La realizadora Magda González Grau pronto terminará su primer largometraje de ficción titulado ¿Por qué lloran mis amigas?.

Magda Gonzalez GrauLa realizadora Magda González Grau pronto terminará su primer largometraje de ficción titulado ¿Por qué lloran mis amigas?, producido por RTV comercial, una película que aborda la historia de cuatro mujeres salvadas por la amistad y la comprensión.

Tenaz, apasionada y sobre todo enamorada de su profesión, la directora de Puertas, Sol y sombra, Clase magistral y Añejo 5 años, retoma una vez más el conflicto femenino, tema constante en su obra.

Graduada en Filología, Magda cuenta que llegó a la Televisión “de casualidad”. Confiesa que iba a ser profesora de latín, pero no pudo: “se abría entonces el Departamento de Subtitulaje de la Televisión Cubana y una amiga me consiguió trabajo allí, querían filólogos que manejaran el lenguaje para hacer los subtítulos y la traducción.

“Después me trasladé a la dirección de Doblaje, donde tienes que crear toda una dramaturgia a partir de la voz y la actuación, y luego sumarle la imagen, eso es una experiencia increíble y me dije: Es lo que quiero hacer”, destacó.

González Grau ha trabajado como vicepresidenta de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) y como directiva  en el Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT).


Actualmente imparte clases a las nuevas generaciones de creadores en la Facultad de Arte de los Medios Audiovisuales (FAMCA)  y es miembro del G-20, grupo que trabaja en la reconfiguración del cine cubano. Sobre su ópera prima, que está en etapa final de postproducción, conversó con la Agencia Cubana de Noticias.

–¿Cuál es el argumento de la película?

–Es una estructura bastante clásica, de cuatro amigas que hace más de 20 años no se ven, se reencuentran y hacen catarsis de sus vidas cada una. La historia me llegó a través de Hannah Imbert, una joven guionista y productora independiente, que se inspiró en una experiencia con las amigas de su mamá en una fiesta. En la pared de la casa estaba el cuadro Amigas de Sandra Dooley y todo esto la motivó a escribir el relato.

“Trabajamos mucho en el guión, ella, y también la asistente Geraldine León, para delimitar los cuatro personajes porque sabíamos que el peso recae en la historia y la actuación. Es una película íntima con ningún exterior, un caso raro en el cine cubano.

“Es un mensaje sutil a nuestra sociedad y es que desde las diferencias, si hay cosas esenciales comunes, se puede lograr la unidad. Estas cuatro amigas actúan de forma diferente ante la vida, tienen distinto nivel cultural, sin embargo, logran a través de la amistad, solidarizarse y ayudarse”.

– ¿Cómo elegiste el elenco de la película?

–Logré un buen elenco, en los protagónicos tengo a Luisa María Jiménez, Amarilys Núñez, Edith Massola y Yasmín Gómez; la película es algo coral, así que el resto de los actores las secundan.

“El casting lo hicimos de una manera sui géneris, no les otorgué un papel específico a cada una sino que les entregué el guión y les pedí que hicieran su propio casting, es decir, que repartieran los personajes según su criterio. El primer día de ensayo, ellas trajeron sus propuestas y coincidimos las cinco, además se habían auto otorgado el personaje que yo quería que hicieran.

“Fue muy interesante porque hay protagónicos que no tienen nada que ver con papeles anteriores de estas actrices. Por ejemplo, creo que lo que van a hacer Edith y Luisa no lo han hecho nunca. Además, ellas mismas trajeron sus propuestas y defendieron sus papeles.

Gloria, el personaje que interpreta Luisa María Jiménez, terminaba de una manera y ella explicó por qué no podía terminar así, hizo una  autobiografía de su personalidad y el final que se asumió fue el de ella y ahora cuando lo veo sé que tuvo razón”.

– ¿Quiénes conforman el resto del equipo?

–Para la Dirección de Arte convoqué a Tomás Piard, quien trabajó muy bien en diferenciar a los cuatro personajes. Repito con dos de las actrices, Luisa María Jiménez y Amarilys Núñez, protagónicos de Añejo 5 años y también en el sonido con Daphne Guisado, una ex alumna de la FAMCA. En la fotografía está Roberto Otero, en la edición otra estudiante, Celia Suárez, y los autores de la música son Juan Antonio Leyva y Magda Rosa Galbán.

–Eres la quinta mujer cubana en realizar un largometraje de ficción en los últimos 57 años –Sara Gómez, Rebeca Chávez, Marylin Solaya, Jessica Rodríguez–, ¿cuáles crees que han sido las causas de esa baja representación femenina para dirigir largometrajes?

–Creo que el medio es bastante machista. Recuerdo que cuando empecé a dirigir en la televisión, todo el equipo técnico, excepto las vestuaristas, eran hombres. Tuve que trabajar muy duro para saber dónde poner la cámara, cómo manejar el sonido, y dirigir a los actores.

“Es gracioso porque si un hombre grita en el set de filmación, tiene tremendo carácter, pero si lo hace una mujer, es una histérica y como este hay varios elementos de subestimación.

“Claramente las cosas han cambiado desde entonces. Las escuelas de cine han graduado a muchas técnicos mujeres, quienes además han demostrado calidad. Gran parte de mi equipo está formado por féminas –sonido, producción, guión–, y esa es la prueba. Pienso que en el futuro del cine habrá muchas más”.

– ¿Nos darías detalles del proceso de filmación?

–Fue una filmación modelo, lo hicimos de manera independiente, aunque el financiamiento fue a través del ICRT con RTV Comercial.
Grabamos en diciembre, un mes donde se acorta la luz del día, sin tener la posibilidad siquiera de una jornada más, en términos de presupuesto.

“El llamado era a las seis de la mañana en locación, teníamos dos horas de maquillaje para las actrices, con un solo maquillista que pidió manejar la apariencia de las cuatro. A las ocho en punto filmábamos el primer plano. Siempre hay cosas que uno hubiera hecho de otra manera, pero realmente estoy contenta con el resultado”.

¿Cuándo podremos ver Por qué lloran mis amigas?

–Ahora estamos doblando algunas escenas que tenían algún roce de balita, ya está hecha la música y la postproducción de luces, así que lo que queda es la postproducción de sonido; la idea es que en mayo esté lista.

“Los especialistas en la cuestión comercial me recomiendan que la película haga un recorrido de afuera para dentro, es decir, que sea ubicada en festivales internacionales de cine de mujeres y después presentarla aquí en Cuba, aun no sé si en el Festival de este año o en el del año que viene”.

– Hurón Azul, Una calle mil caminos, Ver para creer… 2015 fue un año lleno de proyectos, ¿qué nuevos planes tienes para este año?

–Continúo haciendo Hurón Azul y tengo varios proyectos que no quería comenzar hasta dejar terminada ¿Por qué lloran mis amigas? El año pasado fue interesante porque se lo dediqué a programas de opinión, que considero hacen mucha falta”.

“Una calle mil caminos" obtuvo el premio Caracol y un premio en el Festival de Televisión, y me permitió hablarle a los jóvenes de temas sustanciales. Ver para creer, que ahora se está retransmitiendo, también fue importante, pues le enseña al público cubano a apreciar el audiovisual de forma interactiva, no pasiva, y saber qué vale y qué no.

“Tengo en mis manos varios cuentos para televisión: Piña Colada, de la escritora Laydi Fernández de Juan, historia sobre una madre que ha criado sola a su hijo y no quiere que este conozca a su padre, contada desde la perspectiva del niño.

“Algo más compleja resulta La Caja de Pandora, interesante por cómo el guionista intenta quitarle demonios a una supuesta ninfómana.
Por último, Good bye Habana, acerca de un hombre con principio de Alzheimer que regresa a Cuba tratando de apresar sus memorias”.

–Vuelves a hacer una película donde los personajes femeninos tienen el peso de la historia, ¿te definirías como una realizadora feminista?

–Si me hubieras preguntado hace 15 años, habría contestado que ¡ni muerta!, porque estoy en desacuerdo con ese esquema de lamentaciones sobre la mujer víctima a la cual no le dan oportunidades. Pienso que las oportunidades las construye uno mismo, teniendo cualquier sexo, y puedo decir que ser mujer no ha limitado ninguna de mis aspiraciones en la vida.

“Siendo vicepresidenta de la UNEAC, un grupo de feministas fueron pidiendo un espacio en la institución, al cual yo tenía cierta reticencia pero terminé aceptando convencida por Senel Paz.

“Resultó que me volví una furibunda asistente a aquel lugar y me di cuenta de cómo a veces teniendo una idea positiva sobre el papel de la mujer hacemos cosas en su contra.

“Es algo que nos inoculan desde niños, aunque mi mamá fue muy adelantada para su época, tuvo cuatro hijos y nunca dejó de trabajar, y mi papá la respetó siempre, es algo que se produce de una manera inconsciente. Con aquellas mujeres aprendí mucho y ahora puedo decir con orgullo que me considero feminista.

“¿Por qué coloco el fuerte en los personajes femeninos?, porque es lo que más conozco: mis amigas, mi madre, a mí misma. Uno filma como lo que es y yo soy filóloga, he leído cierta cantidad de libros, he visto tantas películas, tengo tales influencias familiares, sociales, y todo lo que soy, por supuesto, está en mi obra.

“Me gustan la justicia y la independencia, y siento que la mujer aunque no es igual al hombre, sí tiene los mismos derechos”.

TOMADO DECUBASI

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