Afirma Froilán Arencibia, quien celebra 25 años de trayectoria en los medios audiovisuales

“Mi corazón es de periodista. Me satisface mucho llegar al público”, asegura Froilán Arencibia, reconocido reportero, locutor y presentador que este 2018 celebra 25 años de trabajo profesional en los medios audiovisuales cubanos, especialmente dentro del Sistema Informativo de la Televisión Cubana.

En diálogo exclusivo con la revista En Vivo, comentó acerca de su procedencia campesina, pues es natural de Güines, en la antigua provincia de La Habana. Hizo sus estudios hasta la secundaria en su pueblo y el preuniversitario en el campo. Cuando terminó el pre, se trasladó para la entonces Ciudad de La Habana, y matriculó en la Facultad de Periodismo de la Universidad de La Habana.

Al terminar su carrera, lo mandaron a pasar el Servicio Social en la Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), en el periódico Bastión, donde realiza sus primeros trabajos como redactor.

Siendo miembro de las FAR, fue enviado a Etiopía como corresponsal de guerra. Allí existía la emisora Jarewar que informaba a los internacionalistas cubanos. Laboraron en ese medio radial cuatro recién graduados. En esa época Froilán comienza a practicar la locución de manera profesional en programas informativos y culturales.

No obstante sus pininos los había hecho con 17 años, recuerda, en un programa dominical que transmitía la emisora de Güines.

Considera que durante su permanencia en las FAR, participando en la guerra de Etiopía, comprende el poder de la comunicación y el valor del trabajo periodístico. A su juicio, esta fue una etapa de formación.

Recuerda con cariño los ratos que compartió con los oficiales y los soldados, que hacían la guardia nocturna en el frío desierto. Allí existía, dice, “disciplina y rigor”. Estas dos palabras lo acompañan todavía en cada una de las tareas, aunque igualmente valora que en su vida laboral y personal también influye la imprescindible educación de sus padres.

Los televidentes aprecian una imagen de Froilán frente a la pantalla, lo que no ven son las horas de preparación que tiene un locutor para ser respetado por el público, el juez más sincero y analítico.

Se considera periodista por vocación; eso le ha permitido comunicarse con las personas y obtener el cariño de ellas. En su opinión, el público cubano es inteligente y agudo.

Su táctica, que nunca le ha fallado, consiste en escuchar. Aprende todos los días. Prefiere trabajar en vivo y en programas especiales. A lo largo de su trayectoria dentro del SITVC ha sido fundador del Noticiero Dominical, en el período especial con Loly Estévez, en 1992. En ese espacio permaneció cinco años.

Luego, el 8 de marzo de 1999, participó en la emisión inicial de la revista Buenos Días. Se integró al segmento de la información cultural, junto a Loly Estévez, Esther Barroso, Julia Mirabal, Paula Pina y Leda Creagh. A partir de ese momento ese espacio se hizo estable en los noticieros.

Discípulo de grandes maestros

Agradece su formación a una serie de profesionales entre los que destaca a Eduardo Dimas, Irma Cáceres y Magali García Moré.

Señala con visible orgullo que tuvo la dicha de estar en algunos actos junto a Fidel y otros dirigentes de la Revolución. También realizó las coberturas al recibimiento de los Papas que visitaron nuestro país en diferentes años.

Muy emocionado apunta: “si no hubiera sido por Fidel, hoy yo fuera un guajirito más de mi pueblo natal”.

En medio de la conversación cuenta dos anécdotas que denotan lecciones muy relevantes para él. La primera tuvo lugar en el Gran Teatro de La Habana, durante la presentación de un festival de Ballet de La Habana. Se encontraba parado en una de las patas del escenario, junto a la Prima Ballerina Assoluta Alicia Alonso, el jefe de escena le dijo a ella que debían atrasar la presentación pues algunas personas no habían llegado. Alicia preguntó la hora de comienzo, respondió el hombre que a las 8 y 30; ella contestó: “pues que comience a la hora indicada, el público presente merece disciplina y respeto”.

Otra vez estaban Froilán y Rosita Fornés en los ensayos de una gala en el Teatro Lázaro Peña. A ella le tocaba el turno de ensayar pero llegó una orquesta y la antecedieron porque estaban apurados.

Cuando le tocó el turno a Rosita, la vedette pidió repetir sus dos números, ante el porqué del productor, ella acotó: “porque el público merece lo mejor”. Allí, sostiene Froilán, “hubo una clase de disciplina, profesionalidad y respeto hacia el público”.

Responsabilidades y compromisos

Desde el 2008 presenta el Noticiero del mediodía. Dice sonriente que no hay mejor crítico de Froilán que él mismo. Estima que en los espacios informativos debe primar la sencillez en la exposición y utilizar una buena argumentación. “No requiere poses ni extravagancias, hay que tomarlo como un sacerdocio”; esos son sus principios.

Hay una arista de este excelente comunicador que pocos conocen. Pertenece a la Agencia Artística Caricatos, representa al grupo de los tenores que comenzaron en el Roof Garden del hotel Sevilla, con Jimmy Sánchez.

Antes de concluir la entrevista, minutos antes del inicio del Noticiero del mediodía, Froilán subraya: “no hay locución nueva o vieja, solo tiene que ser buena y personal; el locutor es el responsable de hacer llegar la noticia con precisión y verdad”.

Comparte en la despedida su entusiasmo al expresar que en la actualidad encuentra el relevo en varios periodistas jóvenes; no menciona nombres para no caer en olvidos innecesarios.

Este hombre, que arriba a los 25 años de vida laboral, posee Medallas de Servicios Distinguidos de la FAR, el Premio de Periodismo Cultural otorgado por la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, además recibió la condición Artista de Mérito de la Televisión Cubana.

 

 

 

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