En pantalla

 Recorrido por algunas motivaciones que dieron lugar al nacimiento de este programa que transmite Cubavisión Internacional

La Habana, Ciudad de las columnas, inspiración constante de poetas y cantores, ha sido escenario elegido para múltiples propuestas televisivas. Ciertamente, Andar La Habana, el espacio ideado por el inolvidable Eusebio Leal Splenger, ha sido referente para el lente de muchos creadores. A cada uno se le antoja recrear la urbe capitalina desde su multiplicad de locaciones, colores, sonidos y edificaciones. A esta suma de miradas inquietas se suma el equipo de Íconos de La Habana, espacio televisivo de reciente aparición, pero con una solidez argumental que le ha permitido ganar el aprecio de televidentes de la Isla y fuera de ella.

Es por esa razón que acudimos a Maritza Rodríguez Cárdenas, conductora y creadora de la idea original del espacio, para que comente peculiaridades de este programa.

¿Cuándo y qué motivó este proyecto? ¿Quiénes componen su equipo de realización?

-Íconos de la Habana es un proyecto que inicialmente fue presentado a la dirección de Canal Habana con los nombres provisionales de Habaneando o Habáname, con el tema musical de Carlos Varela, justo por el contexto y concepto que defendía. El guion y la dirección correría a mi cargo, con la edición de Marcos Sánchez. En ese momento agradó muchísimo la idea, se presentó un programa piloto dedicado al Cristo de La Habana. Lamentablemente en ese momento, razones de índole familiar y otros compromisos de trabajo me impidieron asumirlo.

“Pasó el tiempo y lo presenté a Cubavisión Internacional, corrió excelente suerte y tomando en cuenta algunas adecuaciones técnicas y el hecho de que sería transmitido por un canal de alcance internacional, se decidió entonces centrarlo todo en la capital, ya para esta ocasión le propuse a Nicolás Flores asumir el guion y la dirección del programa. Habíamos trabajado antes, es una persona muy seria, en quien confío plenamente. Es entonces que comienza a coordinar todo un maravilloso equipo con periodistas, camarógrafos, sonidistas, choferes, luminotécnicos, el reconocido locutor Froilán Arencibia, entre otros profesionales.

“A partir de ese proyecto inicial, Nicolás crea un sello para el espacio y este toma un camino que definitivamente creo fue el mejor, y del cual estoy muy agradecida con todo el equipo. Luego de varios encuentros con César Gómez, que recibió la idea con mucho interés y Daily Sánchez, la directora de Cubavisión Internacional, se inician las grabaciones.

“Iconos de La Habana es un proyecto que nace por la celebración de los 500 años de la villa de San Cristóbal de La Habana, su objetivo principal es acercar al público de Cuba y otras partes del mundo a sitios emblemáticos de la capital. Profundizar en nuestra historia, las costumbres de época en los diferentes lugares seleccionados es otro de los criterios temáticos que tomamos en consideración, por ejemplo, destacamos cómo antaño se asumía la ceremonia del cañonazo; cómo funcionaba la universidad y las carreras que se estudiaban allí, cómo era el accionar en el Capitolio de La Habana o el Hotel Nacional, entre otros sitios escogidos. Se concibió un compendio de diez programas con aproximadamente media hora de duración, que se transmiten todos los sábados a las 12:30 m. y luego se repiten a las 11:30 p.m.”.

¿Cuál es el criterio de selección temática del espacio?

-El hecho de que la selección de las temáticas del programa se hiciera a partir del aniversario 500 de la ciudad, y esta celebración tuviera como núcleo el centro histórico, la mirada se volcó hacia ese espacio, aunque se ponderaron programas como el del Malecón, el Hotel Nacional de Cuba que, aún fuera de los límites del centro histórico, por su importancia se incluyeron. Se ha pensado seguir extendiendo las grabaciones a otros importantes espacios habaneros, pues quedaron muchos sitios pendientes, ojalá se vuelva otra vez al set para seguir mostrando esta parte representativa de nuestra historia.

Partiendo del espacio emblemático Andar La Habana, sobre la capital se han creado múltiples materiales destinados a la información y promoción de sus sitios históricos ¿Cómo lograr que Íconos de La Habana sea diferente?

-Sin dudas Andar La Habana es un excelente programa, ha quedado en la memoria por las temáticas que desarrollaba. Pudo ser un referente porque Eusebio tenía esa magia para llevarnos un producto de primerísima clase. Iconos de La Habana surge por la necesidad reverenciar a la capital y por ese amor que el propio Eusebio nos inculcó: amar y defender nuestro patrimonio es defender nuestra identidad.

“Iconos de La Habana nos hizo salir, mochila en mano, como soñadores, a rendirle tributo a esa hermosa mujer de nombre Habana, con grietas e imperfecciones, pero nuestra, y a quien tantos artistas y escritores han agasajado desde su arte. Ya decía que el proyecto tuvo cambios, y el hecho de que Nicolás Flores lo asumiera y ya no fuera yo la directora, no me resultó difícil de asumir, por el contrario, estoy feliz porque lo más importante es que se hizo y que muchas personas de Cuba y el mundo nos escriben para comentarnos su agrado, incluso estimulados de hacer algo parecido con la historia de sus respectivos países, así que nos satisface muchísimo poder llegar al público de esa manera.

“Cierto es que se han creado y continúan naciendo proyectos destinados a la información y la promoción de los sitios más emblemáticos de la capital, pero Íconos de La Habana, con toda humildad, creo que ha logrado su propio sello, que va desde el lenguaje sencillo con que aborda los temas hasta la cuidadosa factura con que se trabaja la fotografía. Del mismo modo, un cuidadoso trabajo de edición enfatiza en la precisión de cada detalle y contribuye a complementar los elementos que se enuncian.

“En ese sentido nuestro mayor desafío está en lograr que el proyecto quede para la posteridad, como símbolo de amor a nuestra Isla. De hecho, creo que en medio de tantas dificultades que vivimos a raíz de esta pandemia que azota al mundo, Íconos de La Habana no pudo haber llegado en mejor momento para hacer reflexionar a nuestra gente sobre lo importante y necesario que es conocer, amar y preservar lo nuestro; es una manera de poder vivir en un mundo mejor, con un alto desarrollo de la cultura cívica. Es la manera de honrar ese legado que nos dejó nuestro historiador Eusebio Leal Spengler, como otros tantos hombres que le antecedieron, como de la estatura de José Martí, Carlos Manuel de Céspedes, Antonio Maceo y Fidel Castro. La única tristeza que se teje alrededor de este empeño televisivo es que Eusebio no esté físicamente entre nosotros, pero estoy segura que lo estará siempre en el corazón de todos los cubanos, en cualquier lugar que se encuentren”.

¿Cómo vislumbran el futuro de Íconos de La Habana?

-Creo que esta propuesta televisiva cumplió su principal objetivo de mostrar un material que hable de nuestra cultura, costumbres, idiosincrasia y quede para las futuras generaciones. Un espacio que, por una parte, lo siento como el mayor regalo que nos podemos hacer como habitantes de esta majestuosa casa. Íconos de La Habana es, además, un compromiso por seguir batallando por una ciudad más bella, próspera, culta y sostenible. “Cuando apenas faltan días para la celebración del 501 aniversario de la ciudad, trabajar en ese proyecto nos afirma la idea de que la cultura salva, es capaz de lograr milagros al crear puentes indestructibles de comunicación, y esas son de las principales lecciones aprendidas de nuestro Eusebio Leal”.

Nicolás Flores, director del programa, Froilán Arencibia, periodista y locutor, Marcos Sánchez en la edición y el diseño gráfico, Inés María O’Farril, productora, las periodistas Mariela Espiral e Indira Román, la asesora Eliset García Deulofeu, los camarógrafos Julio Lázaro Vega, Reinaldo Machado Rodríguez, Paul Mesa, Marcelo Rodríguez, Víctor Quesada Fernández y Ernesto Rivero Serrano, el sonidista Jesús Armando Báez, luminotécnicos y choferes como Miguel José Cansío Copín y Adonis Acosta Ordóñez son estos algunos nombres que forman parte de la familia de un espacio que habla de amor y vida. Cada uno de ellos, en representación de otros tantos profesionales que han apostado por el proyecto, tanto desde la televisión como desde las instituciones culturales que le han colaborado, lo han asumido como propio, porque es un espacio de diálogo de cubano a cubano, y de cubano con otros pobladores del mundo, desde la mirada inquieta de la memoria.