La TV cubana presentó el pasado sábado, en su espacio “Espectador Crítico” (CE) que escribe y conduce la colega Magda Resik, el filme francés La vieja dama indigna, realizada por el veterano René Allio (Pierre y Paul, Regreso a Marsella, Tránsito…) en el lejano 1965.
Partiendo de un relato de 1935 escrito por Bertold Bretch -autor preferido por el director, quien también llevó a la pantalla grande El círculo de tiza caucasiano, ese mismo año, y al siguiente El alma buena de Setchouan)-, sigue a Madame Bertini, señora madura que al enviudar tras una vida consagrada a su esposo y familia, decide cambiar su rumbo y disfrutar lo que hasta entonces no pudo, de modo que con dos amigos inseparables (una prostituta de barrio y un zapatero anarquista) se lanza a aventuras que la revitalizan para consternación de sus tradicionales y escandalizados hijos y nueras.
El cineasta respeta el “distanciamiento” típico del autor , exponiendo los hechos sin juzgar, en espera de que el espectador sea quien lo haga. Con un estilo semi documental, en un blanco y negro que concentra sin distracciones la sicología de los personajes y sus peripecias, deudora de la Nouvelle Vague en no pocos de sus encuadres, planos y en general narrativa, La vieja dama…se hizo sentir en festivales importantes, como Venecia, Acapulco y Río de Janeiro, donde tanto el filme como su protagonista -la consagrada actriz de cine y teatro Silvye Lanoux- obtuvieron más de un reconocimiento.
La crítica a los convencionalismos de la pequeña burguesía -tan fustigada por Bretch- con sus prejuicios y su pacatería, desafiados por la actitud liberal y audaz de Madame Bertini; la reivindicación de sujetos marginados en la escena que en el relato se comportan mucho mejor con aquella que sus propios parientes, es plasmada por el escritor con la ironía y agudeza habituales en su teatro, algo aprehendido y trasladado por Allio en la lectura fílmic¡A cincuenta años de su estreno, la cinta mantiene su frescura y fuerza, a lo que contribuyen las actuaciones no solo de la actriz protagónica en su carismático y riguroso desempeño, sino también de sus colegas Victor Lanoux, Etenne Bierry, Pascale de Boysson, Jean-Louis Delanne y el resto del bien elegido elenco.
Por tanto fue muy oportuno esta suerte de homenaje que a través de uno de sus espacios fílmicos le dedicara nuestra TV, además de ofrecer la oportunidad a las jóvenes generaciones de conocer muchos de los clásicos cinematográficos, algo que también hacen como es sabido “Historia del cine”, “Letra fílmica” y otros programas especializados.
Sin embargo, hubo al final un desliz técnico: finalizada la proyección y tras los créditos, la película se reinició a partir de la segunda mitad aproximadamente, algo que sorprendió a ese televidente que no cambia el canal o apaga el televisor tan pronto aparece la palabra fin. No es grave , claro, pero debe estarse atentos a estos detalles que delatan descuidos en las trasmisiones televisivas.