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Gala del Festival de TV Cuba 2012 en el Teatro Karl Marx de La Habana

La Televisión Cubana transmitió la Gala de Clausura del Festival Internacional de la Televisión 2012. Un espectáculo de lujo bajo la dirección de Ana María Rabasa (Cuerda Viva).

Lo primero que resalta es el de una acertada dirección y de un excelente guión hecho por dos mujeres inteligentes, conocedoras a profundidad de los vericuetos de la pequeña pantalla y que últimamente, han demostrado con creces, con sus acertados espectáculos de teatro llevados a la Televisión, como es la formula mas efectiva en estos casos, y unidas a un Equipo Técnico de realización, garantizaban los cimientos de una empresa grande y difícil.

El primer acierto es la selección del elenco, unos consolidados, otros en sus primeros pasos, la presencia de varias generaciones, pero en unos y otros primando la calidad, la originalidad y la buena forma de hacer arte.

Un segundo elemento es el orden y el equilibrio entre las manifestaciones presentadas en el espectáculo y el tercero, una animación de excelencia de Bárbara Sánchez Novoa y Héctor Villar.

A lo anterior se une una escenografía funcional y estética que responde a los objetivos del evento televisivo que se venía desarrollando en días anteriores, un trabajo de luces de Leonardo Arencibia oportuno, bien hecho y ajustado a los requerimientos de cada momento y que le brindo brillos al espectáculo, un cuidadoso vestuario que respondía a las peculiaridades personales y de estilos de cada uno de los que desfilaron por el escenario del Teatro de los grandes acontecimientos, el Carlos Mark, y como si todo esto fuera poco, un sonido realizado por Maykel Pernia donde no se observaron distorsiones y un balance muy adecuado para cada momento, completado por un trabajo de fotografía y de cámaras de excelencia.

Un opening a cargo del Ballet de la Televisión Cubana con las excelentes coreografías de Rosillo y Odalys, que nos llevó por el tiempo a través de algunos ritmos genuinos de la historia de nuestra música cubana, géneros y ritmos que también han tenido su presencia en estos 62 años de Televisión cubana.

A partir de este opening comenzó el desfile donde ya lo comentábamos, se intentó que estuvieran presentes generaciones de todos los tiempos, así como lo más representativo de algunos géneros.

En cuanto a las solistas, Gretel Barreiro y Luna Manzanares, dos jóvenes que además de cantar bien, cantan en cubano, no imitan patrones foráneos, y aunque no soy músico, si, hay en las dos una afinación y una forma de decir, un fraseo que nos recuerda a esas grandes de la canción cubana que siempre nos dijeron la canción, ya lo decía, como hablamos los cubanos y la presencia de nuestra gran Diva Omara Portuondo.

En cuanto a los solistas masculinos, estuvo figurado por tres elegantes caballeros de tiempos diferentes, de estilos muy distantes, pero en fin, tres buenos representantes de nuestra música cubana, los dos mas jóvenes, David Blanco, cada vez más maduro y más profesional y Alexander Díaz confirmando la continuidad del feeling que naciera en su propia familia, pero con nuevos aires sin traicionar la esencia filinesca de un Movimiento que pertenece por entero a la Historia de la música cubana y alguien menos joven, pero mas vital que nunca, el gran Eliades Ochoa que cada día canta mejor y cada día es mas cubanísimo, este último junto al Buenavista Social Club.

En cuanto a compañías hubo también variedades entre los que comienzan, los que ya andan por la mitad del camino y los consolidados, y que bueno tener estas agrupaciones o compañías lo mismo danzarías que musicales, sobre todo, por el trabajo serio que muestran en cada una de sus presentaciones, y hablamos del Ballet Compañía de La Maestra Liszt Alfonso, ya una joya de la cultura cubana, Habana Compás Dance, diferente, original y haciendo lo foráneo mas cubano, y no como intentan otros, convertir lo nuestro en foráneo, Habana de primera y las modelos que exhibieron los artísticos trajes realizados a partir del papel artesanal producido dentro del gigante proyecto de la Oficina del historiador de la Habana que dieron realce al espectáculo.

También estuvieron los irrepetibles y dueños de la rumba Muñequitos de Matanzas, y una joven compañía que anda dando pasos muy certeros y que sobre todo, sabe por el camino que transita, Habana Clásicos bajo la dirección de Jimmy Sánchez, cantando y recatando la música del mas universal de nuestros músicos, el maestro Ernesto Lecuona, pero lo mas importante, ya hacia mucho tiempo que nuestros jóvenes venían necesitando de compañías de este tipo, por ello, aplaudimos la obra creadora de Sánchez y a sus jóvenes virtuosos que demostraron en el escenario que Habana Clásicos ha nacido para crecer y consolidarse.

El arte circense no estuvo ausente y muy bien representado, además muy insertado dentro del concepto del espectáculo, tanto el de la tela volante como el del aro.

Ya casi en los finales, otras dos agrupaciones, la comparsa de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU), premiada y consolidada en el ambiente cultural cubano y la maquinaria de la música, siempre arrolladora, los afamados Van Van de Juan Formell como colofón de un espectáculo hecho con ganas, con inteligencia, sobre todo con inteligencia emocional y donde se supo escoger muy bien su elenco, la posición que fueron ocupando a lo largo del mismo y lo que presentaron de sus repertorios, merito que le pertenece por completo a la Rabasa con su excelente equipo de realizadores.

Por último y no por ser menos importante, ni haber brillado menos, la conducción o mejor expresado, la excelente animación de Bárbara Sánchez Novoa y Héctor Villar, por supuesto, apoyados en un excelente guión de Cary Rojas, que pretendió y lo logró dar información, pero sin caer en aburridos parlamentos, sumando a todo esto, el sabor cubano, llamémosle así, que le aportaron los dos jóvenes conductores, sobre todo en estos tiempos donde existe la tendencia a imitar patrones de animación y presentación extranjeros, casi siempre de muy mala calidad y a lo que debemos añadir, el vestuario sobrio y elegante, con una imagen muy diferente en el caso de la Sánchez Novoa, pero muy adecuada para el espectáculo y acorde a su desenvolvimiento en el mismo.

Ana Rabasa junto a su equipo de realización se anotan una a favor, sobre todo en estos últimos tiempos en que hemos padecido de “Galas, no Galas”, donde no se han creado objetivos y súper objetivos por parte de sus realizadores para lograr ese equilibrio en cuanto a géneros y generaciones que reclama cualquier espectáculo o programa de televisión, porqué no debemos olvidar que la televisión entra en todas las casas, no es como cuando decidimos ir en busca del espectáculo a un teatro o a una Plaza, ella entra en esas casas, donde se puede encontrar con una familia integrada por varias generaciones.

Un momento antes del gran final del espectáculo entregaron los premios del Festival sin interrumpir el desarrollo del espectáculo, lo cual le dio otro matiz muy “suit generis” al mismo,

La noche del sábado fue una de esas noches televisivas que agradeceremos siempre y que no produjeron en nosotros ese arrepentimiento que se nos provoca en ocasiones por habernos quedado en casa. Sin lugar a dudas, fue una Gala de lujo, para un Festival de lujo.