En pantalla

 Repaso de mis experiencias como guionista de la sección histórica en ese programa

Aunque el famoso Carlos Gardel cantaba que “veinte años no es nada”, dos decenios continuos realizando un programa de televisión semanal en la televisión abierta cubana –vista por la mayoría de nuestra población– es una tarea descomunal.

Por ello, en este importante aniversario, me permito revivir lo que significó para mí integrar por tantos años este colectivo artístico.

Mis investigaciones históricas sobre el origen de la  telenovela cubana me lanzaron de lleno al universo sorprendente de la Industria Cultural del siglo XX cubano, donde fueron relevantes la radio, la televisión, la publicidad, el espectáculo teatral y sus protagonistas.  

A inicios de los años 2000, Sonia Castro Ferrer –Directora general de Entre tú y yo– me propuso escribir la sección histórica iniciada por Pedro Silvia, en la cual entonces José Corrales desgranaba también sus anécdotas sobre la gente, los programas y los sucesos radiales-televisivos de antaño.

Durante más de dos decenios de trayectoria televisiva, yo había analizado la opinión pública de las audiencias en Tele Rebelde, asesorado los programas Contacto, Mujer y disímiles  producciones foráneas informativas, educativas, culturales y dramatizadas.

Aunque también fui guionista de Onda TR –informativo variado con entrevistas en exteriores– hacerlo en Entre tú y yo “era harina de otro costal”, pues demandaba un conocimiento profundo de los medios de comunicación, sus protagonistas o testigos, que aún no poseía.

Por añadidura, implicaba ganarme el respeto de un profesional mediático y ser humano inteligente y complejo como el inolvidable José Corrales: lo cual no parecía tarea fácil. El tiempo me demostraría que sería yo quien más aprendería en este proceso creativo.

Entre tú y yo ha sido uno de los pocos proyectos institucionales televisivos donde se informa y anuncia sobre la producción radial-televisiva y su gente.

Más allá del segmento histórico, devino plataforma múltiple que  privilegiaba el  respeto y la dignificación de nuestra historia y de la trayectoria colectiva de hombres y mujeres.

Hasta entonces –salvo raras excepciones– nuestra programación priorizaba la promoción de los agentes, artes, disciplinas, ámbitos y figuras externas y hasta parecía avergonzarnos hablar de nuestra historia.  

A su colectivo artístico le amenazaban –entre otras– la oleada de artistas, técnicos y funcionarios que entraban o salían de su quehacer habitual.

Se trataba de un grupo complejo, variado, inteligente, creativo, valiente, experimental, dialéctico, tozudo pero también sensible y solidario; pese a que no siempre las propuestas y resultados transitaban como “miel sobre hijuelas”, resistió quimeras, carencias productivas, imposiciones temáticas poco felices y numerosos intentos de retirada definitiva de la programación.

Allí creé las secciones Figuras de siempre y Homenajes, que se nutrían de mis resultados investigativos precedentes y de los archivos personales y entrevistas realizadas cada semana a innumerables hombres y mujeres de la radio y la televisión. En este proceso redimensioné mis estudios históricos de este universo.

El encuentro personal intensivo con ellos aceleró mi conocimiento de las esencias y matices de sus historias de vida y de los sucesos que protagonizaron durante decenios.

Esta relación profesional-humana dio alma, vida y sentido a las pistas detectadas en mi investigación histórica documental; aprendí a respetar, admirar y querer a generaciones forjadas en la versatilidad, el talento, la consagración y la disciplina. Algunos me privilegiaron luego con su auténtica amistad hasta el fin de sus días.

Por permitirme aprender tanto, por su utilidad y sus virtudes, siempre agradeceré la oportunidad que fue para mí Entre tú y yo.  

Dos décadas después sigue demostrando que  aunque perfectible,  es necesario y preferido.

¡Felicidades!