Con un título peculiar, La Majomía, cautivó a los públicos el programa transmitido por Cubavisión, el martes, a las ocho y cuarenta y cinco.

Tras once emisiones desapareció del aire. Reflexionemos sobre su impronta. Fue la descarga entre músicos jóvenes y consagrados el hilo conductor de cada encuentro.

Un excelente motivo para recordar, que, en su carácter de música improvisada, o de improvisaciones sobre un montuno, ya en los años 30 se descargaba en las orquestas danzoneras.

La improvisación existe en el son, la rumba, el punto guajiro, la música instrumental, en casi todo el universo rítmico cubano.

El programa propició ver y escuchar a músicos jóvenes talentosos poco conocidos o no visualizados en los medios de comunicación. Sus músicas, ideas, pensamientos y análisis sobre los procesos creativos iluminaron notables aciertos en La majomía.

A cargo del difícil rol de la conducción, Darianis Palenzuela, Ernesto Casanova y Ariel Zamora, fueron naturales, espontáneos, al seguir el guion de la talentosa Lil Romero y la dirección artística y general de Alain Finalé.

Durante la marcha el equipo creativo perfeccionó detalles de la puesta televisual. Sin perder el rumbo patentizó la valía del aprendizaje en provecho del arte.

Pensemos en la música que escuchamos hoy. ¿Cómo será la del futuro? ¿Tienen acceso las audiencias a la diversidad de géneros, estilos, tendencias, incluso a las modas efímeras?

Una, otra vez, volvamos a una idea esencial: la cultura es amplia, rica, infinita. Abundan las novedades, el interés por mantener las calidades de la composición y de la interpretación, el deseo de avanzar. Pero, las intenciones no bastan, quedan vías por descubrir y transitar.

Así lo patentizó, La majomía. Hizo meditar sobre temas discutidos en reuniones del Consejo Nacional de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, donde los miembros de la Asociación de Músicos, han manifestado preocupaciones respecto a la situación del movimiento sinfónico a nivel nacional.

Para ellos, existe un retroceso desde lo conceptual hasta lo relacionado con las sedes de las orquestas, la política de repertorio y la programación.

Ciertamente, ni la curiosidad ni la imaginación pueden cortarse, al contrario. Según la sabia maestra Marta Valdés: “Bendita la sabiduría conquistada por el aprendizaje que no tiene entre sus planes deslumbrar a nadie, sino –sencilla y llanamente- tocar un instrumento”.

Lamentamos la desaparición de La majomía. Apenas hizo gala de hallazgos, revisitaciones a géneros e intérpretes valiosos, sumó a nuevos públicos, quedó atrás su particular lenguaje.

No obstante, logró avivar la memoria y el presente de músicas buenas, sí, en plural.

Repetir esta idea es más que una majomía. Llama la atención sobre la necesidad de seguir cultivando el intelecto y la espiritualidad activos en un espacio oportuno, imperfecto, pero grato al integrar textos, imágenes y sonidos valiosos, imperecederos.

TOMADO DE RADAIO ENCICLOPEDIA

LO ÚLTIMO DEL SITIO

Articulos favoritos

Valia Valdés / Fotos: Cortesía de Tony Quiñones y Johanys Labrado
Protagonistas

Texto y fotos: Luis Casariego
Entre tu y yo

Jordanis Guzmán Rodríguez

Plataforma WEB de la Televisión Cubana Copyright © | tv.cubana@icrt.cu  |  23 y M, Vedado | Código Postal 10200 | La Habana CUBA          

SIGUENOS

CARTELERA DE CANALES NACIONALES