Como una simple “tele-espectadora” opino que De cierta manera constituye un importante avance en la profundización acerca del cine nuestro, de su mejor conocimiento y reconocimiento social. También lo es en el acercamiento a una fuente de notable valor (inclusive para la historiografía cubana), para que el público general — viejo o joven— no pierda su memoria histórica; inclusive para que el imaginario de distintas etapas y generaciones de nuestra cultura no desaparezca y también pueda ser estimado por las más nuevas.
Una clave fundamental para comprender con acierto la trascendencia del mentado proyecto cultural es su conductor Luciano Castillo (Camagüey, 1955). Crítico, investigador e historiador cinematográfico. Lleva más de quince años al frente de la Mediateca «André Bazin» de la Escuela Internacional de Cine y TV de San Antonio de los Baños; es miembro del Consejo Nacional de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba y de la Asociación Cubana de la Prensa Cinematográfica. Ha obtenido el Máster en Cultura Latinoamericana, y periódicamente colabora en revistas especializadas de Cuba, Argentina, Brasil, México, Colombia, Venezuela entre otros países. Por sus trabajos sobre cine, ha alcanzado numerosos premios y reconocimientos en concursos; además, en diversos certámenes nacionales e internacionales de cine y vídeo su participación se destaca como ponente o miembro del jurado. A él me dirigí solicitándole una entrevista breve, que aceptó con gentileza, a pesar de las numerosas tareas que ocupan su tiempo.
¿Cuándo salió al aire el programa De cierta manera? ¿Cómo surgió la idea original? ¿Cuáles son sus antecedentes?
En el próximo mes de agosto, exactamente el domingo 7, estaremos cumpliendo las primeras ciento cincuenta semanas de la salida al aire de este programa. El primero por televisión se transmitió el 12 de julio de 2008. Aunque desde el año 2004 ya se divulgaba ―con idéntico nombre― a través del éter por Habana Radio, emisora de la Oficina del Historiador de la Ciudad. Debo añadir, con plena satisfacción, que De cierta manera fue seleccionado como el mejor programa cinematográfico en el más reciente Festival Nacional de Televisión (2010). Estoy más que complacido y orgulloso por haber logrado nuclear en torno a este proyecto a dos personas que han devenido fundamentales en el nivel cualitativo alcanzado, al extremo de llegar a constituir el programa sobre cine cubano que yo mismo habría deseado ver alguna vez en nuestra televisión: el realizador y editor Mitchell Lobaina y la imprescindible asistente de dirección Tania Castro. Son dos jóvenes realmente insustituibles sin cuya consagración De cierta manera no podría salir al aire y mantenerse a lo largo de varios años.
Me correspondió crear la idea original y presentar la “Propuesta de programa especializado en cine cubano”. Su título se refiere a un filme cubano bien conocido que marcó un antes y un después en el repertorio fílmico vernáculo.
Con anterioridad al actual, otro programa que también titulé De cierta manera, fue transmitido por el Canal Educativo 1 en la programación de verano del 2005. Obtuvo tal resonancia en la crítica y el público que ganó el premio al mejor programa de cine en el II Festival Nacional de Televisión de ese mismo año. Diez años atrás, fundé y realicé como guionista y conductor el programa semanal de Televisión Camagüey, Claqueta (1991-1995), único de su tipo entonces en un canal regional de Cuba. Fui conductor del programa Cinema Europa (1997-1998) que transmitía la televisión cubana con una periodicidad quincenal. Estos antecedentes, constituyeron un entrenamiento muy útil para mi desempeño en el proyecto actual.
Le recuerdo también que existió, en algún momento anterior, una tentativa en sentido similar por parte del desaparecido historiador Raúl Rodríguez con Ojeada al cine cubano, de paso efímero por nuestra televisión.
¿Cómo definiría los objetivos y fines del programa, y de sus secciones? ¿Interactúa con el espectador de tv?
Uno de mis súper objetivos dentro de la propuesta original fue, ante todo, la creación de un espacio semanal fijo ―por entonces inexistente― consagrado por completo al cine cubano de todos los tiempos, y a todo el cine cubano, incluyendo en esta categoría: lo bueno, lo regular y lo malo. Esto último se me ha criticado, pero yo lo estimo justo; debido a la diversidad de gustos e intereses que siempre existe entre los televidentes. Es decir, me propuse dar a conocer la diversidad estilística y genérica del cine cubano, desde la llegada del Cinematógrafo Lumière a la Isla el 15 enero de 1897, hasta nuestros días. Aspiro a que se lleve a cabo un acercamiento didáctico-informativo al cine cubano, especialmente dirigido a las nuevas generaciones. En sí mismo, este espacio se oferta como una alternativa para todos los cinéfilos. Al inicio, la duración semanal prevista se limitaba a 27 minutos.
Las secciones mediante las cuales se estructuraba con mucha claridad este programa en la Propuesta antes citada, pretendían como conjunto promover el cine cubano. Cada una ellas poseía, y posee, su propio perfil, lo que permite brindar a los televidentes un amplio espectro informativo. En la Propuesta presentada se planteaban las siguientes secciones:
- EFEMÉRIDES: Reflejar las fechas significativas en la historia del cine cubano que se conmemoren en la semana de transmisión del programa.
- PRIMER PLANO: Semblanza biofilmográfica de intérpretes relevantes a lo largo de la historia del cine cubano ilustrada con fotografías, fragmentos de sus películas, etc.
- DOLLY BACK: Acercamiento biofilmográfico a la trayectoria de un realizador o técnico prominente en el devenir de nuestra cinematografía (fotógrafos, sonidistas, editores...)
- CATÁLOGO:Abordar un título significativo en la filmografía nacional con la más completa y disímil información posible.
- CONTRACAMPO: Reportajes y entrevistas a realizadores sobre películas en fase de filmación o postproducción.
- BANDA SONORA: Semblanza de un compositor que haya trabajado para el cine cubano e inclusión de una secuencia ilustrativa de su labor o de un vídeo clip en caso de una canción. *
- PANORÁMICA: Aborda temas generales reflejados por la cinematografía nacional; por ejemplo: la mujer, la historia, literatura, artes plásticas, música... y de textos relacionados con nuestro cine.
- ¡LUCES... CÁMARA... ACCIÓN!: Noticiero sobre la actualidad del cine cubano (lo que se filma, estrenos, proyectos, eventos...)
- FLASHBACK: Desde un punto de vista didáctico ofrecer información sobre la historia y evolución del cine cubano desde sus comienzos y antecedentes hasta nuestros días.
- BUZÓN DEL CINÉFILO: Sección destinada a la correspondencia con preguntas relativas a la historia del cine cubano formuladas por los televidentes, además de recibir sugerencias de nombres de personalidades y temas sobre nuestro cine a abordar en las distintas secciones del espacio.
Se puede apreciar en esta última sección nuestro interés por interactuar con el público televidente, cuyos mensajes recibimos y tenemos en cuenta para la elaboración del guión semanal. Aunque no los respondemos uno a uno. Además, se deja abierta la puerta para que en el transcurso de la existencia del programa puedan crearse otras secciones específicas, de acuerdo con las nuevas necesidades que aparezcan.
¿Cuáles son las expectativas que Ud. tiene sobre el desarrollo de la cultura fílmica cubana? ¿Hay respaldo promocional para ello?
Ante todo reitero que, a diferencia de otros países ―no solo latinoamericanos― desde siempre el cine cubano ha contado con el favor y el interés del público nacional. Es tal entusiasmo el que suscitan las películas cubanas que incluso a veces se forman colas para títulos que en modo alguno lo ameritan.
Pienso que la labor promocional y didáctica desarrollada por un programa tan excelente y efectivo como lo fuera 24 x segundo, con ese animador por antonomasia que es el cineasta Enrique Colina, se perdió con la desaparición de este espacio (tan itinerante en horarios y canales en su prolongada historia). Si a esto añadimos la casi nula existencia de cine clubes de apreciación cinematográfica en la capital del país (hay más movimiento en este sentido en las provincias de Las Tunas y Camagüey), esto incide en que la promoción, estudio y debate del cine cubano todavía sean insuficientes.
En cuanto a las expectativas que tengo sobre el presente y futuro de nuestro cine soy bastante optimista; fundamentalmente por la diversidad estilística y temática y el advenimiento de nuevas generaciones de cineastas. Solo hago un llamado de atención: pocos de ellos consagran tiempo a la asistencia a esa auténtica escuela de cine que constituyen las funciones de la Cinemateca de Cuba, se pueden contar con los dedos de una mano… y sobran varios de estos. Por tal causa, luego uno ve obras audiovisuales supuestamente innovadoras, o con defectos capitales, por la ignorancia en torno al conocimiento de la historia y evolución del cine que muchos reducen al tiempo transcurrido entre la irrupción de Quentin Tarantino y la actualidad.
¿Cuál es su formación intelectual como crítico de cine? ¿Cómo se proyecta en sus relaciones con el cine cubano, con autores (creadores), otros críticos, historiadores, instituciones culturales?
Mi formación como crítico es totalmente autodidacta. Nunca asistí a un curso o clase de cine como no fuera no perderme ninguna función de la Cinemateca de Cuba en Camagüey (e incluso en viajar los fines de semana a ver las películas programadas en la sede de La Habana). Todo lo he aprendido en la sala oscura y en la lectura de cuanta bibliografía sobre el tema he logrado reunir. Coleccioné recortes y críticas sobre cine durante diez años antes de animarme a escribir la primera, y lo hice a instancias de un desaparecido productor y director en Radio Cadena Agramonte: René del Risco, luego me animó a que las publicara nada menos que el hoy importante guionista Senel Paz, quien entonces realizaba el servicio social como periodista en el diario camagüeyano Adelante.
Posteriormente, al trasladarme para La Habana, hace ya más de quince años, he intervenido como invitado en varios programas sobre cine como: Toma uno, Arte 7, Lente XL y Espectador crítico.
Asumiéndome como promotor y fundador de cine-clubes en Camagüey, he impartido conferencias, talleres y cursos de cine en universidades y otros centros docentes e instituciones culturales de Cuba, Colombia, Venezuela, Guatemala, Argentina, España, Francia, Canadá y Estados Unidos. Participé en los Encuentros Nacionales de Críticos de Cine, efectuados en Pereira, Colombia, en 1994, 1995 y 2002 y en festivales internacionales de Cartagena, Bogotá, Mar del Plata, Guadalajara, Lima, Guatemala, San Sebastián, Valladolid y Buenos Aires. También, tuve a mi cargo las funciones de editor del catálogo y director del Diario del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano (1998-2003). Junto a Alberto Ramos, ejercí como corresponsal en Cuba de la importante publicación International Film Guide (2004-2006).
Mi experiencia profesional en publicaciones se extiende a la elaboración de textos que fueron incluidos en las compilaciones: Cuba: Cinéma et Révolution, Le Cinéma Cubain: indentité et regards de l’interieur (Francia, 2006), Hacer cine. Producción Audiovisual en América Latina (Buenos Aires, 2009) y The Film Edge: Contemporary Filmmaking in Latin America (Buenos Aires, 2010) e Hispanismo y cine (Editorial Iberoamericana-Vervuert, Madrid-Frankfurt, 2007). A lo que he podido asociar otras actividades: redactor de los textos y coordinador de los extras de la colección de DVD «Cinemateca de Cuba», editada por Impulso Récords (España). Desde 1999 hasta 2007 ejercí la jefatura de redacción de la revista Cine Cubano.
Como estudioso de la obra de Luis Buñuel soy coautor del volumen Conversaciones con Jean-Claude Carrière (Ayuntamiento de Zaragoza, 2004). Rita a tres voces (1989), fue co escrito con Víctor Gispert y Alejandro Meléndez.; Ramón Peón: el hombre de los glóbulos negros (UNAM, 1998 / Ed. Ciencias Sociales, 2003), escrito junto a Arturo Agramonte, historiador del cine cubano, con quien colaboré, además, en el Diccionario de realizadores del cine latinoamericano (Buenos Aires, 1997). El cine es cortar (2010), lo hice junto al célebre editor Nelson Rodríguez. De mi autoría individual son los libros La verdad veinticuatro veces x segundo (1993); Concierto en imágenes (1994); Con la locura de los sentidos (Buenos Aires, 1994); Carpentier en el reino de la imagen (Universidad Veracruzana, 2000 / Editorial UNIÓN, 2006), A contraluz (Editorial Oriente, 2005), objeto de una segunda edición con el título El cine cubano a contraluz (2007).
¿Cuál es la influencia del cine cubano que Ud. aprecia en nuestra realidad, en sus transformaciones o cambios? ¿Volverá a existir alguna vez de nuevo el Noticiero del ICAIC? ¿Por qué no hay más filmes musicales, en combinación o no con la danza?
No creo que el cine cubano (ni ningún otro) pueda ejercer influencia alguna sobre la realidad; todo lo contrario: debe reflejarla de algún modo e interactuar con ella y sus constantes cambios. Lo principal es registrarla en algún soporte, sea celuloide o alguno digital en estos tiempos como testimonio para el futuro.
No pienso que puedan volver a reanudarse aquellas memorables ediciones semanales del Noticiero ICAIC Latinoamericano. Entonces cumplió una función informativa incalculable y, al mismo tiempo, devino la memoria fílmica de la Revolución. El tiro de gracia recibido con el período especial significó echar por tierra tantos años de trabajo. Son incontables los investigadores que acuden una y otra vez a esta valiosa fuente en imágenes; pero transcurren otros tiempos y la inmediatez de la noticia en la televisión creo que impide toda tentativa de recuperación. Ojalá alguien se animara a hacerlo, pues sería muy bien venido por los espectadores en nuestra escuálida cartelera, limitada a las exhibiciones en formato DVD (salvo contadas excepciones) debido a imperativos económicos.
De cierta manera con Luciano
- Detalles
- Visto: 9678