Catorce años atrás Gustavo Fernández Larrea andaba con un macuto que contenía el proyecto de El selecto club de la neurona intranquila, pero tocó varias puertas y nada.Mas como hay cosas que parecen ser del destino se topó con Amada Montano, fundadora y primera directora del Canal Habana, que se propuso (y lo consiguió) armar un canal con personalidad propia.
La propuesta de Gustavo le iba como anillo al dedo, sin embargo falta de recursos y otros asuntos hicieron que los primeros trece programas, filmados en el 2007 con todo tipo de invento, llegaran a la pantalla un año después.
Así con otro salto impulsado por la suerte (si es que existe) fue a dar a manos de Ernesto López, entonces presidente del ICRT y comenzó a salir en Cubavision.
Los primeros guiones los escribió el propio Gustavo, luego se incorporaron Baudilio Espinosa, como conductor también, Carlos Fundora y Luis Alexis Pérez, Nwito, que se encargan de armas un espacio…aparentemente sencillo.
El primer mérito de El selecto club… es que entreteniendo, enseña. Soy su seguidora desde el principio y creo que a veces “aprietan” a la hora de formular las preguntas, porque lo hacen con triquiñuelas para que no sea fácil llegar a la pregunta. Pero el truco vale.
El fundador y director me confesó en una entrevista “El proyecto se elaboró destinado a profesionales, artistas, intelectuales y estudiantes con intereses en la cultura y el aprendizaje de sus especialidades, un sector algo reducido pero que podía apreciar el proyecto con más entusiasmo. O sea, mi objetivo fundamental fue proponer formas de aprendizaje alternativas a la académica mediante juegos, recursos nemotécnicos, asociación de ideas y humor; sin embargo, cuando se hizo la primera investigación por el ICRT, surgió como primera evaluación favorable que, a la hora del programa, la familia se reunía frente al televisor a disfrutar juntos y participar como competidores. Para mí fue una enorme sorpresa y me enorgullecí”.
Ese es otro merito indudable: provocar la competencia entre los integrantes de la familia sobre la base del conocimiento… que mueve la inteligencia.
Precisamente, por esa participación de todo el núcleo familiar, se creó La neuronita, dirigida a la participación de los adolescentes, que al no tratarse de niños prodigio están en desventaja con los adultos.
Los competidores de las dos propuestas, se enfrentan a los asuntos en el momento que se formula la pregunta, de ahí que la sorpresa sea para ellos y nosotros.
Un aspecto que se tiene en cuenta es la interacción con el público: todos los correos se leen, con respuestas para aquellos que lo necesiten. Además existe un concurso para los televidentes, nada fácil.
Los versátiles Alejandro Palomino y Beatriz Viña, son dos integrantes del grupo dramático que con cortas historias formulan la pregunta de otra forma.
Desconozco cómo se ha afectado la aceptable teleaudiencia del programa al correr su transmisión los viernes para después de la novela, se podía disfrutar antes, acabando el noticiero. Cinco años atrás le cambiaron escenografía y le incorporaron efectos especiales, que renovó su visualidad. Ya ese empaque necesita retoque. De todas formas como el conocimiento no envejece, El selecto club de la neurona intranquila, tampoco