El 15 de marzo publiqué una entrevista con Ángel Luis Martínez, escritor principal de El rostro de los días (en la que le pregunté “¿Es un riesgo seguir a una telenovela exitosa como Entrega?”. El guionista, muy reconocido en la radio, respondió “He disfrutado enormemente el éxito de Entrega, que además ha sido apabullante y muy merecido. Si te dijera que no me ha quitado el sueño te estaría mintiendo. Esperé el estreno de mi novela muy ansioso y expectante. Todo el mundo me decía; oye, ¡Entrega te ha dejado el listón muy alto! Y yo pensaba para mis adentros: ¿creen que no lo sé? Pero más allá del miedo que pueda sentir por si la supera o no, creo que ha servido para que todo el mundo se haya sentado a ver el primer capítulo de mi novela, esperando a ver qué era lo que venía después, y si era una buena sucesora; cosa que generalmente no ocurre. Nuestro público comienza a disfrutar de los dramatizados después que han comenzado, y en este caso he sentido que la inmensa mayoría ha estado muy atento al primer capítulo de esta nueva propuesta. Le agradezco a Entrega que haya sentado a todo un país a disfrutar de nuestros esfuerzos.”.
Lo del listón fue y es cierto. Hasta ahora, desde el 9 de marzo que comenzó, por mucho que se empina la obra, su garrocha no la impulsa a pasar por encima del listón dejado por la anterior. Más de un televidente ha preguntado en textos sobre la tv el porqué no he comentado sobre El rostro…
Es mucho más fácil, por lo menos para mi, escribir de obras que tienen mayores virtudes que defectos, por eso realicé hasta encuestas sobre Entrega, una pieza que puso en el vórtice del remolino a un maestro. En este caso no es igual. Veo la telenovela por deber, la grabo incluso, pero no es como con su predecesora que yo quería saber de cada capítulo y a la par del análisis iba el disfrute. Desde el primer momento Ray Cruz no sólo me conquistó a mí, sino a una buena parte de los televidentes. Lo que luego logró Keny Cobos.
En El rostro…, un melodrama típico, “la jugada” está cantada, triángulos amorosos, secretos con desenlaces previsibles, en múltiples tramas. Ahora bien, la historia central, la directora del hogar materno, su esposo infiel con ansias de una misión el exterior y el joven viudo, padre de un niño que decidió criar, no siempre está en el colimador, ni tampoco es la más atractiva porque hay parlamentos mal concebidos y/o mal dichos.
Aplausos merecidos por el asunto que trata: durante 83 capítulos, con 40 minutos de duración, la paternidad y la maternidad en múltiples aspectos, a veces polémicos en nuestra cotidianidad, que van desde que un padre tome licencia de paternidad, hasta que una mujer acepte que su exmarido y padre de su hijo, haya asumido su condición gay y viva puerta con puerta.
Los dos o tres primeros capítulos mostraron a Daisy Granados, una actriz con mayúscula, que sobreactuaba, no se si por su decisión, lo que decía en cada parlamento o porque así se lo pidieron. Pasado el tiempo la ACTRIZ se ha impuesto pero ¿por qué un personaje sin matices, que todo lo hace con maldad y sus contados momentos de ternura van seguidos de exabruptos de todo tipo?. Esa actitud le deja poco margen a la artista para matizar su personaje.
Todavía estamos a mitad. Espero que El rostro… gane en interés, y nos amarre a nuestros asientos porque asuntos tiene para atrapar y su directora Nohemí Cartaya, con la codirección de Rafael “Felo” Ruiz, producción general de Alexander Alfonso y asesoría de Nilda Pérez Monteagudo, integran un equipo experimentado y que puede lograr un buen producto.
Para los grabadores del sonido directo, Reynier Pillado y Carlos Izquierdo fue un reto la filmación en exteriores durante once meses en una casona de La Víbora, cerca de El Mónaco, en el municipio de Diez de Octubre, además de otros sitios, todos de La Habana. De la presentación se encargó Rafael García Lorenzo, de la familia.
Del elenco Denys Ramos demuestra una vez más que es un actor para tener en cuenta siempre, muy bien Tamara Morales, Yasmín Gómez y Erdwin Fernández integrantes de ese núcleo de la historia del misterio. En una buena cuerda de actuación, entre otros destacan, Fernando Hechavarría, Yía Caamaño, Ulik Anello, Rubén Breña, Roque Moreno, Obelia Blanco y José M. Carassou, actor de Teatro Escambray, por primera vez en la televisión.
Yohanki Despaigne tuvo la difícil misión del casting para bebés recién nacidos que van creciendo y gratitud merecen los padres de esos niños.
Humberto Fernández y Esteban Vázquez Aldama, fueron los editores y el segundo fungió además como director de posproducción. Violeta López, en la dirección de arte, comandó un equipo integrado por los escenógrafos Roberto González y Alberto Pauste, la diseñadora de vestuario María Caridad Capote y el experimentado estilista Tony Angelino.
Encargado de la dirección y la producción musical, Ernesto Cisneros organizó la grabación de temas de Adrián Berazaín, Yoel Martínez, Abel Geronés, el Dúo Iris, Dairon Rodríguez, Giordano Guerra y Camila Daniela en los estudios Siboney de la Egrem, ECC Music, Mía Records y Viejalinda Records, de La Habana.
Espero que esa historia de Ángel Luis junto a Sergei Svoboda, logre levantar en el final y consiga un salto con garrocha aceptable.
Ah, supongo que ustedes que leen deben estar conscientes que durante una etapa se debe retransmitir alguna telenovela, porque aunque hay tres en proceso ninguna se podrá terminar por el dichoso bicharraco que nos amenaza desde principios de marzo. Se me ocurre que Usted puede proponer que telenovela desea volver a ver, hasta que se renueve la producción. Les hare llegar sus opiniones a la dirección de la televisión.