Juana Lourdes Vallín, abogada de profesión, es la creadora de la idea original de Arrepentimiento, guion que escribió en colaboración con T. Roy, el cual llegará a la pantalla televisiva el próximo martes 26 de agosto, con dirección de Sergio Alexander y Charly García en el espacio El cuento.
La necesidad de escribir surgió en Juana a los 9 años. Un curso de guion impartido por el inolvidable Gerardo Fernández en la Unión de Escritores y Artistas de Cuba le ofreció pautas para escribir libretos, pero su vocación literaria se vio relegada por los estudios de Derecho.
Años después, aprender de la mentoría de T. Roy y del colectivo creativo ibrydastudios posibilitó perfeccionar aspectos técnicos de la dramaturgia y encauzar el frenesí creativo que alumbró la historia que será transmitida por el canal Cubavisión.
Juana Lourdes se refiere al dramatizado:
«La historia aborda la intolerancia, la intransigencia y el amor en el ámbito intrafamiliar. Es una alerta a todas esas personas que discriminan a otros por razones de raza u orientación sexual».
La guionista resume la experiencia de su próximo debut televisivo:
«Vivo la euforia de ver el cuento en pantalla y trabajo en otros proyectos. Altair Reyes, Especialista Principal del Grupo Creativo de Dramatizados de la Televisión Cubana, me estimuló a presentar guiones y a no cansarme. Escribir es cumplir un sueño de toda la vida, mi manera de vaciar el corazón».
La propuesta final de El cuento en la temporada veraniega contó con la dirección a cuatro manos de Sergio Alexander y Charly García, ex condiscípulos de la Facultad de Arte de los Medios de la Comunicación Audiovisual (FAMCA).
Los jóvenes directores se distribuyeron tareas relativas a la supervisión del trabajo de las especialidades y los procesos logísticos, la visión artística de la obra, la selección del casting, la dirección de actores y la puesta en escena.
Mientras Sergio se ocupa de la edición, García satisface nuestras interrogantes:
«Esta es mi primera oportunidad como codirector y siento que mi experiencia en otros roles de la realización me ayudó a entender la dinámica de equipo. Sin embargo, la dirección es un camino de aprendizaje que apenas comienza. Me siento profundamente agradecido con Sergio por convocarme a trabajar con él, y con todo el equipo técnico y actores que nos acompañaron en esta aventura».
¿Qué conceptos quisieron transmitir a través de la obra?
«Las ideas principales se relacionan con la necesidad de entender la importancia de superar prejuicios sociales heredados y las creencias limitantes, además de resaltar el valor de la unión familiar».
¿Encontraron algún significado personal en la historia?
«La sociedad cubana continúa siendo muy machista. Todos en nuestras familias hemos tenido patrones y conductas que intentan reforzar una moral tradicional, donde se condena a lo diferente de forma general o, en el mejor de los casos, se les critica. En ese sentido, la obra fue una oportunidad para explorar no solo nuestros puntos de vista sobre los temas que aborda, sino también la forma en que la violencia familiar, la homofobia y las dinámicas familiares son percibidas por las diferentes generaciones que formaron parte del equipo, integrado por estudiantes de FAMCA, como Mateo Menéndez, hasta profesores y artistas con una larga carrera en el cine y la televisión, como Jorge Molina».
¿Cuál es el conflicto principal?
«El conflicto gira en torno a un hombre atrapado en otro tiempo, con principios y valores que no se ajustan a la realidad de una sociedad cubana cambiante, cada vez más respetuosa del derecho a ser y pensar de sus individuos. En ese sentido, creo que la historia toca un tema medular: las relaciones intrafamiliares y la manera en que estas reflejan conductas y patrones negativos que obedecen a mentalidades obsoletas».
¿De qué manera se propusieron el tratamiento de la temática?
«La realidad siempre supera la ficción y, cuando comenzamos a trabajar, descubrimos que casi todos conocíamos a alguien parecido al protagonista en nuestro entorno. Nuestro objetivo fue contar la historia lejos de caminos trillados, sin adulterar el espíritu original de la obra. En colaboración con Yasmín de Armas, la asesora dramatúrgica, intentamos recrear la historia por medio de aquello que podía resultar más atractivo y valioso al televidente».
¿Cómo concibieron la visualidad y la banda sonora?
«La densidad del contenido nos exigía una propuesta visual dinámica, que mantuviera el interés del espectador sobre códigos reconocibles. Eso determinó un trabajo fotográfico menos atrevido, que priorizara el diálogo y la acción entre los personajes por encima de estéticas complejas y rebuscadas. Fue muy importante el trabajo desarrollado por el director de fotografía, Guillermo Vaillant, quien supo, de forma creativa, establecer una visualidad favorable y resolver cuestiones prácticas del rodaje».
¿Qué otros especialistas los acompañaron en Arrepentimiento?
«El equipo técnico estuvo integrado también por Dexter Reyes en la producción. Javier Aguilera se ocupó de la dirección de arte, el sonido fue responsabilidad de Yasser García, mientras Yuliet Diego y Roberto González asumieron el diseño de vestuario y maquillaje».
Acerca de la dirección de actores, Charly apunta:
«El trabajo con los actores fue una experiencia maravillosa y enriquecedora. La intención colectiva era la de llevar la obra a buen puerto y aportar matices atractivos a los personajes, mediante diálogos coloquiales y fluidos. El resultado fue una labor conjunta que dotó a los personajes de mayor profundidad, a pesar de ser una narrativa breve.
«En lo particular me sentí muy bien acompañado. Ya había trabajado como asistente de dirección con Jorge Molina, Yessie Guridi y Alfredo Felipe Pérez en las telenovelas Renacer y Sábados de gloria. Ellos me hicieron sentir confiado y fueron receptivos ante cada propuesta sobre sus personajes. Jorge Molina interpreta el rol protagónico. También integran el elenco: Mateo Menéndez, Lilaynen Morales, Jean Marcus y Michel Alejandro, quien debuta en televisión.
¿Experiencias significativas de la grabación?
«Hacer televisión actualmente en Cuba es un reto de marca mayor. A las jornadas de trabajo habituales de 12 horas se suma la constante necesidad de adaptarse a los requerimientos productivos.
«En el rodaje de este cuento sufrimos el azote de los apagones, lo que nos llevó a perder un tiempo valioso durante el segundo día de grabación, pero gracias a la utilización de una planta, pudimos acabar el rodaje a tiempo».
Esperamos Arrepentimiento con altas expectativas. Sus guionistas y el equipo de realización comparten la ilusión y el delirio creativo que marcan el rumbo de nuevos proyectos.