont.   Previsores y competentes como eran, envían en 1949 a un grupo de técnicos a USA a adiestrarse en el manejo de la nueva tecnología por el término de un año.

Pumarejo acude a la firma RCA Víctor –de la cual ha sido representante en Cuba- para comprar, también, equipos de uso. Sus suegros ponen a su disposición un palacete que poseen en Mazón y San Miguel, donde se improvisan dos estudios: uno en los bajos y otro en la terraza, casi al aire libre. Una unidad de control remoto permitirá transmitir juegos de pelota y algunos espacios que se realizarán en teatros alquilados al efecto.  .

Los Mestre comienzan a acondicionar estudios de radio  en el edificio Radiocentro para los fines televisivos.  De los dos mayores que dan a la calle 23, uno será el primer "gran”[2] estudio de nuestra TV. La azotea de Radiocentro  acometen la instalación de una torre que aún hoy presta servicios.

Ya todo está listo, al parecer. Amado Trinidad baja unos grandes cajones frente a Cadena Azul. Ahí vienen –declara a la prensa-  los equipos de TV de mi emisora. Se han demorado porque yo le daré a Cuba la TV a color. Pumarejo, ni corto ni perezoso anuncia que los equipos de TV de su canal son tan modernos que, con tan solo girar unos botones a un lado, se convierten en TV a color. Cadena Oriental de Radio anuncia que también inaugura su televisión.

Los Mestre callan. Días antes de la inauguración del canal de Pumarejo, Goar Mestre reúne a sus técnicos. Tiene una sola pregunta que hacerles: ¿Podemos sacar nuestra señal al aire  antes que Pumarejo con mejor imagen que él? La respuesta es un rotundo no. La explicación es clara: hasta tanto no se haya concluido la torre y esté en explotación,  la imagen de la CMQ Televisión será tan deficiente como la de su competidor.  Goar Mestre traza ante sus asombrados interlocutores una estrategia: Vamos a demorarnos con el fin de que Pumarejo cree dos mercados: uno es el del público televidente que comenzará a adquirir telereceptores; el otro es el de los anunciantes que apostarán por la publicidad en televisión. Entonces saldremos nosotros al aire con mejor imagen, tendremos público y anunciantes  y acabaremos con Pumarejo  en muy poco tiempo. En paz absoluta esperó la familia Mestre la inauguración de la TV en los improvisados estudios de Mazón y San Miguel. No hubo declaraciones al respecto. Solo silencio y sonrisas enigmáticas. La  batalla no concluiría con la inauguración. Tenía su meta un poco más allá, cuando la imagen televisiva de CMQ fuera lanzada al aire.



[1] Gaspar Pumarejo, Wikipedia

[2] En realidad es pequeño, pero desde él se emitirán grandes espectáculos como “Jueves de Partagás” y  “Cabaret Regalías” cuando los dos grandes estudios del FOCSA aún no existen.

 

 

 

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