La colmena TV volvió a “engolosinarme” como dice su director general Carlos Alberto (Tin) Cremata. Un programa que aprovecha de principio a fin la escenografía de lujo que se le ha montado.
Yaser, el Director de Arte confesó que este espacio había sido un regalo para él, que le permitió plasmar toda su fantasía para un escenario no sólo bellísimo sino funcional en el que conductores y competidores caminan a sus anchas.
A propósito, los conductores ¡excelentes!. Haría falta que le dieran lecciones a algunos de sus mayores que se quedan muy por debajo. La frescura, espontaneidad, alegría no hay que transmitirla con gritos o frases poco felices como hacen ciertos animadores “muy calificados” supuestamente.
Danilo Sirio y Karel Renzoli trabajan con una buena cantidad de cámaras (lo que no es usual en nuestra televisión) pero saben poncharlas y tomar lo mejor de los protagonistas.
El guion de Jaime Fort, con los aportes que les pudo hacer Tin, el propio Danilo, es una pieza para el disfrute y transmisión de cultura de un programa donde prima el entretenimiento culto.
La fotografía de Angel Alderete es de competencia, además del uso adecuado de las luces. Sí, comparto el engolosinamiento con Tin. Pero en la competencia puramente dicha, me parece que deben enfrentarse los más diminutos con sus iguales y los grandecitos entre ellos, hasta el final. Se que fue realizado un casting y que los competidores están en edad, pero algunos por desarrollo son mucho más altos y “grandes” y a los ojos del televidente el enfrentamiento es desigual.
En otro programa, La neurona intranquila (que he defendido desde su inicio) la escenografía está mucho mejor, Baudilio muy bien vestido, los concursantes bien maquillados y con ropa adecuada, pero ¿y los videos que ahora se pueden pasar?¿dónde está todo lo que se le puede sacar a recursos con los que hoy se cuenta?.
Tengo otra pre (ocupación). Por muchos años el único programa de participación fue la Neurona. Ahora hay cinco: el que acabo de nombrar, La colmena TV, Somos Familia, la neuronita y Sonando en Cuba, cuatro de ellos de viernes a domingo.
Las investigaciones, que no son todo lo efectivas que deberían, pero de alguna manera representan un aspecto a tener en cuenta, indican que para una buena parte de los públicos los programas de participación son muy deseados en Cuba. La muestra es el nivel de teleaudiencia de Sonando, que sentó a un importante sector de la población. Otro tanto sucedió con Bailando en Cuba.
Ahora bien ¿es justo con los recursos de la televisión y de RTV Comercial dedicarlos a un grupo de programas de participación, en los que algunas cosas se repiten al menos en dos? El canto y el baile de La Colmena son los platos fuertes de Sonando y Bailando, la agilidad mental se repiten en La neurona, la neuronita y Somos familia. Si hubiera estrenos espectaculares de series dramáticas o humorísticas, además de de esos programas de participación, yo no objetaría nada.
Creo que Sonando y Bailando pueden alternarse en el verano, de Somos familia y este Sonando escribiré después del tercer programa (parece que intentan mejorarlo) y las dos neuronas pueden ganar en presentación.
La Colmena TV si debe estar en cada verano. Los niños y adolescentes (y los que nos divertimos aún con los buenos muñe) merecen un programa como ese, que parece hecho de chocolate, está ¡para comérselo!
No se por que este verano no aparece la otra parte de Unidad Nacional Operativa, UNO, que sería un deleite para los mayores amantes del policiaco, del BUEN policiaco, porque Tras la huella sigue intentando mejorar pero… hasta que vuelva a escribir del verano, y de la telenovela cubana.