La literatura busca en el mundo real o posible, al interesarse por personajes, conflictos y sucesos cotidianos. La ficción audiovisual tiene anclaje en temas, contradicciones e inquietudes, que permiten la identificación del espectador, con experiencias propias, socioculturales.
Al parecer, la retroalimentación entre estos y otros medios, en tanto sólidos vasos comunicantes, permite hacer visibles realidades-otras, desde diferentes perspectivas, sin revocar preceptos de la mimesis: acciones humanas, técnicas de representación y lenguaje.
El acercamiento a la familia, con sus discrepancias, sueños, frustraciones, dudas, lideran en la serie La otra esquina, que transmitirá Cubavisión el próximo septiembre
Su guionista, Yamila Suárez, precisa: “El hilo conductor es un personaje, que llega al barrio donde viven cinco familias, las cuales se integrarán a su vida. Escribí esta obra pensando en cualquier núcleo familiar, me interesa establecer una identificación con problemas cotidianos de los seres humanos, aquí y ahora”.
A ella le fascinan “las historias ubicadas dentro del contexto social contemporáneo. El amor, la soledad, la comunicación entre padres e hijos, siempre son asuntos de interés que motivan al espectador. “La protagonista (Blanca Rosa Blanco) es una abogada, que tiene una hija de cinco años, y al descubrir al infidelidad del esposo (Julio César Ramírez), se separa de él -en el primer capítulo-, y regresa al hogar de los padres”.
Destaca el casting de la obra: “cada personaje está pensado para que lo interpreten determinados actrices y actores. Esto me facilitó la labor creativa en la escritura. Al conocer las posibilidades del intérprete se pueden establecer límites, hasta dónde se le puede pedir, cómo conducir su desarrollo en la trama”.
Escribió el personaje protagónico, la abogada, para Blanca Rosa Blanco. “Esta actriz tiene una personalidad muy fuerte, sabe interiorizar esa contradicción de la mujer profesional, que también es madre, y debe cumplir otras tareas.
“Los personajes hablan, respira, actúan, con una vida propia. En ocasiones, hacen cosas que yo nunca haría. Hasta me disgusto con algunos de ellos, Julia (Amarilys Núñez) es un ejemplo. Nunca los enjuicio, solo los dejo hacer”.
La guionista asume y disfruta la creación “como un juego divertido y serio a la vez. En la televisión se puede hacer arte, para lograrlo es fundamental velar por cada detalle del trabajo colectivo”.
Siempre piensa en el destinatario: “Las personas desean ver algo que les interese, sea atractivo, tenga buenas actuaciones y una visualidad acorde con el relato”.
Asume dicha perspectiva el director Ernesto Fiallo, quien se siente satisfecho con el proceso creativo de esta obra.
“Desde el principio estoy vinculado al proyecto, presentado por Alexander Alfonso, productor con quien trabajé en la temporada Soledad, de la serie Bajo el mismo sol.
“Concibo el ensayo a partir de capítulos y personajes, del intercambio con actores y actrices, este paso inicial permite sentar las pautas de la estrategia, que seguiremos en el rodaje. En series y telenovelas, las normas productivas no dejan tiempo para un trabajo directo, mesurado, de dirección de actores. Por eso, es importante aprovechar la pre-filmación. No bastan un buen guion y un elenco de calidad, si se descuida la visualidad de la puesta, donde intervienen el diseño scenográfico, la ambientación y la fotografía. Para mí, el acabado es fundamental.
“En el siglo XXI, las barreras entre cine y televisión son cada más vez más pequeñas, respecto a tecnología y estética. Me interesa hacer, sobre todo, televisión de calidad”.