A Georgina Herrera y a mí nos unen numerosos lazos, quizás el más fuerte el de la amistad y la admiración que siento por ella, como poeta, escritora de radio, defensora de las causas justas y –quizás debí empezar por aquí- como ser humano.
La Yoya que lee casi todo lo que escribo me sugirió que lo hiciera acerca de Una calle, mil caminos, y yo que lo tenía en mente hice pública su sugerencia.
Ahora, me manda este texto que mantuvo inédito para que lo publique en mi columna porque “yo sé escribir de esas cosas”, como si la maga de las letras no fuera ella. Aquí va como primicia, con quince años de atraso, lo que le sucedió a esa PROFESIONAL de la radio el día que la reintegraron a su sindicato. Y no en mi columna, en su PORTAL que bien se lo ha ganado. (Paquita Armas Fonseca)
CRONICA DEL SABADO 22 DE MAYO DE 1999.
Cuando hace unos días Pellegrín Vargas, a nombre de la sección sindical de Radio Progreso me llamó, citándome para una reunión a efectuarse con los jubilados de la Emisora, confieso que primero me sentí ofendida. ¿Jubilada yo, precisamente de Radio Progreso, que es mi casa?. Después me embargó la tristeza. Jubilada, si, y, hasta desconocida por quienes trabajan allí desde fecha más reciente, porque, con toda razón, llevan conmigo ese trámite lento y áspero de detenerme en la puerta, llamar arriba preguntando si me autorizan a subir, tomarme el número del carnet de Identidad, etc, etc. Por último me sentí curiosa. ¿Qué pasaría el sábado 22 de mayo, día de la cita sindical? Así que, me decidí a esperar ese día, que es éste del que hablo.
Confieso que me he sentido, desde aquella lejana mañana del 7 de mayo de l963, ligada por los lazos del corazón a este sitio que se dice, es la Onda de la Alegría unas veces, La Gran Familia de la Radio Cubana otras, pero que para mí es el lugar donde he laborado siempre y que no cambiaría por ningún otro. Así, de intensos y buenos son los recuerdos con mis compañeras y compañeros de trabajo. Y comencé a inquietarme, porque comenzaron a surgir allí, en el Estudio 3, rostros y voces que, si bien no estaban olvidados, si ya ocupaban, por los tremendos trajines del vivir a diario, un sitio cómodo, pero apartado, en la memoria.
Comenzó a despejarse la incógnita. Resulta que hay un Sindicato para jubilados del ICRT, al que pertenece Radio Progreso, y es para todas y todos quienes por distintas razones estamos fuera del servicio activo. Se nos ha llamado para que sepamos que seguimos siendo parte de esta "gran familia", y que, sabiéndolo, sea bien "onda" nuestra alegría.
Empieza a haber y suceder de todo, llevado de la mano por fuertes e incontrolables emociones. Petición de perdón y perdonas concedidos a puros y arrebatados aplausos. Historias de amor, como la de esa pareja que se conoció en el estudio uno de la Emisora y ya van para cinco nietos...Llantos que impidieron el uso de la palabra pedida. Quizás, también hubo quien en su mejor tiempo la pereza le impidió hacer todo lo que sí podía y siente ahora que la oportunidad se le presenta y la atrapa al vuelo.
Volviendo a las lágrimas...si bien es cierto que hubo quien no las ocultó, hubo también quien se llevó la punta de los dedos al borde de los ojos, como "por casualidad", y no supo entonces se entera ahora, que ese momento suyo fue atrapado por la mirada de otros ojos, no menos nublados por el llanto.
He sido cuidadosa al no mencionar nombres, no es bueno hacerlo porque no caben todos en estas apretadas líneas mal llamadas Crónica, y, tal vez, alguien que no deba quede olvidado, pero de todas maneras, hay que detenerse en ese corazón que anda y habla, vivero en el que germina todo lo que se parezca a la ternura, al reconocimiento a todos menos a él, que se lo ha ganado a diario : Manuel Mazorra.. El gozo que rezumaba su presencia en esto que me resisto a llamar "actividad", pero que lo es, hermoseando así la palabra, dio un toque emocionado y distinto.
Hay planes para pasarla bien hasta el día final de la existencia: trabajando en lo que sepamos, recordemos o hayamos aprendido después, celebrando cuanto haya que celebrar. Así que, si al llegar nos vencía la nostalgia que creíamos lógica y ya nos había envuelto....esa nostalgia, esa ave solitaria que tiende sus alas suaves, nos agarra, después las cierra y quedamos convertidos en cosas pasadas y recuerdos idos, se esfumó sabiendo, juiciosamente, que estaba demás. No sabemos bien en qué momento fue. Seguramente cuando todos los ojos estaban ocupados en esa humedad que a veces llegó a torrentes, y también para que no sintiéramos el escabullirse de sus sigilosos pasos, propicio fue el instante de los corazones repiqueteando en amoroso agradecimiento. En fin de cuentas, poco o nada tiene ella que ver con nosotras y nosotros. Somos presente vivo amando, por eso, aquí estamos, como una foto a todo color, al pie de la crónica de este día inolvidable.
Georgina Herrera
Mayo.22.1999.
CARTELERA DE CANALES NACIONALES
