Locutora casi desde la cuna, Dalgis Román Aguilera se inició en la radio en programas infantiles. A la televisión llegó gracias a la iniciativa de crear los telecentros provinciales. Y en ese sentido Dalgis me escribió “El nuestro cumple el próximo 30 de diciembre 15 años. Quiero pedirle que escriba sobre Tunasvisión. Cada uno de los cuatro realizadores nominados a premios en esta edición del Festival somos solo una parte del resultado de tantos años de trabajo, donde el amor, la proximidad de la gente y la creatividad, han logrado que cosechemos muchísimos premios, y lo más importante ¨el cariño y respeto de los tuneros¨. En el festival de televisión reciente los cuatro realizadores de Las Tunas fueron premiados. Dalgis, junto a Niuver Rodríguez, ganó en testimonio con la obra Una mujer. Tiene razón de que su colectivo es muy bueno. Pero sigamos con ella.
De vacaciones es un programa que recuerda con cariño “Dirigí y escribí ese programa para niños con gran aceptación.” Dalgis ha incursionado en el documental, la entrevista y el testimonio. Se ha preparado muy bien en su profesión y conseguido numerosos premios.
- ¿Por qué la locución?
Soy una comunicadora. Conducir programas de radio, era de niña, mi juego favorito. Podía pasarme horas presentando musicales, saludando a los amigos y compartiendo mis opiniones con los ¨oyentes¨. Luego aprendí a querer a Consuelito, a disfrutar sus diálogos cubanísimos con Cepero o Pinelli... sentía como hacían felices a la gente, la proximidad era tan auténtica que lograba una atmósfera de complicidad con los televidentes. Mi generación tuvo muy buenos referentes en los dos medios. Nunca tuve dudas de mi orientación vocacional, creo en el poder de la palabra. Trabajo sintiendo ese placer que nos reporta jugar.
¿Cómo llegas de niña a una emisora?
Fue a través de un Círculo de interés de radio en el Palacio Provincial de Pioneros, aunque ya desde la escuela yo presentaba los actos, los matutinos. Luego fue sencillo, necesitaban una nueva voz para un programa infantil y me captaron. Fue a los 11 años.
- ¿Que programas prefieres "decir"?
Los que me permitan aportar, no es una condicionante el tipo de programa. Puedo sentirme muy cómoda en un espacio cultural, pero también disfruto los informativos. Aunque en verdad, lo que me apasiona es la animación (lamentablemente se diseñan muy pocos espacios de este corte... pero eso ya es otro tema). El guión es un valioso instrumento, pero la comunicación va más allá de las palabras escritas para ser repetidas o del cuestionario preconcebido.
- ¿Qué importancia le concedes a la locución en un programa radiofónico o audiovisual?
Es protagonista. El locutor salva o condena el programa, sin diferencia de medios.
-¿No te gusta dirigir además?
Sí y lo he hecho. Pero no me confundo, soy locutora, dirigir es otra arista en mi necesidad de comunicarle cosas a la gente.
- Se dice con alguna razón que se está matando al español ¿qué piensas de esa polémica?
La palabra también se transforma y tiene códigos generacionales. A lo que no debemos renunciar a su papel trasmisor de sentimientos, a su capacidad de estremecer y mejorar al ser humano. Hay que dedicar más tiempo al diálogo sincero, por todos los medios y espacios (y aquí incluyo escuela, la familia y otros escenarios...) Así estaríamos salvando a las personas y a al idioma.
- ¿Cuales condiciones debe tener un locutor (a) o conductor(a)?
Dando por sentadas las características que nos miden en los cursos introductorios (voz, dicción, articulación, dominio escénico, entre otras) y que luego se convierten en parámetros de evaluación artística. A mi juicio un locutor (a) tiene ante sí dos retos fundamentales: la autenticidad y la preparación.
- ¿Qué papel le concedes a la cultura además de la voz y el carisma que debe acompañar a un locutor(a) o conductor(a)?
Para comunicarse hay que tener “algo” que decir. No se puede elaborar un mensaje para un público culto y convencerle, si no estás a su nivel. La gente ¨siente¨ más allá de ver u oír, ahí está la autenticidad. La cultura que tengamos nos define, y estoy segura que hablamos de lo mismo al responder su pregunta. Cultura que va más allá del grado de escolaridad. Hablo de valores, de civismo, de cubanía, de información sistemática. El comunicador es un formador, es un referente social.
- ¿Que te llevó a realizar “a cuatro manos” Una mujer?
Fue cuestión de circunstancias. Niuver y yo estábamos revisando una documentación de la Comisión Aponte de la UNEAC (ella la preside en las Tunas, y yo soy vice del Comité Provincial) cuando entró a hacernos una pregunta la protagonista del testimonio, fue como una revelación. Llevábamos años conviviendo con su historia y ahora la vida nos la ponía de frente, en momentos en los que de manera crítica revisábamos cuán poco hacemos los medios con el casi silenciado tema del racismo en cuba. Surgió la idea, y para nuestra sorpresa Menfesí se mostró deseosa de dialogar al respecto. Así nació Una mujer. Admiro a Niuver como mujer y como realizadora, tenemos muchos criterios estéticos en común, y además somos excelentes amigas. Este no es nuestro primer trabajo juntas.
-Otro aspecto que no te haya preguntado y desees aportar.
Volviendo a la locución, es necesario que nos tomemos más en serio la captación de niños y jóvenes para esta profesión. No podemos conformarnos con los cursos de habilitación para universitarios, que por demás escasean y no permiten toda la preparación que se requiere. La cantera está en edades más tempranas. Es hora de que se piense en otros espacios, quizás un colegio para locutores. La Resolución 26 del 2014, recientemente puesta en práctica en nuestro instituto menoscaba nuestro papel. La remuneración salarial disminuyó en más de un cincuenta por ciento y somos la especialidad más desfavorecida en ella. ¿Por qué? se subvalora nuestro papel y su trascendencia social.